El 37% de los nuevos cánceres diagnosticados en el mundo pertenecen a mayores de 70 años, según los datos facilitados por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Una cifra que se prevé que se duplique para el año 2040.
El cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad del mundo, con aproximadamente 18,1 millones de casos nuevos en el mundo en el año 2018 (últimos datos disponibles a nivel mundial estimados dentro del proyecto GLOBLOCAN). Las estimaciones poblacionales indicaban que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas hasta 29,5 millones al año en 2040.
Las previsiones sobre la incidencia del cáncer recopiladas por la SEOM señalan que a nivel mundial la incidencia de cáncer en mayores de 70 años se estima que pase de 6.6 millones a casi 14 para el 2040. Si actualmente un 37% de los nuevos cánceres diagnosticados en el mundo pertenecen a este grupo de población, para el 2040 esta cifra se doblará.
Por otra parte, en relación con la incidencia de la pandemia de COVID, se cifra en un 21% la disminución de nuevos diagnósticos de cáncer durante el confinamiento en relación con 2019. Será relevante prever las necesidades de atención que han generado los retrasos en estos diagnósticos.
En este contexto, la Sociedad considera que la oncogeriatría se ha convertido en la especialidad transversal que favorece los diagnóstico
s y tratamientos en personas mayores, por lo que debe fomentarse la interrelación con otros especialistas, especialmente cuando aumenta este grupo de población y los años de vida. Es necesario “geriatrizar” la medicina y aumentar la colaboración con otros especialistas para lograr una mejor atención al paciente. El Grupo de Trabajo de Oncogeriatría de la SEGG considera, en este sentido, que esta especialidad es el paradigma de la medicina personalizada; que el manejo de los pacientes es diferencial y que afecta, por ejemplo, al análisis de los tipos de tumores y al diseño de tratamientos específicos. En este momento, en esta especialidad se va un paso más allá y se hace un “traje a medida” absoluto para cada paciente de acuerdo con las enfermedades que cada uno trae en su mochila o con un pronóstico de vida determinado. Unas veces son necesarios tratamientos de quimioterapia, en otros casos, harán falta cuidados paliativos. El envejecimiento es muy diferente entre una persona y otra, y en oncogeriatría se puede ayudar a perfilar con exactitud los diagnósticos y tratamientos.
La Sociedad Americana de Oncología Médica recomienda que todo paciente por encima de los 70 años que vaya a recibir un tratamiento quimioterapéutico debe tener una valoración geriátrica integral. La oncogeriatría no se circunscribe a la relación con los oncólogos a quienes se ayuda a tomar decisiones, sino que también se relaciona con otros profesionales como los hematólogos, neumólogos, ginecólogos o cirujanos. Los oncogeriatras son el hilo conector y deben formar parte de los equipos de forma natural porque el paciente tiene que estar en el centro del escenario y los profesionales deben girar a su alrededor.
