Castilla y León avanza en atención a la discapacidad

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Isabel Blanco, consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de Castilla y León.

Castilla y León, a través de la consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, está tramitando el Anteproyecto de Ley de Garantías de Atención a las Personas con Discapacidad a lo largo de su vida. Una norma que garantiza que las personas con discapacidad de la Comunidad puedan participar y decidir sobre su propia vida fomentando la autodeterminación, para lo que se establece un servicio de apoyo técnico, y garantizando que, una vez que fallezcan sus progenitores o cuidadores, sigan recibiendo la atención que precisan. En Castilla y León casi 178.000 personas padecen algún tipo de discapacidad, lo que representa el 8 % de la población. La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, reconoce que se trata de una Ley «pionera, que responde a las demandas de las familias de las personas con discapacidad».

 

¿Cuáles son los objetivos principales que se marca el ejecutivo de Castilla y León con este Anteproyecto de Ley?

Este Proyecto de Ley surge como respuesta a una demanda de las familias de personas con discapacidad y del sector. En los últimos años las familias nos han trasladado una situación que para ellos es muy dolorosa, en la que las personas con discapacidad, por suerte, envejecen más que antes. Muchos de ellos sobreviven a los padres, y a las familias se les crea la preocupación de qué pasará cuando ellos no estén, se preguntan si esa persona va a estar bien atendida. Y ahí es donde se enmarca este proyecto. Por un lado queremos dar tranquilidad a esas familias, asegurándoles que sus hijos, sus hermanos van a estar bien atendidos, y van a hacer lo que ellos quieran hacer. La base del proyecto es el proyecto de vida de la persona con discapacidad. Es decir, es la propia persona con discapacidad la que, con su familia, va marcando desde pequeñito lo que quiere hacer. Muchas veces las administraciones pensamos qué tenemos que hacer con esas personas y no pensamos en lo que ellos realmente quieren hacer. Esta Ley va marcando esos tránsitos que hay en la vida desde la Atención Temprana. Por ejemplo en Castilla y León tenemos una prestación. Hay más de 3.200 menos con discapacidad atendidos. Pero ahora se pone ya por Ley.

 

¿Cómo se marcan esos tránsitos?

Cuidados que están a lo largo de toda la vida, en el tránsito a la vida educativa, en la vida laboral, asegurando que estas personas tengan preferencia en los centros de día que ellos elijan, en el tránsito a la jubilación. Y en el tránsito más doloroso que es cuando les faltan las personas de referencia, las personas de vida, sus padres. Queremos asegurarles que, en esos momentos, tendrán prioridad para acceder a los recursos que ellos quieran. Por ponerte un ejemplo, si una persona con discapacidad ha estado toda su vida en un centro, a partir de la jubilación podrá quedarse en el mismo centro. La Ley les garantiza que tendrán una atención profesional centrada en lo que ellos decidieron.

Reunión de la consejera con el CERMI.

Se trata además, de un proyecto que ha contado con la colaboración de organizaciones que trabajan con personas con discapacidad.

Así es. Es un proyecto hablado con el CERMI, con las asociaciones que trabajan con personas con discapacidad, consensuado con ellos. Como decía, a veces las instituciones intentamos poner en marcha iniciativas con la mejor intención, pero necesitamos saber las necesidades reales de las personas a las que nos dirigimos. El CERMI ha estado desde el primer momento, colaborando en la elaboración del texto. Este Anteproyecto de Ley se basa en el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades de las Personas con Discapacidad. Un Plan (2016-2020) que supuso ya un punto de inflexión ya que pasaba del carácter asistencial, propiamente dicho, que tenía la atención que se prestaba a estas personas, a ser una atención centrada en la persona, en su autonomía. Ese es el punto de partida en el que nos hemos apoyado para hacer este Anteproyecto de Ley, con un texto, insisto, totalmente consensuado con el CERMI y con las asociaciones que atienden a las personas con discapacidad.

Consejera, hablamos de una Ley que estará operativa ¿para cuándo?

Esperamos que para el primer semestre del año 2021. Ha pasado ya por gobierno abierto, por el informe de la Comisión Delegada del Consejo de Gobierno, y ahora la tramitación de los consejos por los que tiene que pasar, los consejos consultivos, los órganos de participación. A partir de ahí, se remite a las Cortes para su tramitación. Esperamos que antes que acabe el siguiente periodo de sesiones, esté aprobada.

 

Esta Ley aborda reclamaciones claras del mundo de la discapacidad desde hace tiempo, y resulta curioso que, hasta ahora, no exista una Norma parecida en el Estado. 

Sí. En Castilla y León hemos sido pioneros en muchos temas. Nos preocupan seriamente las personas y nos centramos en ellas. Y entendimos que ésta era un complemento a la Ley de Discapacidad, dando respuesta a las demandas que nos planteaban. Teníamos que avanzar en estos sentidos y hacerlo con rango de Ley. Darle este tipo de normativa a este tipo de actuaciones era necesario para dar esa tranquilidad, esa seguridad a las familias.

 

Como norma pionera, ¿podría suponer un acicate a otras regiones del país? 

Sí, sin duda. Es verdad que existe mucha normativa que ha desarrollado Castilla y León que, después, ha servido de modelo a otras regiones. Por ejemplo la Ley de Violencia de Género, que contemplaba ya cosas que están en el Convenio de Estambul, como que el acoso sexual o la trata era violencia de género. Esta Ley sirvió de modelo para el Pacto de Estado que se firmó en España en la lucha contra la violencia de género. Y con esta Ley podría ocurrir lo mismo. Es el primer paso y puede servir de modelo al resto de comunidades y a nivel estatal.

 

Consejera, y ante las Navidades tan atípicas que nos toca vivir este año, ¿cómo incidir en la necesidad de cuidarnos en estas fechas? 

La verdad es que nos encontramos en una situación complicada. No se nos tiene que olvidar que, aunque los números mejoran temporalmente, estamos en una situación muy complicada. Hay que extremar todas las medidas de precaución, higiene de manos, la distancia de seguridad, reducir al máximo los contactos sociales. El virus, por desgracia, no entiende de fronteras, no entiende de puertas, de territorios, y ataca a las personas más vulnerables, a las más sensibles, a las personas mayores y a las personas con discapacidad. Vienen una fecha que invitan a todo lo contrario, y por eso es tan importante recalcar estas medidas. Pensemos en ellos, que son los más vulnerables y que tenemos que cuidarlos y protegerlos. Y no hay mejor manera de darles el cariño que demandan que siguiendo esas medidas de precaución.

 

Se acaba este 2020. ¿Qué deseo pedimos para el que llega, el 2021?

Que recobremos la normalidad. No sé si la nueva, la vieja. De este año vamos a sacar muchas lecciones, vamos a aprender muchas cosas, habrá muchos cambios y tenemos que ser capaces de sacar lo mejor, las cosas buenas que se han puesto de manifiesto a partir de las situaciones que hemos vivido. Hay que recuperar la normalidad en nuestras vidas, en el sentido amplio de la palabra normalidad.

 

 

 

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