¿A quién invitarías a tu 90 cumpleaños?

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Una de las herramientas más potentes en Coaching la constituyen las preguntas, esos interrogantes exentos de juicios que planteamos al coachee, para favorecer sus epifanías. Se trata de acompañar en la indagación, en la búsqueda de la verdad de esa persona. Hoy, desde el Coaching, te invito a responder a la siguiente cuestión: ¿A quién invitarías a tu fiesta por tu 90 cumpleaños?

Valentina se llamaba una tía abuela a quien recuerdo con especial cariño, sobre todo cuando utilizo su regalo más querido, una bandeja de porcelana de formas onduladas y decorada con muchas flores azules. Tía Valen, como prefería que la llamáramos, vivía en un piso grande y antiguo en la madrileña calle del Pez y, cada vez que íbamos a verla, a pesar de sus muchos años, nos ponía refrescos y aceitunas, mientras nos hacía preguntas a propósito de los estudios y los “novietes”.

La tía Valen era un ser excepcional que, a pesar de sus muchas décadas, cuidaba de una hermana más joven y con achaques de salud. Los de tía Valen eran invisibles: nunca se quejaba y siempre nos recibía con una sonrisa espléndida, que destacaba en su fino rostro, marcado por las estribaciones propias de quien ha recorrido tanto camino.

Cuando tía Valen se fue, casi había llegado a los cien años. Ahora, al pensar en ella, recuerdo lo que tenía en mente cada vez que la iba a visitar: “Cuando sea mayor, quiero ser como la tía Valen”. Estoy segura de que ella habría llenado el aforo equivalente a un teatro en su fiesta de los 100 años.

Y es que el reto que hoy te propongo consiste en responder a la siguiente pregunta: ¿A quiénes invitarías a tu fiesta para celebrar tu 90 cumpleaños?

 

Desmontando creencias
“Nuestra principal incongruencia como seres humanos es que no nos aceptamos a nosotros mismos”, dice la coach ejecutiva Carmen Clemente, durante una entrevista reciente en el canal Más Allá de la Marca Personal, en You Tube Live; “Aunque queremos ser aceptados por los demás, por todo el mundo”. De aquí parte, según esta experta en comunicación efectiva, liderazgo e inteligencia emocional, el sufrimiento como individuos; “La sociedad nos dice que, si se quiere, se consigue y nos fuerza a estar constantemente ocupados”. Lo cual nos lleva, a su vez, a “estar inmersos en una queja continua, debido a la presión ejercida por una sociedad que nos requiere continuamente productivos”, dice Carmen Clemente; “Estamos locos, desquiciados por seguir las imposiciones de la sociedad”.

Como coach, esta experta aplica sus propias estrategias de acompañamiento. “Cuando el coachee viene armado, pertrechado, la pregunta que puedo hacerle es ¿quién eres?”. Explica Carmen Clemente que, en la mayoría de los casos, el coachee habla de roles tales como soy padre, soy ejecutiva de cuentas, soy pareja de, o soy estudiante de ingeniería.

Esta especialista en comunicación efectiva empieza a desbrozar las diversas capas, desposeyendo de esos roles al coachee mediante preguntas como: “Si no fueras médico, ¿serías tú? ¿Pensarías igual? Se trata de acompañar a las personas en su proceso de autoconocimiento, con una tercera parada en la que hace que imaginen qué serían si fueran una flor, un animal, un edificio o una canción; “eligen hasta doce suposiciones que posteriormente dotan de atributos, con lo que van construyendo su propia definición”.

“Replantearse las creencias, cuestionarlas, es romper con lo que te han enseñado tus padres y/o tutores”, dice Carmen Clemente; “Y lo cierto es que al principio una puede sentirse desamparada en este proceso de sustitución”.

Cumpleaños feliz
Otra de las preguntas que esta coach suele hacer a sus clientes es la de ¿qué te gustaría que dijeran de ti? Desde el Coaching, te invito a planteártela y a responderla, para lo cual Carmen Clemente propone un nuevo escenario. Imagina que llega tu 90 cumpleaños; para celebrarlo, organizas una fiesta con convite y distribuyes a tus invitados en torno a siete mesas, correspondientes a otras tantas categorías: familiares de origen, nuevos familiares, compañeros, amigos, enemigos, conocidos y personas especiales. Esas personas puede que ya no existan, por fallecimiento. Pero para tu cumpleaños número 90 están aquí, a tu lado.

En la mesa de familiares de origen, estarán las personas que forman parte de tu mismo árbol genealógico; en la de nuevos familiares, aquellos que hayas seleccionado como pertenecientes a tu verdadera familia, la que te creaste tú
misma. La mesa de compañeros incluye tanto a los de estudios como a los de trabajo. La de amigos acoge a los que lo fueron, aunque en este momento no lo sean y a los que lo son. Aquellos que tuvieron una conducta tóxica con nosotros y de los que nos alejamos los colocaremos en la mesa de enemigos, mientras en la de conocidos tendrán un puesto esas personas con quienes aún no tenemos relación de amistad.

Por último, la sección de personas especiales es para aquellas que nos hayan dejado una huella permanente. En mi caso, la tía Valen ocuparía un puesto de honor. En un momento determinado, te vas aproximando a cada una de las siete mesas. Al llegar, una de las personas convocadas se levanta para reconocerte y agradecerte algo que hiciste por ella.

¿Imaginas la escena? Bien, pues ahora te propongo que elabores la situación respondiendo a las siguientes preguntas. Te invito a que tengas a mano tu Diario Coaching, a que te tomes tu tiempo, interrumpiendo de vez en cuando si  fuera necesario.

  • ¿Quiénes serían las personas que ocuparían las siete mesas?
  • ¿Qué persona se levantaría para recibirte en cada una?
  • ¿Cómo te tratarían?
  • ¿De qué forma te reconocerían lo que hiciste por ellas?
  • ¿Cómo te lo agradecerían?
  • Tú, ¿qué les dirías a cada una y cómo?
  • ¿Estás escuchando lo que te gustaría que dijeran de ti?

Con tus respuestas logras identificar qué es lo que contiene tu mochila emocional, permitiéndote reconocer y agradecer a ti misma y a los demás la persona que has llegado a ser hoy.

  • ¡Feliz 90 Cumpleaños! ¡Feliz Coaching!

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