Durante la cuarentena las personas mayores han sufrido las consecuencias del encierro prolongado, afectando a su salud tanto a nivel físico como cognitivo. En concreto, la directora de Operaciones de STIMA, Patricia del Barco, destaca las alteraciones el deterioro de la fuerza muscular del miembro inferior y, por lo tanto, la marcha, perdiéndola en algunos casos totalmente.
Además, la experta señala el aumento del deterioro cognitivo con más fallos de atención, memoria a corto plazo, alteración de las funciones ejecutivas y desorientación temporal. Asimismo, Patricia comenta que una de las consecuencias más incomodas del confinamiento han sido las alteraciones emocionales y conductuales, provocando situaciones de riesgo en algún domicilio con mayores que no entendían la situación y que, a veces, se enfadaban. Estos mayores han vuelto a los centros con un estado de ánimo más alterado que el que tenían previo a la cuarentena.
En cuanto a la rehabilitación de la persona mayor, la Directora de operaciones de STIMA subraya “las capacidades pérdidas durante la cuarentena, si no hay patología añadida, son recuperables en su mayoría con la rehabilitación adecuada. Sin embargo, esa rehabilitación debe empezarse cuanto antes para que los déficits sean los menores posibles”.
A nivel económico, con el fin de facilitar la rehabilitación de los mayores a pesar de la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19, STIMA realiza un 25% de descuento a todas las familias que acuden al centro en los meses de julio y agosto, tanto nuevas como nuevas incorporaciones. Además, ofrece la ayuda privada del Cheque STIMA, que permite ayudar a aquellas familias que tienen dificultades económicas para costearse el centro por ellos mismos. Es muy sencillo de solicitar y le daremos respuesta en dos o tres días. Pueden beneficiarse hasta de una ayuda del 50% del coste mensual del centro, se puede compatibilizar con el Cheque Servicio de la Comunidad de Madrid y solo necesitaremos un certificado de pensiones y declaración de la renta.
A nivel asistencial la Directora de operaciones incide en la necesidad de combinar la estimulación física, cognitiva y funcional con los profesionales de referencia de cada especialidad. “Talleres de neuropsicología para mejorar el deterioro cognitivo, de fisioterapia para mejorar las capacidades físicas y de terapia ocupacional para que mantengan o recuperen su independencia funcional. Siempre contando con un equipo médico y de enfermería para vigilar la salud basal y un equipo de auxiliares de geriatría encargados de controlar que se cumpla el Protocolo de Medidas de protección frente al coronavirus”, concluye la experta.
