Tómatelo con calma

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La vuelta al “cole”, tengas o no tengas hijos, simboliza el retorno a las rutinas y responsabilidades previas a las vacaciones, al tiempo de ocio y de reconexión-desconexión. En estos días todo tu entorno retoma las exigencias de un mes atrás para recordarte que has de darlo todo, una vez más. Sin embargo, desde el Coaching, te propongo que este proceso, de duración variable según la vida de cada uno, te lo tomes con calma, con mucha serenidad.

 

Casi siempre me asombra todo lo que nos enseñan los niños a las personas adultas. Si te fijas, encuentras el reflejo de su alegría, complicidad, amistad, compartición y amor incondicional. Aunque también puedes darte cuenta de su dificultad para modular sus emociones en cada rabieta, de su tristeza al sentirse no acompañado o de la perseverancia en lograr la conexión con los mayores.

El retorno a la “vida normal” puede ser un buen momento para reconectar con tu niño o niña, tengas o no tengas hijos. Y es que tu peque interior también te indica cuáles son los puntos de mejora para que te relaciones adecuadamente con ellos.

“Es un buen momento para crear y recuperar la conexión en familia, de aprender a ver al otro, de mirarte a ti mismo, contemplando la relación de otra forma”, dice Patricia Castaño, especializada en coaching de parejas y en constelaciones sistémicas familiares.

Castaño y la experta en teoría psicológica del Apego, Eva Martínez, han impartido recientemente la clase magistral virtual Evita los diez errores en la gestión emocional con tus hijos.

Para ello, ambas expertas hablan de las diez claves de mejora en la reconexión familiar y, en particular, con tus hijos. También con tu niña o niño interior. “Tu hijo es un niño que sólo desea atención, sentirse importante, que valides tus emociones, que lo tengas en cuenta”, dice Patricia Castaño; “la segunda parte es que te entrenes para sostener todo esto”.

 

serenidad

Diez enlaces para lograrlo

Calma y serenidad son las dos claves fundamentales en el momento de retomar el curso. Cuando eres consciente de lo que tú deseas lograr y de cómo hacerlo, todo fluye más fácilmente tanto con tus hijos, como con tu pareja, en tu trabajo y con tus amistades.

Eva Martínez y Patricia Castaño explican los siguientes nexos o enlaces para conseguir tomártelo con tranquilidad:

  • Automodulación emocional. En primer lugar, conviene que seas consciente de cómo te encuentras tú misma. Puedes preguntarte qué es lo que sientes (autoconciencia emocional), qué haces con eso que sientes (si la emoción toma el control, te desborda; aparece entonces el grito, el chantaje o el castigo; ¿te suena?). Localiza qué es lo que te hace estallar, qué es lo que altera tu estado emocional. “La otra persona puede llegarte a entender si le dices cómo te sientes”, dice Patricia Castaño.
  • Manejo de expectativas. Estas expertas te recuerdan la fórmula siguiente: Satisfacción = Realidad – Expectativas. “Pregúntate dónde tienes puestas tus expectativas, dónde estás colocando la vara de medir a tus hijos y a ti mismo”, dice Castaño; “Ten en cuenta tu propio dolor e insatisfacción por la distancia entre tu deseo y la realidad, ¿estás en la realidad o en el punto que desearías?”.

“Un buen ejemplo de expectativas es cuando crees que si a tu hijo le dices algo veinte veces lo va a hacer”, dice Eva Martínez; “O también que, como ya se lo has dicho, lo hará”.

“Sin embargo, la realidad es que no te está funcionando eso que creías que iba a funcionar, así que, en lugar de enfadarte, gritar, hacer chantaje o castigar, puedes cambiar de estrategia”.

  • Comunicación eficiente. ¿Qué ocurre cuando le dices a tu hija las cosas más de una vez? ¿qué es lo que entiende y qué no?, ¿Sabes cuál es su motivación, qué es lo que le importa? Son algunas de las preguntas que puedes hacerte para mejorar la comunicación con tus hijos, tengan la edad que tengan.

