Medicamentos ¿de marca o genéricos?

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Los medicamentos genéricos comenzaron a comercializarse en España hace más de 15 años, y cada vez estamos más familiarizados con ellos; sin embargo, sigue existiendo cierta polémica sobre su eficacia y seguridad, que los especialistas atribuyen al desconocimiento. Por otra parte, a los medicamentos de marca se les ha colgado la etiqueta de tener un precio más caro y ser insostenibles para el Sistema de Salud, ¿pero es esto cierto? Lo importante, en este contexto, es que el paciente tiene la libertad de elegir.

 

Medicamentos ¿de marca o genéricos?

Un medicamento es aquella sustancia o combinación de sustancias con propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades, o que pueden usarse para restablecer, corregir o modificar ciertas situaciones fisiológicas que influyen en la salud. Estos preparados se caracterizan por los principios activos que contienen, generalmente dirigidos a prevenir o curar determinadas patología o dolencia. Por lo tanto, los principios activos son la esencia de los medicamentos. 

La consideración más relevante que se debe tener en cuenta a la hora de elegir un medicamento genérico o de marca es que ambos tienen el mismo principio activo, en la misma cantidad e igual forma farmacéutica, por lo que la calidad, eficacia y seguridad son las mismas.

Otra idea que se tiene que desechar es que los genéricos solo están indicados para enfermedades leves, porque también los hay de alta especialización, apropiados para áreas de oncología o trasplantes. De hecho, este tipo de fármacos genéricos exige un desarrollo científico complejo y requiere de tecnologías específicas.

Según los laboratorios Cinfa, un medicamento genérico requiere de cuatro años de desarrollo científico como media, dependiendo de su complejidad, además de fuertes inversiones, y solo se comercializa cuando ha superado todos los exámenes científicos y de calidad, de acuerdo a las regulaciones gubernamentales.

Y es que, todos los medicamentos genéricos y de marca, están aprobados y homologados por los ministerios de cada país. Concretamente en España, es la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios el organismo que asegura la calidad de los medicamentos que se desarrollan y se comercializan en nuestro país. Absolutamente todos los medicamentos, genéricos y de marca, pasan estrictos controles antes de ponerse a la venta para su consumo, por tanto, las personas no deben preocuparse por la calidad y seguridad de lo que están tomando.

 

Medicamentos ¿de marca o genéricos?
Cómo diferenciar un genérico de uno de marca
Los medicamentos genéricos se identifican por las siglas EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico), que aparecen siempre a continuación del nombre del medicamento, el cual debe indicarse en su embalaje exterior. La existencia de estas siglas permite diferenciar claramente a los medicamentos genéricos.Además, estos fármacos se designan con la denominación del principio activo, acompañada del nombre o marca del fabricante; asimismo, se pueden denominar con una marca siempre que no pueda confundirse con el nombre del principio activo, ni inducir a error sobre las propiedades terapéuticas o la naturaleza del medicamento.

Uno de los inconvenientes que se le achacaban a los genéricos es que, sobre todo, las personas mayores podrían confundirse si se les dispensan fármacos genéricos, ya que aunque tiene la misma composición es posible que varíe el color o el tamaño, etc.
En nuestro país, cuando los médicos cambiaron a los pacientes los fármacos que habitualmente tomaban por sus homólogos genéricos las reacciones no fueron del todo positivas, pero los especialistas lo atribuyeron más a una cuestión de desconocimiento que de confusión en la medicación. De hecho, otras experiencias en países europeos han demostrado que no se producen más confusiones entre marca y genérico que entre medicamentos con diferentes marcas, ni si quiera entre las personas mayores.
Es más, la denominación de los medicamentos genéricos puede ser incluso más clara, ya que es siempre la misma, algo que no ocurre con los medicamentos de marca, que varían de nombre dependiendo del fabricante.

Los de marca, ¿más caros?
Hasta ahora, además de tener una denominación distinta, otra de las principales diferencias entre medicamentos de marca y genéricos es que los de marca resultaban más caros. La causa de este encarecimiento se debe a que incluían en el precio los gastos de investigación de la molécula, es decir, los costes referidos a los estudios preclínicos y clínicos del medicamento.

Pero los genéricos salen al mercado cuando caduca la patente del medicamento de marca, que dura un mínimo de 20 años. Por lo que, durante este tiempo, el laboratorio que descubrió la molécula puede rentabilizar su inversión inicial para poder seguir investigando con nuevas moléculas.

Cuando en noviembre del año pasado, el Gobierno instaura la normativa para implantar un nuevo modo de prescripción médica por principio activo, los laboratorios comienzan ha replantearse el precio en el mercado para poder competir con los genéricos.

La intención del Ejecutivo con esta medida es impulsar la sostenibilidad de la prestación farmacéutica y del Sistema Nacional de Salud a la vez que se refuerza su calidad, equidad y cohesión territorial. Para ello, la ley obliga a los médicos a prescribir la receta médica oficial por el nombre del principio activo. No obstante, cuando las necesidades terapéuticas lo justifiquen, la prescripción se podrá realizar identificando el medicamento por su denominación comercial.

Por su parte, el farmacéutico dispensará la presentación del medicamento con menor precio ya sea genéricos o de marca. A no ser que el consumidor decida comprar una marca concreta.

Con lo cual, en última instancia es el usuario el que puede elegir comprar uno u otro, abonando la diferencia si así fuese el caso.

Medicamentos ¿de marca o genéricos?
Cada vez más confianza en los genéricos
En España tres de cada diez medicamentos dispensados en la farmacia son fármacos genéricos, cuando en otros países de Europa, como Dinamarca y Alemania, y en Estados Unidos, suelen alcanzar cuotas superiores al 60%.No obstante, es destacable que, a pesar de estas cifras, los medicamentos genéricos suponen un 18% de la facturación del mercado de medicamentos europeos, y un 13% del español, debido a que en general sus precios han estado siendo menores.

La Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG) ha presentado recientemente el Estudio de Conocimiento, Uso y Evaluación de los Medicamentos Genéricos elaborado por la empresa líder en investigación de mercados Metroscopia. Según los resultados del informe, un 80% de los españoles confía ya en los medicamentos genéricos y un 92% de la población conoce o ha oído hablar alguna vez de los mismos. Esto supone un incremento en 15 puntos porcentuales con respecto a 2008 y de 35 puntos con respecto al año 2000.

El documento también concluye que más de la mitad de los españoles elegiría un genérico en caso de tener que pedir un medicamento en la farmacia y recomendaría estos fármacos a otros pacientes y familiares. Pero, puesto que ahora los laboratorios que han desarrollado las moléculas están empezando a rebajar sus precios, esta tendencia está aún por concretar.

Importancia de un consumo responsable  

Ya sean de marca o genéricos, el consumo de responsable de los medicamentos es clave para evitar reacciones adversas, intoxicaciones o interacciones farmacológicos (cuando se mezclan fármacos incompatibles). Este uso inadecuado suele estar motivado, entre otros causas, por la utilización innecesaria o no justificada de medicamentos; el incumplimiento de la pauta y de la duración del tratamiento; y el almacenamiento inadecuado en los botiquines caseros (caducidad y condiciones de conservación).

Es este sentido, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recomienda tener en cuenta las siguientes consideraciones:
– Es peligroso tomar los medicamentos recetados a otras personas y compartir con otras los medicamentos que le han recetado a uno mismo.
– Que un medicamento haya ido bien una vez, no significa que en la próxima también lo será.
– Ningún medicamento es inocuo.
– No se deben acumular medicamentos sin usar. El acumular medicamentos tiene el peligro de no conservarlos bien o de su caducidad.

 

Parafarmacias, para medicamentos sin receta   

Las parafarmacias son establecimientos públicos, regentados por un farmacéutico, en el que se venden productos para el cuidado e higiene personal, cosmética infantil, alimentación infantil, dietética… “lo único que las deferencia de las farmacias es que no se venden medicamentos que requieran prescripción facultativa para ser dispensados”, explica la farmacéutica Ana Quintas. Esta profesional indica que, empresarialmente,  tienen algunas ventajas con respecto a las farmacias: “no cuenta con restricciones legislativas referida a las distancias, ni posicionamiento por número de habitantes, por lo tanto, se puede establecer donde el empresario considere más oportuno”.
Este tipo de negocio se encuentra a medio camino entre las farmacias y perfumerías o droguerías, pero frente a las segundas prima que el personal que atiende está preparado para dar consejo y asesorar desde el punto de vista sanitario; con lo cual, muchos clientes se encuentran más seguros recurriendo a esta opción, sobre todo, cuando quieren encontrar la respuesta adecuada ante una patología menor que no requiere prescripción médica.
Por otra parte, también es importante aclarar que no un herbolario, como a veces se tiende a pensar. Aunque si bien es cierto, “los productos de herbolario, la fitoterapia y la homeopatía son una parte de la parafarmacia, del mismo modo que ocurre en las farmacias”, asegura Ana Quintas.

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