El 50 % de los mayores hospitalizados presenta desnutrición

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El 50 % de las personas mayores hospitalizadas sufre desnutrición, y más del 76 % de ellas dependencia funcional para realizar actividades de la vidad diaria. Estas son algunas de las conclusiones del Observatorio Nacional de Valoración Integral en Personas Mayores, que ha llevado a cabo entre geriatras de todo el país la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG, y la división de nutrición especializada de Danone.

Se trata de una encuesta realizada entre 136 geriatras de toda España para analizar el abordaje del paciente geriátrico en el contexto hospitalario y de residencias. Esta investigación analiza el abordaje del paciente geriátrico desde cuatro pilares fundamentales: nutrición, funcionalidad, cognición y delirium. Y, como afirma la coordinadora del Observatorio, Naiara Fernández, el objetivo era «conocer la realidad de la valoración integral en dos de los principales niveles de asistencia geriátrica: atención hospitalaria y residencia. Y, además, establecer oportunidades de mejora orientadas a optimizar nuestra capacidad diagnóstica en aras de una atención óptima a las personas mayores«.

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Síndromes geriátricos

Tanto la desnutrición como la funcionalidad son síndromes geriátricos infradiagnosticados que afectan especialmente a la población mayor hospitalizada y en residencias. La encuesta revela que los médicos de residencia ven pacientes con desnutrición mixta moderada, que es la forma más grave y frecuente en población anciana, en menos del 25% de las ocasiones, frente a un 50% en el hospital, lo cual denota diferencias estadísticamente significativas. Además, en la desnutrición participan otros síndromes geriátricos como la disfagia (dificultad para tragar), cuya prevalencia oscila entre el 26-50% de los pacientes hospitalizados e institucionalizados.

La doctora Fernández asegura que el impacto de la desnutrición puede ser desvatador, «condicionar una pérdida de capacidad funcional, y precipitar la instauración de otros síndromes geriátricos (caídas, inmovilismo, úlceras por presión…) poniendo en claro riesgo vital a la persona en el caso de un ingreso hospitalario y aumentando la posibilidad de institucionalización, además de implicar, en todos los casos, una pérdida de su calidad de vida”.

En la actualidad disponemos de múltiples herramientas de cribado clínicas, siendo recomendable su aplicación en las primeras 24-48 horas de ingreso hospitalario y residencial. Los especialistas recomiendan realizar una valoración nutricional lo más completa posible para establecer un diagnóstico nutirional. De este modo se activará, desde el primer momento, el plan de intervención necesario en cada caso. Además «de ser coste-efectivo para la Administración, por la reducción de reingresos hospitalarios, necesidad de rehabilitación y ahorro en costes sociosanitarios”

 

 

 

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