Aire

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Y el olor de tu cuerpo
apareciendo por detrás.

Tu cama hecha
sabiendo que en ella
ya nunca dormirás.

Tu perfume
se ha quedado enredado
entre esas sábanas viejas
y ese edredón que jamás olvidarás.

Pero  puedo seguir imaginando respirarte,
empujar hacia abajo tu cuerpo
y marchar a ese otro lado,
que ahora está cerca de tu ciudad.

La ciudad de las almas con cuidado
y de los besos en recuerdo
y de los labios más rosas que morados.

Me acuerdo de ti
y del último beso que no te di.
Y de cómo lo esperaba
dentro de mis sueños.

La última llamada
fue donde lloré.
Me dijiste: “Te quiero”.
Cuando siempre despedías en silencio
o con un silbido fuerte nacido
y reciente de tu pecho.

Me quedo
con tu aire en mi espalda
y con tus manos
regalando tus caricias a mi alma.

 

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

 

 

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