Cómo trabajar la fragilidad de los mayores

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El nivel de fragilidad de las personas mayores tiene una incidencia muy importante a la hora de enfrentar situaciones adversas en su vida y que puedan influir, además, en su salud. Y tras un año de pandemia, esta fragilidad se ha visto afectada significativamente en muchos casos.

La fragilidad es «una situación de mayor vulnerabilidad de la persona que incrementa el riesgo de eventos adversos y de eventos sobre la salud, incluso hasta llegar al fallecimiento tras un evento estresante». Así lo explica el director Médico y Responsable Asistencial Corporativo de Caser Residencial, Juan Miguel Cabello, con quien hemos conversado para conocer, sobre todo, cómo se trabaja en los centros residenciales para reducir esa fragilidad en las personas mayores.

La fragilidad es un proceso dinámico, es decir, «no es algo que se mantenga siempre de la misma forma, sino que probablemente pueda ser atenuado e incluso reversible si somos capaces de identificar las causas que han propiciado la fragilidad», de ahí la importancia de trabajarlo de forma conjunta entre todos los profesionales del centro.

En este último año ese «acontecimiento adverso» ha sido para todos la COVID-19, esta pandemia y sus limitaciones, que han tenido consecuencias importantes en los niveles de fragilidad de las personas mayores. Porque, como reconoce Cabello, existe una relación clara entre el virus y la fragilidad. Un documento reciente dado a conocer desde el Colegio de Médicos de Madrid, en el que se habla de la fragilidad en las residencias, «especifica que el 72 % de los residentes en general son frágiles. Es cierto que este evento estresante, como decíamos en la definición, la incidencia de esta pandemia a través de un virus, aumenta la fragilidad de estas personas».

Si ahora analizásemos el porcentaje que evidencia el documento del Colegio,»podría haber aumentado, sobre todo post brote, en alguno de los centros», como apunta Cabello. Y reconoce que, actuando sobre la fragilidad, se predispone al usuario a tener una respuesta más fuerte en este caso ante el virus. «De hecho, también el aislamiento que se ha tenido que sufrir dentro de las residencias para proteger a los usuarios, puede haber hecho aumentar la fragilidad».

Juan Miguel Cabello, Director Médico de Caser Residencial.

El director Médico de Caser Residencial asegura que con planificación sobre estas circunstancias, «organizando y realizando actividades orientadas a ello, orientadas a devolver una mayor actividad física, teniendo un control más adecuado sobre su nutrición y sobre la situación psicosocial de las personas, podríamos mejorar su situación».

Como se puede actuar sobre la fragilidad, Cabello incide en que en los centros de Caser Residencial se centran mucho en hacer «una evaluación geriátrica integral de cada personas, que aborde todas aquellas esferas de la valoración multidisciplinar y multidimensional, que nos ayuden a identificar las causas que pueden aumentar la fragilidad en la persona mayor». Los programas con los que cuentan en sus centros están orientados a mejorar la actividad física, trabajan el control de los menús, «el control de la alimentación y ayudamos a que la sociabilidad, la socialización de estas personas vuelva a mejorar ese ánimo que pueden haber perdido durante los periodos de aislamiento».

Estos son los tres pilares sobre los que trabajan: la parte física, la parte nutricional y la parte afectiva. Son, como afirma Cabello, valores que se pueden abordar y que, probablemente, inciden «atenuando esa fragilidad que, de por sí, ya tienen estas personas mayores». Para conseguirlo, sobre estos tres pilares deben trabajar los diferentes profesionales de los centros, «porque la valoración y la integración entre ellos facilita que se diseñen planes específicos más acordes a las necesidades de cada una de las personas en los centros. Es decir, debemos hacer un abordaje multidisciplinar e interdisciplinar».

Más allá de los centros residenciales, ¿qué pueden hacer las personas mayores para frenar la fragilidad que provoca el aislamiento? El doctor Cabello asegura que «aquella persona mayor que se encuentre en su domicilio y que pueda valerse por sí misma, aunque sea con ayuda, debe incidir en llevar una vida saludable, fomentar en la medida de lo posible las relaciones con su entorno, en su comunidad, con sus familiares. Realizar algo de ejercicio y comer de forma sana puede ayudar a reducir la fragilidad», sin olvidar que si hablamos de personas con enfermedades crónicas, «es importante llevar un control adecuado de estas».

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