Se estima que hasta el 80% de la población española experimentará lumbalgia en algún momento de su vida, y se calcula que aproximadamente un 18% de los españoles sufren lumbalgia crónica. Además de ser la causa más común de discapacidad relacionada con el trabajo en España, es más frecuente en personas mayores de 50 años y afecta más a las mujeres que los hombres.
La lumbalgia es una de las patologías de columna más habituales, se caracteriza por un dolor agudo en la parte baja de la espalda, en la zona que está comprendida entre las costillas y los glúteos.
En la mayoría de las ocasiones remite a los pocos días, pero cuando el dolor no desaparece en un mes aproximadamente, es importante acudir al especialista en columna vertebral para descartar que sea algo más grave. Sobre todo, si éste aparece acompañado de otros síntomas como debilidad en las extremidades inferiores, hormigueo, sensación de rigidez o incapacidad para realizar determinados movimientos.
Aunque la lumbalgia afecta a personas de todas las edades, su incidencia aumenta a medida que nos hacemos mayores, empezando a ser especialmente debilitante a partir de los 50 años, ya que puede verse afectada la capacidad de realizar las acciones cotidianas del día a día.
El proceso natural de envejecimiento de la columna produce desgaste y degeneración de estructuras en discos, facetas o ligamentos, que provocarán en conjunto una contractura muscular que a su vez generará el dolor. Casi todas las lumbalgias se parecen, pero la causa del dolor casi siempre será distinta. Por ello, es de suma importancia una buena anamnesis clínica y una batería de pruebas adecuadas con la valoración de un especialista de columna.
Tipos de lumbalgia y sintomatología:
Aguda: es aquella que produce un dolor intenso en un momento puntual y que precisa tratamiento para controlar la crisis de dolor con medicamentos, fisioterapia o cirugía. Las causas más frecuentes son las lesiones deportivas y las hernias discales. El síntoma más frecuente suele ser un dolor lumbar intenso debido al espasmo muscular protector de la columna, que provoca la imposibilidad de movimiento de la persona. Habitualmente requiere como primera medida el reposo, la medicación analgésica y relajante muscular.
Crónica: es la más habitual en personas mayores. Es aquella que produce dolor lumbar continuo de menor intensidad, pero que se va agravando con el tiempo. Habitualmente, se relaciona con los procedimientos degenerativos de la columna. Este tipo de lumbalgia requiere de un buen diagnóstico de la causa que origina el dolor, ya que ello determinará el tratamiento. Si la lumbalgia es crónica la sintomatología que presenta suele ser: dolor en la zona inferior de la espalda de intensidad variable a lo largo del día y que se agrava con el movimiento de las actividades diarias, debido a la disminución de la flexibilidad y la movilidad.
Además del dolor, otras señales y síntomas de la lumbalgia pueden ser:
- Rigidez en la espalda al despertar.
- Dificultad para moverse o caminar.
- Debilidad en las piernas.
- Hormigueo o entumecimiento en las piernas o pies.
- Dolor que empeora al estar sentado o de pie durante mucho tiempo.
- Dolor que empeora al hacer ciertas actividades.
- Dificultad para levantar pesos pesados.
Causas de la lumbalgia
La gran mayoría de las causas son osteomusculares:
- Padecer enfermedades degenerativas como la osteoartritis y la estenosis pueden provocar una disminución en la elasticidad de los tejidos y una reducción del espacio entre las vértebras, lo que aumenta el riesgo de lesiones y dolor en la espalda.
- Llevar un estilo de vida sedentario debilita la musculatura de la espalda.
- Los malos hábitos y las malas posturas, ya que a medida que envejecemos, tendemos a desarrollar una postura encorvada, lo que puede ejercer presión adicional en la columna vertebral y provocar lumbalgia.
- Lesiones que vengan de tiempo atrás, lo que aumenta el riesgo de lumbalgia crónica.
- El sobrepeso puede ejercer una presión adicional en la columna vertebral y aumentar el riesgo de lumbalgia.
- Enfermedades sistémicas como la diabetes y la artritis reumatoide, pueden aumentar el riesgo de lumbalgia.
¿Cómo tratar la lumbalgia?
Como la lumbalgia puede estar originada en diferentes zonas, cada una tiene un tratamiento diferente:
- En el músculo: Deben ser tratadas de forma conservadora, mediante tratamiento fisioterápico y educación postural.
- Las facetas: el tratamiento suele ser la radiofrecuencia, es decir, la ablación mediante calor, realizado con agujas, de los nervios sensitivos que inervan las mismas.
- El disco: el tratamiento suele ser el quirúrgico. En función del grado de degeneración del disco y la edad del paciente, se puede realizar cirugía de fusión vertebral vía posterior mínimamente invasiva con cirugía robótica o con la técnica del ADR -que consiste en sustituir un disco dañado por otro artificial de manera poco invasiva, es decir, a través del abdomen-.
Dr. Ignasi Catalá.
Neurocirujano y subdirector del Instituto Clavel.
