10 cuestiones básicas sobre varices

0
555
VARICES

El 20% de la población adulta padece mala circulación sanguínea en las piernas. La máxima prevalencia se encuentra entre los 40 y 60 años, preferentemente en la mujer. Para evitar que aparezcan, se deben seguir algunos consejos relacionados con un estilo de vida saludable. Pero si ya tiene problemas vasculares, lo mejor es que se ponga en manos de un especialista que valore su estado y prescriba el tratamiento adecuado.

 

¿Qué son las varices? 
Se trata de dilataciones venosas causadas por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón. Las más habituales son las que se producen en las piernas, ya que el flujo sanguíneo en esta zona va en contra de la gravedad. Para contrarrestar este inconveniente, en las venas de las piernas existen pequeñas válvulas que favorecen el retorno sanguíneo. No obstante, puede ocurrir que, debido a un aumento de presión, estas válvulas dejen de funcionar correctamente, lo que provoca que las venas se dilatasen, dando lugar a la formación de varices. 

¿Solo se trata de un problema estético? 
Aunque fundamental se considera una cuestión estética, las varices pueden causar molestias como cansancio y pesadez de piernas, sobre todo al final de la tarde o en días calurosos; picor; hinchazón en los tobillos; e incluso dolor y calambres, más frecuentes por las noches y en la zona de los gemelos. Asimismo, en ocasiones, pueden complicarse dando lugar a condiciones que requieran la hospitalización (trombosis, aparición de úlceras…). Todas ellas implicarían la necesidad de consultar a su médico cuanto antes, ya que las varices pueden resultar indicativas de un problema más importante: una mala circulación sanguínea. Así lo explica el presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), el doctor J. Víctor García: «Muchas varices no pasarán de afear unas piernas, pero deben contemplarse como una señal de alarma. En algunos pacientes, y no siempre en los portadores de las más sinuosas o dilatadas, pueden producirse más adelante flebitis, trombosis o úlceras».

¿Todas las varices son iguales?
Se pueden distinguir tres tipos de varices. Las telangiectasias, también conocidas como arañas vasculares, son dilataciones de venas muy finas. En la mayoría de los casos, suelen eliminarse por razones estéticas, pero, en principio, no suponen un riesgo para la salud. Otra modalidad son las varices reticulares, venas subcutáneas que se han dilatado y que abultan por debajo de la piel. La sangre tiende a estancarse en ellas causando dolor; además, si no se trata la insuficiencia venosa que las produce, seguirán creciendo y extendiéndose con la posibilidad de complicarse. Por último, cuando la insuficiencia valvular afecta a las venas más profundas de la pierna o cuando las varices permanecen sin ser tratadas durante largo tiempo, pueden surgir troncos insuficientes, que conllevan complicaciones como pigmentación, alteraciones de la piel o incluso úlceras. 

¿Por qué se producen? 10 cuestiones sobre varices
Las varices tienen lugar básicamente por aumentos de presión, dilatación y estancamiento sanguíneo dentro de las venas. Suele ocurrir a aquellas personas susceptibles, en quienes fallan los mecanismos estructurales y de la fisiología circulatoria venosa. No obstante, existen factores de riesgo fundamentales como la tendencia familiar, ya que la genética dicta la calidad de los tejidos venosos; el riesgo laboral, trabajos que condicionen posturas fijas por tiempo prolongado; el exceso de peso; la edad…

¿Es una patología femenina? 
La incidencia de las varices en la mujer es tres veces mayor que en los hombres, debido a causas genéticas y hormonales. Pero los hombres también padecen esta alteración vascular, en su caso, derivada de un estilo de vida sedentario y de malos hábitos alimenticios. Además, para ellos supone un mayor riesgo porque muy pocos varones se ponen en manos de profesionales cuando deberían, con lo cual, a veces, ocurren incidentes que perfectamente podría haberse evitado.

¿Cuándo se ha de acudir al médico? 
Cuando se tiene una variz que aumenta de manera repentina de tamaño, se enrojece o endurece es aconsejable acudir a un especialista. Asimismo, el dolor y la hinchazón, aunque sea local, también son síntomas que deben valorarse. 

