Es posible predecir una cardiopatía a través de las lágrimas

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lágrima y corazón

Una investigación liderada desde el área de Enfermedades Cardiovasculares del CIBER, CIBERCV, el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y el IBIMA, detecta que dos biomarcadores oftalmológicos, el grosor de la membrana coroides y los niveles del factor estimulante de colonias de granulocitos en las lágrimas, unidos a los marcadores de riesgo cardiovascular clásicos, podrían mejorar el modelo predictivo para la detección temprana de la enfermedad.

El ojo puede ser el espejo en el que se refleja la salud del corazón. Así lo confirma este estudio y así lo constatan sus autores. El investigador del CIBERCV, Manuel Francisco Jiménez, asegura que hoy el cribado para la cardiopatía isquémica continúa siendo controvertido, «ya que las técnicas disponibles resultan invasivas y tienen un elevado coste para los sistemas de salud”.

El experto ha explicado que el ojo, por su particular estructura, función y accesibilidad, se presenta como un órgano candidato para la obtención de parámetros con esta finalidad diagnóstica, teniendo en cuenta, además, su implicación más que demostrada en otras patologías a nivel sistémico. «En este sentido, los cambios cardiovasculares también se han relacionado con signos que son visibles en el ojo, convirtiendo a este órgano en una ventana que proporciona un acceso rápido al sistema cardiovascular”.

equipo

Proceso al detalle

El objetivo de este nuevo trabajo se centró en evaluar la utilidad de hallazgos oftalmológicos rutinarios y posibles biomarcadores en lágrimas como predictores para la detección de esta enfermedad arterial coronaria. Para ello, se analizaron los datos de un total de 96 pacientes del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga con sospecha de cardiopatía coronaria aguda. Estos pacientes fueron sometidos a un completo examen oftalmológico, y se analizaron también muestras de su líquido lagrimal a fin de detectar citocinas (pequeñas proteínas que son cruciales para controlar el crecimiento y la actividad de otras células del sistema inmunitario) y otros mediadores inflamatorios.

El análisis de todos estos datos permitió diferenciar dos biomarcadores que, usados en combinación con los marcadores de riesgo clásicos (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol, etc.), contribuyen a definir un modelo predictivo de riesgo que podría mejorar los sistemas de cribado y detección precoz de la cardiopatía isquémica. En concreto, se trata del grosor coroideo y de los niveles del factor estimulante de colonias de granulocitos (un tipo de glóbulos blancos) en las lágrimas.

El segundo biomarcador se obtuvo a partir del análisis de las muestras de lágrimas. En concreto, este equipo pudo detectar que niveles más elevados de G-CSF, un factor de crecimiento implicado en la formación de colonias de granulocitos (un tipo de glóbulos blancos) en las lágrimas, podría ser un factor protector frente a la patología coronaria. D

cardiopatía

Causa de muerte

Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la primera causa de muerte a nivel mundial, siendo la cardiopatía isquémica (o enfermedad de las arterias coronarias) la más relevante. El envejecimiento progresivo de la población, unido al aumento de prevalencia de factores de riesgo como la hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes o la obesidad, hacen necesario el desarrollo de nuevos métodos que permitan detectar de forma precoz a las personas en riesgo de sufrir esta patología. Una enfermedad que provoca un estrechamiento de las arterias, lo que permitiría tanto una mejora en la atención a estos pacientes como una optimización en el uso de los recursos sanitarios disponibles.

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