Haz frente a los bloqueos que te limitan

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La mentalidad de escasez, el rol de víctima y salvador a un tiempo, la necesidad de control, la autoexigencia y el autorrechazo son los cinco bloqueos que pueden alterar nuestra conciencia, haciéndonos vivir una vida sin propósito. Todos ellos están relacionados con un bajo nivel de autoestima y requieren trabajarse desde la aceptación, la compasión empática y la valentía de mostrar nuestra vulnerabilidad. Desde el Coaching, te acompaño.

La primera vez que confronté mis bloqueos, al hilo de mis heridas de la infancia, me di cuenta de que la descripción de cada uno de ellos me resonaba. “Lo tengo todo”, recuerdo que me dije, e incluso lo manifesté en voz alta.

Sin embargo, una vez que me puse a trabajar en ello identifiqué cuál era, en mi caso, el principal.

“Los bloqueos internos son conflictos no resueltos que parten de traumas y experiencias de la infancia y que pueden afectar a nuestra salud, tanto física, como emocional o espiritual”, dice María Mikhailova, durante su intervención en la Masterclass Los cinco bloqueos internos y heridas de la infancia que te impiden vivir en libertad.

Dice esta experta, creadora de la formación online SelfCoaching, que “cuando el bloqueo es potente, se convierte en nuestro enfoque habitual, en las gafas con las que vemos la realidad”

Este aspecto nos lleva a sentir el dolor incluso antes de sufrir el hecho mismo del abandono o de la humillación, al tiempo que va determinando la postura y forma de nuestros cuerpos, por lo que “nos encontramos con frecuencia con el mismo conflicto en nuestra vida, una y otra vez”, dice Mikhailova.

Adictos al sufrimiento

En tanto en cuanto los bloqueos tienen asociada una herida de la infancia equivalente, van dando lugar a una forma de ser a la que nos aferramos durante la etapa adulta. De este modo, nos vamos convirtiendo en adictos a aquello que, paradójicamente, nos paraliza y nos da seguridad al mismo tiempo, a modo de beneficio emocional secundario.

Veamos cuáles son esos cinco bloqueos, con sus correspondientes heridas y emociones. Te invito a que releas también, en esta misma website, el artículo titulado ¿Cuáles son las heridas de tu alma?

  1. Bloqueo número 1. Mentalidad de escasez. Descripción:
  • Sensación de que la vida te da lo justo para vivir.
  • Miedo a perder lo poco que se tiene.
  • Personalidad basada en el conformismo, la pasividad (no pasa a la acción), el cortoplacismo (“más vale pájaro en mano”).
  • Enfoque limitante ante la vida y las relaciones.
  • Falta de merecimiento (la persona siente que no merece tener lo que le corresponde).
  • Siente miedo a tener, pero al mismo tiempo se afana en acaparar.
  • Baja autoestima, basada en la creencia de que no merece tener lo que desea.
  • Miedo a la carencia, a la pérdida.
  • Dependencia emocional de los demás.
  • Herida asociada: Abandono.

 

  1. Bloqueo número 2. Rol de víctima y de salvador. Descripción:
  • La persona siente que hay algo malo en ella, que no es suficiente.
  • Se coloca en último lugar.
  • Presenta falta de acción por sí misma.
  • Tiene necesidad de aprobación.
  • Se preocupa en exceso por los demás. Sin tiempo para ella misma.
  • Tiene falta de asertividad. No sabe poner límites.
  • Personalidad basada en la queja y crítica continuas. Desconoce qué es lo que desea o cuál es su propósito en la vida.
  • Emoción prevalente: la vergüenza.
  • Baja autoestima, basada en el no merecimiento a ser feliz.
  • Herida asociada: Humillación.

 

  1. Bloqueo número 3. Necesidad de control. Descripción:
  • Preocupación constante, actitud reactiva.
  • La persona cree que no puede fiarse de nada ni de nadie.
  • Presenta actitudes compulsivas.
  • Suele procrastinar, posponer aquello que ha de hacer.
  • Personalidad basada en la necesidad excesiva de seguridad y de control. No pasa a la acción, por temor a no poder controlar.
  • Emoción destacada: el miedo, particularmente al compromiso.
  • Herida asociada: Traición.

