Coger carrerilla para las navidades

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Cuatro semanas antes de que llegue la Navidad hay un tiempo de preparación que se conoce como Adviento. Durante estos días se puede entrenar el músculo emocional, psicológico y espiritual (también el físico), a fin de llegar con el equilibrio deseado. Y es que lo saludable no sólo se aplica exclusivamente a la alimentación, sino a todo aquello que permita tomar impulso para la meta navideña. ¿Me acompañas a coger carrerilla para estas Navidades?

 

Es posible que ya sepas lo que voy a compartir contigo, pues cada año lo proclamo a los cuatro vientos: Me gusta la Navidad, me encanta. Esto es así desde que era niña, aunque con el paso del tiempo parece como si en ocasiones algo, bien en mí, bien en los demás, dejara de fluir.

Ésta es la razón de que la época previa a la Navidad sea mi tiempo de entrenamiento para, de este modo, no dejar nada a la improvisación, entendida esta última como el riesgo de colapso del buen fluir de la energía.

“Más allá de lo religioso, el Adviento es un periodo energético y poderoso de preparación para la Navidad, un tránsito desde la oscuridad a la luz”, dice M. Mar Jiménez, fundadora del Club Hogar Consciente; “ese espíritu de la Navidad ya está con nosotros desde hace unos días”.

La citada hogarista comparte en abierto un Calendario Consciente en el que, cada día de diciembre, pueden descubrirse aspectos relacionados con el bienestar, el autocuidado, la vida cotidiana o el desarrollo personal.

navidad

Para esta experta, que suscribe el aforismo oriental “Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa”, hay varios aspectos a tener en cuenta:

  • Toma acción. Puede ser que algunas cosas de la sociedad actual no te gusten y deseas que sean distintas; sin embargo, no puedes esperar a que ese cambio lo hagan los demás. “En lugar de centrarte en la queja y en la rabia, pon tu energía al servicio de la construcción de un mundo mejor y de esa vida que deseas para ti”.
  • Ten en cuenta tus sueños. Metas, ideales, valores y sueños hay que aterrizarlos “con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo”.
  • Evita echar balones fuera. Cuando no estás viviendo tu vida deseada es hasta comprensible que eches la responsabilidad a los demás; “lo cual puede ser útil como desahogo, si bien el victimismo no tiene un gran recorrido”.
  • Desahogos creativos. “En la vorágine del día a día nos olvidamos completamente de alimentar nuestra alma con otras actividades o acciones”, dice MMar Jiménez; “no nos apeamos de la rueda del hámster”. Esta experta propone dejar hueco en las agendas para lo que ella denomina desahogos creativos pues “más allá de las obligaciones laborales y de las tareas domésticas existe un tiempo para tu talento”; “hogar y talento son compatibles y, de hecho, tu casa puede ser tu centro de operaciones, el trampolín para impulsar cualquier área de tu vida”.
  • Tu espacio propio y sagrado. Es importante disponer de una zona propia, un rincón o cuarto donde poder desarrollar aquello que te apasiona, como la lectura, el bricolaje, la costura, manualidades, jardinería. Aunque también un área donde meditar, mover el cuerpo o desarrollar aquel talento que desees.
  • Autocuidado y vida saludable. “La mayoría de los hábitos de prevención y estilo de vida saludable son gratuitos”, dice MMar Jiménez; “como moverte más, andar, hacer ejercicio físico, salir a la naturaleza, practicar respiraciones profundas, dormir más y mejor o ayunar, permitiendo que el organismo descanse”.
  • Entrena el agradecimiento y la gestión emocional. Desde el Coaching te propongo que, a lo largo de estos días de Adviento, antes de irte a descansar pienses en tres cosas por las que estés agradecido.

La gestión de las emociones requerirá que seas conscientes de ellas (¿sientes ira, envidia, miedo, soledad o tristeza? ¿Qué es lo que sientes y en qué momentos? ¿Qué puedes hacer para mejorar tu vida en este sentido?)

  • Vive una vida con propósito e ilusionante. Entrénate en la búsqueda de lo que te apasiona y sé consciente de a qué deseas dedicar el resto de tu vida. El Ikigai o propósito de vida es un proyecto a largo plazo: ten paciencia y no desesperes.

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Si has llegado hasta aquí, te explico algo más acerca de mi entrenamiento prenavideño: en mi familia pasa, como supongo que ocurre en otras, que hay algunos miembros que parecen muy decididos a aguar la fiesta a los demás.

Son personas (no muchas, afortunadamente) que proyectan negatividad, falta de empatía e incluso antipatía hacia las relaciones familiares.

¿Cómo lo soluciono? En mi caso, lo afronto como un ejercicio de Coaching, de modo que intento darme cuenta de qué es lo que hay detrás de la amargura o del talante aversivo del familiar en cuestión.

Una vez que creo identificarlo, empatizo con esa persona, dándome cuenta de dónde están sus dificultades. Tengo muy en cuenta que todo esto explica, aunque no justifica su conducta.

En tercer lugar, trato de aproximarme (si me apetece) a la persona en cuestión, ofreciéndole confianza y acogimiento. He de decir que algunas veces da resultado y ese familiar se integra en la fiesta.

En el caso de que no sea así, me aparto de esa persona, sin juzgarla, consiguiendo así no caer en su conducta tóxica. El hecho de evitar el juicio es relevante, ya que es una forma de responsabilizarme de aquello que puedo hacer en una situación de quiebra del fluir energético.

¿Te atreves a entrenarte para estas Navidades?

¡Feliz Carrerilla hacia la Navidad! ¡Feliz Coaching!

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