Dejarse llevar

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El vino,
agarrado por finos dedos de manos
partes desnudas del cuerpo
que no nos importa mostrar
metido a sorbos por la boca
convertido dentro de ella
en pedacitos de carne,
abriéndose de rojo
entre los labios crudos
con la lengua,
fuera de los dientes,
morderla… y tragar.

Imaginando
entre los bordes de las piernas
el sudor, haciéndose de agua sin tocar
sexo directo y prendido
como fuego,
abriéndose en mitad por las miradas,
que escurren paños a los ojos del dormido
para poderlas secar.

Techo de buhardilla
sentido por cosquillas
y la fina punta, afilada y dura
del carbón, simulando las caricias
como el roce del salir de un pecho
hacia otro pecho desnudo…
deslizando su pezón.

Un nombre en el blanco
una poesía para tres
susurrándose al oído
perdidamente corrida
acabada en tinta de brazo…
desnudándose en  piel.

La magia
saboreando espacio abierto
con aroma de cuerpo.

Debajo,
piernas a ambos lados, abiertas,
y el licor transparente
deslizándose,
cayendo en cascada
hacia la boca que espera.
Trémulo y voluntario cuerpo…
y ciego de pasión.

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

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