Es necesario replantear los modelos residenciales

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Replantear los modelos residenciales para las personas mayores es una necesidad, máxime tras la crisis vivida con el COVID-19. Las residencias de mayores se han mantenido en el punto de mira desde los inicios de la pandemia por el coronavirus. Según los últimos datos publicados, en las cerca de 5.500 residencias españolas han muerto más de 19.000 personas por COVID-19 y síntomas compatibles con esta enfermedad, lo que equivale al 69 % del total notificado oficialmente por el Ministerio de Sanidad. Pero, además, quienes han sobrevivido se han sentido doblemente excluidos: por ser señalados como población de riesgo y por el hecho de vivir en una sociedad edadista.

La profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC e investigadora del grupo CareNet de la universidad, Roser Beneito, asegura que durante la crisis sanitaria, «estos elementos se han engarzado y han dado lugar a sentimientos de exclusión, además de que han reforzado estigmas en torno a la edad y la tecnología».

Es una de las principales críticas de los expertos, la exclusión a la que se ha sometido a las personas mayores durante esta pandemia, también a la hora de tomar decisiones que les conciernen. El profesor Daniel López, miembro del grupo de investigación CareNet, afirma que «está claro que estamos haciendo todo lo posible para salvarles la vida, pero no les hemos preguntado si ellos estaban dispuestos a pasar por todo esto, cómo lo están viviendo, hasta dónde creen que se tendría que llegar, cómo lo deberíamos haber hecho».

Y aunque se habla mucho de medicalizar las residencias, propuesta que ha conseguido luz verde en comunidades como Madrid, López cree que no resuelve el problema. «Si nadie quiere vivir en una institución, menos en una que se parezca a un hospital», afirma. ¿Por qué queremos convertir sus casas en centros sanitarios?, se pregunta.

Este escenario ha llevado el foco público a una demanda que los profesionales del sector reclaman desde hace tiempo: se debería haber hecho un ajuste del modelo asistencial en la vejez, buscando alternativas para diferentes tipos de circunstancias, ya que no todas las personas mayores tienen las mismas necesidades ni requieren la misma atención. Pero eso no ha ocurrido. «Si lo que sostiene la vida en el día a día (vivienda, relaciones de amistad, relaciones familiares, apoyos y cuidados) es separado y puesto en segundo lugar respecto a la salud, podemos acabar normalizando que se sacrifique todo esto a cambio de que te salven la vida», explica Daniel López.

Este experto cree que las personas mayores quieren vivir en sus casas, «seguir decidiendo sobre su propia vida, y eso tiene que tener muchas formas. No quiere decir que esa persona tenga que vivir en su casa de toda la vida, pero sí que se sienta como en casa en el sitio en el que esté», afirma.

Ese espacio de vivienda es el que admiteopciones como la covivienda (cohousing) sénior, una de las respuestas alternativasa la actual manera de organizar y entender los cuidados en la vejez. «Cada uno a su manera y en formatos muy diferentes, lo que los proyectos de vivienda colaborativa autogestionados por personas mayores luchan por conseguir es que la vejez no sea una renuncia, ni siquiera cuando llegan la dependencia y el deterioro cognitivo», afirma el profesor López.

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