Delante de mis ojos

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Es la hora de las velas…
y de los silencios.
Del recuerdo en forma de cuchilla
resbalando por la piel,
parando en beso de mejilla
como tinta en el papel…
con guión, coma y espacios.

Es hora de llorar,
y de tragar cada lágrima viva,
y de sangrarte mientras dices lo que esquivas.
Poner la mano, en el fuego, a su mitad
y dolerte acompañado de sonrisas.

El eterno cuento amamantado
seco, desde la boca de su vientre
hasta los filos de los marcos del espejo.

Dentro del ataúd
todos los cuerpos son,
del color más apagado de los huesos,
y grito por volver,
me dejé la poca voz con mil escritos
tragados como nieve por alud.

Centro de laberinto en llamas
la oscuridad paso de largo
tragándose con ella mi ansiedad
y el poco dulce en lengua que no amargo.

Y luces de las noches
reflejadas en los charcos,
gigantes ilusiones de mis lagos.

Deseo de amanecer…

Me vuelvo loco… sólo de pensarlo.

Sólo de pensarlo.

 

 

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

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