¿Por qué es importante dormir bien para nuestra salud?

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Todos las especies animales duermen: aves, reptiles, mamíferos, peces… hasta las hormigas obreras más diminutas tienen sus momentos de descanso a lo largo del día. Eso da idea de la importancia que tiene el sueño en la vida animal. No podemos vivir sin dormir o, lo que es lo mismo, si no durmiésemos, moriríamos.

La importancia del sueño ha sido y sigue siendo objeto de análisis entre los científicos. Aunque el debate se mantiene abierto, existe consenso alrededor de un concepto: el cuerpo humano necesita dormir ocho horas diarias para reequilibrarse y corregir desajustes. Eso equivale a un tercio de nuestras vidas. Si lo traducimos en años, el resultado es impactante: cuando cumplamos 60 años, habremos pasado más de 20 años durmiendo.

 

Importancia de dormir bien
Dormir siete u ocho horas diarias no siempre es suficiente para restablecer el organismo y afrontar un nuevo día. Es necesario dormir bien ; lo que se viene a denominar «tener un sueño reparador». Un buen descanso permitirá mejorar la concentración, recuperar la producción de energía y restaurar las funciones fisiológicas del organismo. Al parecer, el sueño tiene también una relación directa con la mejora del sistema inmunológico y ayuda a regular el ritmo cardiaco.

Pero no todas las personas alcanzan un buen descanso. El insomnio es un problema muy común en la sociedad y tiene que ver con factores como la edad, el estado de salud, la situación emocional, el ritmo laboral o la alimentación, entre otras posibles causas. Una forma de combatirlo es tomar algún producto natural que favorezca la relajación y proporcione una sensación de bienestar. En este sentido, la valeriana y las infusiones de melisa, tila o hierbaluisa pueden tener un efecto muy positivo.

Algunas personas con problemas de insomnio recurren a pastillas para dormir, pero resultan aconsejables más allá de un uso puntual. Son sustancias químicas que inducen a un sueño de forma artificial y suelen provocar adicción.

Cómo combatir el insomnio
Al margen de los productos naturales para favorecer el sueño, podemos aplicar otras medidas que preparen a nuestro organismo para alcanzar un descanso reparador.

– Evitar cenas copiosas: las cenas abundantes pueden crear pesadez digestiva y dificultar el sueño. Es conveniente cenar pronto y de forma ligera y evitar ingerir demasido alcohol. Aunque el alcohol de entrada induce al sueño, puede provocar despertares nocturnos y además dificultará la concentración al día siguiente. Por otra parte, es posible que origine visitas al baño durante la noche.

– Ejercicio físico: el deporte es muy saludable, pero no es muy conveniente realizarlo antes de dormir. La actividad física reactiva el organismo, lo que puede dificultar la conciliación del sueño.

– Horarios regulares: es conveniente ir a dormir siempre a la misma hora. De esta manera, el organismo se acostumbra a una rutina determinada y será más fácil conciliar el sueño.

Fases del sueño y funciones
Pasar un tercio de la vida durmiendo puede parecer una pérdida de tiempo, pero lo cierto es que es del todo imprescindible. Sin estos periodos diarios de desconexión la vida se extinguiría. Pero ¿qué hace el cerebro mientras dormimos?, ¿qué funciones realiza el organismo durante el sueño?

El sueño consta de diferentes fases y en cada una de ellas el organismo realiza unas funciones distintas.

– Fase 1: es la fase en la que entramos cuando acabamos de ponernos a dormir. En este momento, el sueño es ligero y es fácil despertarse. Se producen movimientos oculares lentos y el tono muscular empieza a disminuir. En este periodo el sueño no es todavía reparador, es decir, no contribuye a reequilibrar el organismo.

– Fase 2: es este momento se produce una desconexión del entorno, desaparecen los movimientos oculares y los músculos se relajan. Vamos entrando poco a poco en el sueño profundo, pero todavía no hay una actividad reparadora del organismo.

– Fase 3: entramos en la fase Delta, en la que el bloqueo de la actividad sensorial es todavía mayor. La tensión arterial y el ritmo respiratorio disminuyen y se activa la hormona del crecimiento. En esta fase todavía no se sueña. Tampoco proporciona descanso, de manera que si alguien se despierta en este momento sentirá que no ha dormido suficiente.

– Fase 4: estamos ya en la fase de sueño más profundo, con una actividad cerebral lenta. En este momento empieza la recuperación del desgaste físico y psíquico que se ha producido durante el día. Todavía no es una etapa de sueños activos, aunque pueden aparecer algunas imágenes.

– Fase REM: es el periodo en el que aparecen los sueños. Aunque el tono muscular es mínimo o nulo, el cerebro está en pleno funcionamiento, creando imágenes con hilos argumentales aparentemente absurdos. En este momento se activa el sueño MOR, con movimientos oculares rápidos. Es una fase muy importante desde el punto de vista del aprendizaje; aquí se consolida la memoria y se fijan las experiencias que habrán de servir para aprontar los procesos vitales.

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