Mayores de varios centros de Amavir participan en un experimento social para el programa El Hormiguero de Antena 3

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Amavir ha colaborado con el programa de televisión El Hormiguero 3.0, conducido por Pablo Motos en Antena 3, para la realización de un experimento social en el que se trataba de evaluar cómo influye la edad en la toma de decisiones y en la visión sobre diferentes aspectos de la vida.

El experimento, que se emitió en el programa de ayer, fue conducido por el filósofo José Antonio Marina y en él se dieron cita un total de 30 mayores de las residencias madrileñas de Amavir en Usera, Valdebernardo, Ciudad Lineal, Alcorcón, Puente de Vallecas y Arganzuela, junto con 30 jóvenes. Ambos grupos fueron preguntados sobre diferentes cuestiones, como si son patriotas, si se deberían prohibir los toros o si han pasado hambre alguna vez en la vida.

El resultado del experimento, en palabras de Marina, era totalmente imprevisible, como lo demostró la primera pregunta: “¿a menudo piensas en la muerte?”. Las personas de edad avanzada, que en principio deberían estar más preocupadas por el final de su vida, tienen tendencia al olvido de su situación y es la gente joven la que piensa más en el final de sus días que la gente de mucha edad, afirmó José Antonio Marina. “Si la tengo segura, para que voy a pensar en ella”, comentaba una de las residentes.

Sorprendentemente, en relación a la dependencia sobre el móvil, una única persona mayor, una de las mujeres residentes de Amavir, reconoció su dependencia al dispositivo y respondió afirmativamente a la pregunta. “Tengo seis hermanos y los llamo por la mañana y por la noche, uno en Palma de Mallorca y los demás repartidos por ahí” comentaba.

“Si lo fueras, ¿reconocerías abiertamente tu homosexualidad?”. Pocos fueron los mayores que se mantuvieron en el círculo del SI pero también algún joven se posicionó en el círculo del NO. Una de las residentes de Amavir reconoció que sí comentaría de forma abierta su orientación sexual, porque “en la sociedad ya hay libertad para expresarse libremente las personas”. Marina analizó que aquellas personas jóvenes que se posicionaron en el NO no lo hacían por considerar que es algo malo, como pensarían algunas personas de más edad, que fueron las que ocuparon mayoritariamente el círculo.

En las personas de edad avanzada es un tanto “perturbador” volver a enamorarse, comentaba el filósofo sobre las respuestas que ofrecieron a la pregunta “¿te gustaría volver a enamorarte?”. El gran porcentaje de los mayores comentaba que no, y apenas dos confirmaron que sí.

El experimento no podía acabar sin un consejo de los mayores de Amavir a las generaciones venideras y viceversa: “Que no se os olvide esta edad y que cuando seáis mayores tengáis optimismo, y que miréis por los que vienen debajo también”comentaba una de las residentes. “Yo quiero deciros que si os queda algo por hacer que lo hagáis, porque lo más importante es no quedarse con mal sabor de boca”, quisieron recordar a los mayores el grupo de jóvenes.

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