 

  1. Bloqueo número 4. Autoexigencia. Descripción:
  • La persona es muy perfeccionista y excesivamente dura consigo misma. Se exige cumplir todas las obligaciones.
  • Suele tratarse del primer hijo, primogénito.
  • Se maltrata y ‘machaca’ emocionalmente, pues no se siente lo suficientemente perfecta.
  • No se permite desconectar, ni divertirse.
  • Se enfoca en la recompensa.
  • Personalidad basada en el miedo al fracaso, también a mostrar debilidad. Le cuesta tomar decisiones. Tiene dificultad para pedir ayuda e ignora sus deseos y necesidades.
  • Emoción dominante: la ira y la culpa.
  • Herida asociada: Injusticia.

 

  1. Bloqueo número 5. Autorrechazo. Descripción:
  • La persona se anula y no se acepta, como si no tuviera derecho a existir.
  • Se aisla en su mundo, creando castillos imaginarios y sin pasar a la acción.
  • Siente miedo a ser juzgada, a ser rechazada.
  • Personalidad basada en la huida de sí misma, en el desapego exagerado. Esto último se explica por la creencia de que lo mismo necesitar huir, de forma repentina. Siente temor a la exposición, a mostrarse tal y como es.
  • Emoción destacada: la soledad y el miedo a ser juzgada o criticada.
  • Búsqueda de reconocimiento.
  • Sabotea sus relaciones, pues se pregunta: ¿cómo puede amarme alguien?
  • Herida asociada: Rechazo.

Desbloquear los miedos

“Reconocer el bloqueo y la herida es el primer paso”, dice María Mikhailova, quien propone algunos tips para superarlos; “la compasión empática y la aceptación son fundamentales”.

  1. No puedo liberarme de más de un bloqueo a la vez. He de hacerlo uno por uno, a mi propio ritmo.
  2. El primer paso reside en darme permiso para sentir la autocompasión empática, así como también vencer el temor a expresar la propia vulnerabilidad.
  3. Escucharme, dándome cuenta y aceptándome (para trascenderme, para ir más allá). Sentirme cómoda en la vulnerabilidad.
  4. Crecimiento personal realista, sostenible en el tiempo y aceptando que haya cosas que no pueda cambiar.
  5. Para transformar mi identidad he de abrazarme tal cual soy ahora mismo.
  6. La sanación viene del trabajo interno más la retroalimentación mediante la acción (al hablarlo con mi gente favorita: amigos, familiares, pareja)
  7. Te propongo que no hagas el camino del desbloqueo a solas; “es complicado, pues a veces es preciso tomar decisiones incómodas, puedes presentar resistencia al cambio o quizá no sientas el apoyo de otras personas de tu entorno; por todo ello, conviene que alguien supervise tu progreso, te acompañe en tu proceso; es el caso de un coach, o un terapeuta”, dice María Mikhailova, coach experta en Formación.

Para los que habéis llegado hasta aquí, confieso que mi bloqueo principal ha sido la necesidad de control, asociado a la herida de la traición. Sé que ésta no ha sido la única, si bien me doy cuenta de que, a través de mi propia evolución emocional y de la consciencia, he logrado reducirlos.

Por ejemplo, antes de formarme como coach, era el bloqueo número dos el más destacado en mi conducta. Se concreta en el rol de víctima y salvador. Paso a paso, fui haciéndome consciente de que tanto la aceptación como la compasión empática eran las mejores herramientas para terminar con esa obstrucción.

Ambas las he utilizado tanto conmigo misma como con mis progenitores, para dejar atrás el bloqueo y sanar la herida de la humillación.

Se ha tratado y se trata de un proceso tranquilo, en el que los cambios han de producirse paso a paso, “sin prisa, pero sin pausa”, que diría mi abuela Celsa.

Hoy por hoy, sigo trabajando mi confianza, especialmente en los demás y en las nuevas situaciones.

Y recuerda que, en la expresión de la propia vulnerabilidad, la autoaceptación y la autocompasión empática se encuentra la puerta de salida de los bloqueos del alma.

¡Felices Desbloqueos! ¡Feliz Coaching!

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