“Cuando no te hace caso puede ser bien porque no te entienda, bien porque no le interese”, dice Eva Martínez; “así que te propongo que le expliques cómo te hace sentir esa situación, ya que los niños, sobre todo a partir de los tres años, no entienden de razones, pero sí de emociones”.

desconexión

  • Evita la desconexión con los demás. Pantallas, juegos, mensajes y reels son un entorno atractivo para los niños y adolescentes. Incluso también para ti. Al pasar de un escenario de ocio, sin someterse a normas o reglas estrictas, la vuelta a la rutina se hace más difícil. “Establece estrategias, teniendo en cuenta que muchas veces no tienen noción del tiempo cuando les pides que dejen el dispositivo digital o la televisión”, dice Eva Martínez; “por ejemplo, dale una recompensa en el momento o usa herramientas que sean tangibles para ellos, del tipo ‘cuando acabe el episodio lo dejas’ o también ‘en cuanto llegue tu madre”.
  • Gestión de flexibilidad y firmeza. Entre la permisividad, el descuido y el autoritarismo existe un estilo educativo llamado Disciplina Positiva, que representa el mayor grado de amabilidad y de firmeza en la comunicación con tus hijos. “Las claves son libertad y orden”, dice Patricia Castaño; “el lema es: haz lo que necesites, que sea respetuoso contigo, con los demás y el entorno”.

“Es importante que pongas límites”, dice esta experta en Constelaciones sistémicas familiares; “por ejemplo, si tu hija no desea ir a clase de guitarra porque no ha estudiado la lección, tu respuesta como adulto ha de ser firme: «a clase vas a ir» aunque puedes preguntarle qué necesita o cómo le puedes ayudar”; “De esta forma, tu hija se hace consciente de la situación y puede que te sugiera que le acompañes a hablar con el profesor”; “Si es algo que consideras que puedes y deseas hacer, listo”.

  • Cuidado y autocuidado. “Tu equilibrio emocional depende de tu autocuidado”, dice Castaño; “ten en cuenta cuáles son los cuatro pilares o patas de ese equilibrio: qué prácticas de cuidado propio deseas, qué acciones de cuidado hacia tu familia, de dedicación a tu trabajo o actividad y de tiempo a tus relaciones sociales son relevantes para ti”.

“Cuanto mayor tiempo dediques al autocuidado, mayor será tu facilidad para modular tus emociones”.

  • Crea conexión sin ceder. Eva Martínez te recuerda que “se trata de establecer un canal de comunicación de doble vía, mediante el cual padres e hijos se conectan a la realidad del otro; es vital para educar”.

Para ello presta atención a tu niño o adolescente, escúchalo y que te cuente qué es lo que le pasa. Conecta con él para que te exprese lo que le motiva; sin embargo, no cedas; “usa la empatía como herramienta, para que se sienta sentido y entendido; llega a un acuerdo con tu hijo”.

  • Establece la estructura y las rutinas. Sabes que las rutinas son necesarias; no obstante, Castaño y Martínez te proponen crear una estructura basada en que en la familia todos conocen las reglas, hay alternativas y opciones, todos tienen voz, aunque el voto es cosa de adultos (a ti te corresponde validar).
  • Evita las comparaciones. “Tú eres única; tus hijos, tu familia, tu pareja, tu contexto, tus creencias y tus valores, también lo son”, dice Patricia Castaño; “A veces, entramos en conflicto porque creemos que hemos de seguir las reglas de los demás, aunque el libro de tu hijo has de escribirlo tú; por lo que evita el juicio y la comparación con los demás”.
  • Momentos especiales. Dedícales ocasiones y situaciones especiales, del tipo: tiempo en exclusiva (sin móviles), darles prioridad, estar juntos, hacer cosas divertidas o hacer cosas nuevas. “Es el tiempo para el sí”, dice Patricia Castaño; “Donde lo importante es la conexión, por lo que salta en los charcos, baila, ríe, comparte historias con ellos y, sobre todo, escúchalos”.

“Las reglas son tus límites físicos, emocionales y psicológicos, los tuyos y los de tu familia”, dice Patricia Castaño; “Nadie ha de decirte cómo has de hacer las cosas, ni la forma, ni siquiera el momento para hacerlas, pues lo que es válido para el otro no tiene que valerte a ti y viceversa”.

¡Feliz Reconexión con Calma y Serenidad! ¡Feliz Coaching!

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