¿En qué consiste el diagnóstico? 
Puesto que existen diferentes tipos de varices, es fundamental diagnosticar con exactitud y precisión cada patología vascular para que los tratamientos resulten exitosos. Por ello, actualmente, los especialistas cuentan con la tecnología eco-doppler, una prueba diagnóstica indolora que permite obtener una imagen clara de la situación de las varices. El eco-dóppler es muy útil también en los controles posteriores para evaluar la efectividad del tratamiento.

 

10 cuestiones sobre varices

¿Es cierto que las varices empeoran con el calor?
Sí, el calor es vasoconstrictor por eso las personas con varices no deben abusar del sol, la sauna, los baños calientes y otras fuentes de calor próximas a las piernas como los radiadores o la cera caliente. Para activar la circulación en las extremidades inferiores, al finalizar la ducha diaria, resulta conveniente pasar un chorro de agua fría desde los tobillos a las caderas. Pueden intercalarse chorros breves de agua caliente.

¿Cuál es el tratamiento más recomendado? 
Existe un amplio abanico de posibilidades. Dependiendo del tipo de varices que se tengan se puede emplear desde simple medicación, como los llamados venotónicos, la presoterapia, o la escleroterapia, hasta la cirugía. Los venotónicos son medicamentos que alivian los síntomas y mejoran el retorno venoso. La escleroterapia es una de las técnicas más empleadas porque se ha demostrado que es efectiva, poco invasiva y no necesita recuperación. Consiste en inyectar una sustancia en la vena que destruye el tejido interior; de este modo, en pocos meses, la variz queda reducida a un cordón fibroso. El láser también es otra opción válida para las pequeñas arañas vasculares y para las grandes varices reticulares de la piel. Finalmente, cuando es preciso, se recurre al tratamiento quirúrgico. En este sentido, se han impulsado intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas, con anestesia local y microincisiones de uno o dos milímetros, que se realizan en régimen ambulatorio y permiten no suponen ningún inconveniente para el paciente.

¿Cómo escoger el mejor especialista? 
La experiencia y la formación del profesional se consideran esenciales para que los resultados sean óptimos. Por ello, debemos tener la seguridad de que estamos en manos de un especialista. En España, la única especialidad médica que abarca en su totalidad el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de las venas (flebología) es la Angiología y Cirugía Vascular; por tanto, lo aconsejable es acudir a estos expertos. Asimismo, la clínica tiene que ofrecer recursos técnicos suficientes y realizar un diagnóstico previo, que implica un estudio clínico y ecográfico para conocer la patología y elegir el tratamiento ajustado a las necesidades particulares de cada persona.

 

Medidas de prevención
(*Por la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética)

– Mantener un peso adecuado: dieta sana, equilibrada y justa en el número de calorías, y pobre en sal para evitar la retención de líquidos.

– Beber mucha agua, para favorecer la filtración renal; controlar que la diuresis -cantidad de orina- se corresponda con el volumen de líquidos ingeridos.

– Incrementar la actividad física con la práctica de deportes que activen la circulación sanguínea como la natación, el ciclismo o los paseos a buen ritmo. El sedentarismo y la permanencia prolongada en idéntica posición, favorece el desarrollo de la insuficiencia venosa.

– Siempre que sea posible, mantener las piernas elevadas. Es buena costumbre dormir con las piernas levantadas, unos 10 centímetros respecto de la cintura.

– Evitar la ropa ajustada, sobre todo a nivel de las ingles y los muslos, y los calcetines o medias que «corten» la circulación. 

– No usar un calzado de tacón pronunciado o demasiado plano porque dificulta la actuación de los gemelos, los músculos de las piernas responsables del bombeo de la sangre.

– Se recomienda utilizar pantys, medias o calcetines de compresión, sobre todo si existen factores de riesgo. En la actualidad, su aspecto, textura y colorido es muy cuidado.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí