Conducir con calor incrementa el riesgo de accidente un 22 %

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Durante las últimas semanas algunas zonas de España se han visto afectadas por un notable incremento de las temperaturas. Un calor que, tal y como apunta Acierto.com, puede acabar afectando a nuestra salud y a nuestra vida cotidiana si no tomamos las medidas necesarias. Entre otros, las altas temperaturas pueden generar agotamiento, náuseas y deshidratación, incrementar el riesgo de sufrir calambres, etcétera.

Por tanto, no es erróneo decir que el calor afecta, también a la conducción, sobre todo a los reflejos y a la sensación de fatiga. Y es que las altas temperaturas pueden generar cansancio y somnolencia, y alargar nuestro tiempo de reacción ante determinados estímulos. Algo todavía más peligroso en la carretera.

Así, conducir con exceso de calor puede incrementar más de un 20% el riesgo de accidente. Eso sí, este está directamente relacionado con la temperatura: cuanto más alta, mayor es el peligro. Para que nos hagamos una idea, conducir a 35 grados puede provocar que el conductor deje de percibir el 20% de las señales de tráfico e incremente sus errores más de un 30%. Nuestra visión también empeora e incluso pueden aparecer ciertos efectos o reflejos fruto del aire caliente.

En cuanto al resto de los ocupantes, el comparador de seguros acierto.com recuerda que dejar a un menor dentro del vehículo durante 10 minutos (con una temperatura exterior superior a los 25 grados) dispara las probabilidades de que sufra un golpe de calor. Los más vulnerables son los niños menores de 4 años y los adultos de más de 65, así como aquellos que padecen enfermedades cardiovasculares, respiratorias o demencias.

Más allá del conductor, el calor también tiene consecuencias sobre el propio vehículo. Tal es así que, según estos datos  la ola de calor provocó un incremento del 16% del número de averías en carreteras españolas. Y es que las altas temperaturas pueden incrementar el deterioro de determinadas piezas. Entre otros, generan una serie de reacciones químicas en las baterías, sobre todo en aquellas que tienen más de 4 años de edad.

El motor también se ve afectado: el sistema de refrigeración tendrá que hacer un esfuerzo mayor para alcanzar la temperatura óptima para su funcionamiento. A todo esto hay que añadir otra consecuencia más del calor: su incidencia sobre determinadas carreteras –afecta a las más viejas– puede generar roturas y que se desprenda el hormigón, con el consiguiente riesgo de accidente.

Pero, ¿podemos reducir el riesgo? El comparador de seguros cree que sí y hace las siguientes recomendaciones:

  1. Poner a punto el coche antes de emprender un viaje largo (o cuando ha estado una larga temporada parado, como en el caso del confinamiento). La revisión del aire acondicionado será clave para combatir el calor: los expertos recomiendan sustituir los filtros cada 15.000 kilómetros.
  2. Evitar las comidas copiosas y el alcohol antes de coger el coche será otro imprescindible para alejarnos de los percances. Vestir prendas ligeras, usar gafas de sol antireflejantes, hidratarse correctamente y mantener la temperatura del interior entre 19 y 24 grados es lo ideal.

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