Las heridas, esos momentos difíciles que cada uno ha de afrontar y superar en su vida, son las que perfilan nuestra unicidad, según la coach Magda Barceló. Y así lo manifiesta en su libro «Tu vida épica» (Amat Editorial), una obra en la que nos invita a recorrer el viaje que nos lleve a conectar con «lo que nos hace particularmente únicos», para acercarnos al #propósito de nuestra existencia. Porque cada vida, la tuya, la mía, la de todos, es única y es épica en el más puro sentido del término, según Barceló.
Desde el inicio del libro nos invitas a realizar este viaje a todos porque todos somos únicos.
Sí, así es. Es un libro de desarrollo personal que invita a vivir la única vida que tenemos. El poeta David Whyte dice: “Hay mil vidas que puedes llamar por el nombre que quieras y solo una que puedas llamar tuya”. Se trata precisamente de esto, de encontrar esa vida que es la nuestra y soltar las otras que son, las de la sociedad, de nuestros padres, de nuestros amigos. Por eso este libro está pensado para cualquier persona y de cualquier edad. Tanto para personas que estén en activo que estén a gusto con su vida porque siempre hay aspectos que se pueden mejorar, como para personas que ante un cambio grande, como puede ser la jubilación, se preguntan cómo van a llenar su vida. Lo importante, en el momento que sea, es conectar con aquello que nos hace únicos y nuestro propósito es algo que puede ser muy útil.
¿Cómo lo conseguimos? ¿Cómo conectamos con nuestra unicidad?
Es un proceso. De hecho el libro está estructurado en diferentes capítulos en los que hay, además, una serie de ejercicios para realizar. Conectar con la unicidad se puede hacer de muchas formas. Por ejemplo, en el libro invito a los lectores a dividir su vida en etapas de siete años cada una, y observar qué es lo más significativo que les ha pasado en cada etapa. Ir viendo, mirar a la vida de uno como si fuera la de otra persona y preguntarse qué tiene de único, qué ha venido a hacer. Esta es una forma de hacerlo. Otra forma sería hablar con personas que nos conocen, personas cercanas que nos aprecian, no necesariamente nuestros familiares, y preguntarles qué valoran de nosotros, qué creen que nos hace únicos, qué aportamos a sus vidas. Y si les escuchamos, poco a poco iremos recibiendo respuestas y estas respuestas no ayudarán a conectar con nuestra unicidad.
“Lo importante es conectar con aquello que nos hace únicos”
A pesar de todas tus indicaciones, ¿no es complicado ese viaje de auto evaluación, de mirar hacia dentro de cada uno?
Sí, lo es. Más que complicado es que da mucha pereza mirar hacia dentro (sonríe), porque estamos muy acostumbrados a mirar hacia fuera. Mirar hacia dentro significa entrar en contacto con aspectos positivos pero también con temas que tenemos pendientes, en muchas ocasiones. Es incómodo pero, sin embargo, es importante hacer este viaje porque si no, no podemos conectar con esa unicidad y además son, casi siempre, las cosas que nos han dolido, las cosas que nos han ido mal, nuestras heridas las que nos hacen particularmente únicos. El haber vivido esas experiencias traumáticas nos preparan para ser herramientas y ayudar a otros.
¿Qué es el propósito en nuestra vida? ¿Cómo podemos definirlo?
Es un concepto y como cualquier concepto tiene sus limitaciones. Hay muchas formas de entender el propósito. A mí me gusta hacerlo de dos formas. La primera es como algo que hacemos y la otra sería más un cómo lo hacemos. Es una forma única de hacer las cosas que tiene que ver con nuestra unicidad. No es tanto el qué hacemos sino el cómo lo hacemos. Y voy un paso más allá: nuestro propósito es una forma única de amar, de expresar este amor que somos en el mundo. Es algo que hacemos en todo momento, lo sepamos o no. No podemos dejar de ser nuestro propósito. Lo que yo propongo en el libro es que tomemos consciencia de esto y, al tomar conciencia y ponerlo en el centro de nuestra vida, podamos expresarlo con más potencia.
¿Qué es lo que normalmente nos dispersa en esa búsqueda del propósito?
Varias cosas. Una trampa muy habitual en nuestros días es creernos que va a ser fácil, que la vida es fácil. Es como engañarnos pensando que ante las cosas difíciles hay algo que no funciona, y yo creo que es al revés. Por defecto la vida es difícil. En la vida hay pérdida, hay sufrimiento, decepción, accidentes. Conectar con el propósito ayuda a cambiar el foco y en lugar de fijarnos en la búsqueda de la felicidad, buscar aquello que tiene sentido, dando por sentado que habrá cosas que nos harán sufrir porque es el tejido mismo de la humanidad. Esa búsqueda de la felicidad es una de las cosas que nos desvía de nuestro propósito.
«No podemos dejar de ser nuestro propósito»
Otra cosa que nos desvía es pensar que el propósito tiene que ser algo grande, olvidándonos de que todas las vidas son importantes, todas las vidas influyen en muchísimas otras vidas. Cada vida es una promesa, es un regalo único en el tejido de la existencia. Evitar esta responsabilidad es engañarnos a nosotros mismos y echar a perder nuestra vida. Un ejemplo claro: pensemos en esa persona que nos trae un paquete a casa, de cómo haga la entrega te puede cambiar la tarde. Cada acción que hacemos y el cómo lo hacemos tiene un impacto tremendo en las personas que nos envuelven. Vivir una vida con propósito es ser consciente de esto y darle un sentido profundo a nuestra existencia.
El beneficio de encontrar nuestra unicidad, ¿va más allá de nosotros mismos como seres individuales?
Así es. De hecho un propósito no es bueno si no lo es para los otros. Es decir, tiene que ser bueno para nosotros y también para el resto de las personas.
“Nuestro propósito es una forma única de amar”
De todas las etapas que hay que realizar en esa búsqueda, ¿cuál es la más complicada?
En este viaje que he hecho, y que sigo haciendo porque no se termina nunca, la etapa más difícil depende de cada persona. Si, por ejemplo, alguien tiene un trauma de su pasado que les lastra mucho, esa será una etapa muy difícil y muy necesaria. Hay personas que deben prestar más atención a sus relaciones para resolverlas de la manera más sana posible. A otras personas les faltará una práctica que les centre (hablo en el libro de prácticas anclas que son aquellas que nos conectan con nuestro centro). Es importante tener presente que no podemos entrar en contacto con nuestro propósito si estamos llenos de ruido, y muchas personas están llenas de ruido en el sentido de que nunca están solas, y eso dificulta mucho conectar con nuestra unicidad y discernir lo que es importante.
¿Podemos resumir en pocas palabras por qué merece la pena hacer este viaje?
Buda contaba una historia en la que decía que el hecho de tener una vida es un hecho tan sumamente poco probable como que una tortuga vaya hacia el fondo del mar, vuelva a subir y baje otra vez al mismo punto. Queda claro lo precioso que es estar vivo, que es un viaje tan corto y con tantas posibilidades. Y el libro no es más que un amigo de viaje para honrar este regalo que es vivir.
