La magia de las pequeñas cosas

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Disfrutar de una deliciosa taza de té Matcha cuando empieza a clarear el día, darte un baño de espuma con aquel producto que te regalaron por el cumpleaños y que aún no has estrenado, empezar la lectura de ese libro que tanto deseas leer, practicar asanas de yoga, servirte un buen café o aprovechar que los demás duermen, para meditar; ¿Qué te parece el plan? Y tú, ¿disfrutas de las pequeñas cosas?

Como arquetípica Sagitario que soy (te invito a probar nuestro sistema AstroCoaching by DigaCoaching), me encanta disfrutar de… no hacer nada. Ahí donde lo ves, parece una acción escasamente productiva; sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que durante esos momentos de “no hacer” lo que está ocurriendo en mí es una alineación entre lo que siento, pienso, digo y hago. Tardé algunos años en averiguarlo, pero cada vez estoy más convencida de que esos instantes me dan mucha vida, me aportan paz y serenidad. Es algo que repetía de modo instintivo cuando era niña y que hace un tiempo he “repescado” de mi ser, para volver a descubrir la magia de las pequeñas cosas de cada día.

Según los expertos en felicidad, las personas que la experimentan coinciden en algo: conocen el arte de vivir con alma, que es como decir que saben practicar una de las herramientas fundamentales en Coaching, como es el Mindfulness o estar en el aquí y ahora. Con ello somos capaces de centrarnos en aquello que es realmente importante en nuestra vida, proporcionándonos bienestar emocional y físico.

Investigadores de la universidad pública Chiba, en Japón, afirman que un paseo de quince minutos por el bosque reduce el 16% la producción de la hormona cortisol, que interviene en los procesos del estrés, baja el 2% el nivel de tensión arterial y el 4% el ritmo cardíaco, comparado con los efectos producidos durante un paseo en un entorno urbano. Estos efectos en la salud física acaban transmitiéndose a nuestra salud psicológica y emocional. Y viceversa.

 

 

Remedios pequeños

“No olvides que la vida es un juego, venimos a experimentar y a divertirnos”, dice la escritora y conferenciante Gemma Torruella quien nos propone los siguientes estabilizadores del alma:

  1. Siéntete feliz, alegre, expandido, amando a todo y a todos desde el infinito, hasta el centro de tu Ser.
  2. Siente y piensa desde el corazón.
  3. Expándete: genera una llama desde el interior, partiendo del corazón, y procura mantenerla siempre encendida.
  4. Cuando aparezca una persona en la pantalla de tu mente, empieza a sentir, no a pensar, siempre usando el corazón como instrumento de pensamiento y de sentimiento.
  5. Ante una situación de estrés, por no saber dar la respuesta más adecuada, puedes optar por huir o enfrentarte, y la mejor respuesta es la que en ese momento te provoque menos gasto energético.

 

Escucha a tu cuerpo

Ángeles Wolder es experta en el arte de escuchar al cuerpo, a través de los mensajes que tiene para cada uno de nosotros. Cuando experimentamos situaciones de mucho estrés, en ocasiones tales experiencias se traducen en el desarrollo de enfermedades. Esta coach nos invita a prestar atención a las pequeñas cosas, a partir de las siguientes preguntas:

  1. Después de vivir una situación estresante, cierra los ojos y reconoce lo que sientes en tu interior. ¿Cuál es el sufrimiento de tu cuerpo? ¿Qué se está moviendo en tu interior?
  2. Habla con alguien de lo que te ha pasado y de cómo te has sentido; evita hacerlo desde la queja; te propongo hacerlo desde la emoción vivida.
  3. Te invito a pensar en un cuento, una película o una canción que describan lo que estás sintiendo o también la crisis que has vivido. De esta manera podrás acceder a tu punto de dolor.

Estabilizar el alma y escuchar el cuerpo son pequeñas-grandes cosas que pueden obrar la magia, provocando que nos sintamos felices. Precisamente con respecto a este último sentimiento, la psicóloga Inma Puig ha dicho, durante su reciente participación en el Congreso Virtual de la Felicidad, a primeros de marzo: “Felicidad es tener alguien a quien querer y que alguien a quien quieres también te quiera”, y nos invita a reconocer y reconocernos; “No he conocido a nadie a quien no le guste sentirse querido, a lo cual contribuye que nos reconozcan, pero también que reconozcamos nosotros a los demás”; “Pues la falta de reconocimiento es el corona virus de la felicidad”.

Entre las cosas pequeñas que podemos hacer para provocar nuestro bienestar emocional, Inma Puig nos propone conocer “lo que se puede lograr mediante la conversación, que es fuente de felicidad”; “El término conversación viene del latín y significa vivir, pensar juntos, compartir, escuchar y ser escuchado, mirar y ser mirado, todas ellas son piezas de fondo de armario para la felicidad”. La psicóloga, autora de “Revolución emocional” nos propone “escuchar el doble de lo que se habla” y “poner la atención en el otro cuando le escuchamos, comprendiendo, en vez de estar pensando en lo que le vamos a decir, que es lo que, a su vez, nos llevaría a salir de la conversación”.

¡Felices Pequeñas Cosas! ¡Feliz Coaching!

 

 

 

 

 

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