BIENESTAR

Qué debes saber de la operación de vesícula por laparoscopia

Son muchas las dudas que surgen a nuestros seguidores sobre las consecuencias, los síntomas que aparecerán, las molestias que se sufren tras una operación de vesícula por laparoscopia. En estas líneas vamos a intentar aclarar algunas de las muchas interrogantes que nos han llegado a esta sección.

Para la realización de una laparoscopia se precisa introducir gas en el abdomen para crear un neumoperitoneo y poder realizar la intervención. Ese gas que se introduce una vez finalizada la cirugía se extrae del abdomen, pero siempre puede quedar algo y notar inflamación de abdomen, pesadez, e incluso en ocasiones un ligero dolor. Ese gas se irá eliminando progresivamente y desaparecerá el dolor.

También se podrá notar cierto dolor en las zonas en las que se han realizado las incisiones para la introducción del laparoscopio, siendo el ombligo uno de ellos; dolor que suele remitir según va cicatrizando la herida. El tiempo de cicatrización depende de cada persona, pero puede tardar incluso 6-8 semanas y durante este tiempo al no estar la herida totalmente cicatrizada el paciente puede sentir dolor, picor, escozor en la zona de la cicatriz. Estas semanas son muy importante para la recuperación del paciente por ello se recomienda llevar una vida tranquila, evitando en todo lo posible realizar movimientos bruscos, coger peso, y a la hora de dormir procurar no dormir sobre el lado de la incisión…. No hay que olvidarse que, tras la cirugía, los órganos deben volver a reubicarse y ello, también puede ocasionar cierto dolor o una ligera molestia.

Y muy importante igualmente: la dieta. Una alimentación variada y equilibrada es importante en todos los momentos de nuestra vida, pero después de una intervención de vesícula debemos ser cuidadosos con nuestra alimentación: moderar el consumo de grasa evitando todos aquellos alimentos grasosos, salsas, fritos…se evitará igualmente las comidas copiosas y pesadas para pasar a realizar comidas frecuentes y de pequeñas cantidades; aumentaremos el consumo de fibra soluble como la avena, y evitaremos el consumo de alimentos que originen gases (judías, frijoles, repollo, brócoli, pasta, patatas,) ni beber bebidas gaseosas.

Carmela de Pablo

Comprometida con el Mundo del mayor, su alimentación, su salud, hábitos y costumbres Especialista en Alimentación y nutrición y en Cuidados Integrales a personas mayores. Técnico en Prevención de Riesgos Laborales, Máster en Gestión de Calidad y Máster en Dirección de Recursos Humanos.

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