¿Cuál es tu historia?, ¿Qué relato cuentas y te cuentas una y otra vez? ¿Sabes que se puede mejorar?, ¿Qué conoces del llamado storytelling? La narración de historias, también la tuya, es todo un arte mediante el que puedes comunicar algo a otra persona de manera efectiva, aunque con un ingrediente principal: la conexión emocional.
Esta misma mañana pensaba en la soledad. En mi soledad. Y es que me sentía sola. Diversas circunstancias ocurridas durante las últimas semanas me tenían algo revuelta emocionalmente, hasta el punto de sentir que no había nadie disponible.
Sin embargo, me he hecho la siguiente pregunta: ¿realmente estoy sola? La respuesta ha sido que no, ya que hay varias personas con quienes puedo conectar, especialmente una: yo misma.
Ha bastado un cambio en el relato, en mi propio relato, para darme cuenta de que la conexión emocional me permite activar los recuerdos, valores e incluso aspiraciones que me hacen sentir bien y en buena compañía.
“Las historias nos permiten conectar desde la emoción, desde la autenticidad, siendo esto lo que marca la diferencia”, dice Elia Guardiola, experta en Storytelling para marca personal y profesional; “hablar de nuestros valores y experiencias, de nuestros aprendizajes, logros y fracasos tiene el potencial de convertirse en una historia que inspire, conecte e impacte a los demás”.
El contador de historias
“¿Por qué contamos historias?, pregunta en voz alta la creadora de la escuela Story Emotion; “para que no nos olviden, para que nos recuerden, ya que las historias no sólo conectan, sino que también transforman”.
El storytelling o narración de historias consiste en contar algo, de manera efectiva y con conexión emocional, a otra persona.
Desde el Coaching, hoy te propongo un pequeño reto, que parte de las siguientes preguntas: si esa otra persona fueras tú mismo, ¿qué historia narrarías, qué cosas te contarías?
Antes de contarte una historia, la tuya propia, puedes detenerte un momento para saber qué hace bueno un relato. Y al decir bueno me refiero no sólo a interesante, ya que el receptor serás tú mismo, sino sobre todo a la concreción y honestidad desde el lugar en el que lo cuentas.
“Sé auténtico, ya que las personas conectamos con las historias reales, sin filtros”, dice Guardiola; “como la perfección no existe, habla de tus fracasos de forma inspiradora, destacando tus aprendizajes”.
“Sé consciente de cómo esos errores te hicieron mejorar personal o profesionalmente, pues la vulnerabilidad es clave en el storytelling”, dice Elia Guardiola.
Esta experta propone cómo construir el storytelling paso a paso:
- Emocionar para motivar la conexión. Imagina que eres tanto el creador como el receptor del relato, de tu propia historia. “Las emociones no fidelizan porque son volátiles, líquidas”, dice Guardiola; “aunque si se trabajan a diario, se convierten en algo consistente, en un sentimiento de pertenencia”.
- Cautivar desde el principio. No es lo que te cuentas, sino cómo lo haces y cómo te identificas con tu relato.
- Emplea conflictos y dualidades. Sé consciente de tus propias paradojas, confronta las emociones que aparezcan.
- Para qué lo cuentas. Plantéate para qué te estás contando esa historia. Enfócate desde la concreción y la coherencia.
Una idea que te impacte
La narración de historias, cuentos o relatos requiere de ciertas habilidades que se pueden entrenar. Te propongo algunas ideas para construir y desarrollar tu storytelling:
- Empieza con una pregunta o con una frase que te impacte. El cierre de tu historia ha de ser potente, con una idea que resuma tu relato.
- Colócate en el centro de tu historia. Tú eres el protagonista de aquello que deseas explorar.
- Navaja de Ockham. La explicación más sencilla suele ser la más probable. Es el principio más popular de Guillermo de Ockham (filósofo y fraile franciscano 1287-1347). Procura ser lo más directo posible con aquello que deseas identificar y destacar en tu relato.
- Lenguaje adecuado. Usa palabras y oraciones sencillas, correctas. Los términos malsonantes son reflejo del enfado. No obstante, si es el tipo de expresión que te brota, confronta las emociones que experimentes en ese momento.
- Haz un desarrollo estructurado. Te propongo que lo escribas en tu Diario Coaching. Emplea la regla del tres: un problema del pasado cuya solución está en el presente y de la que eres capaz de ver un beneficio en el futuro.
- Ten en cuenta los para qué de tu relato. Para qué ahora, para qué esta preocupación o para qué sientes lo que estás sintiendo.
- Conecta con tus emociones, las que vaya generando tu historia de principio a fin.
Cuéntate un cuento real
Si has llegado hasta aquí, ahora soy yo quien te cuenta su propia historia.
Narrar mi storytelling me ha permitido darme cuenta de algo valioso, como es que las personas no cambian; sin embargo, lo que se puede modificar es la forma en la que respondemos a lo que nos ocurre.
Al moverme, al no conformarme con el rol de supervivencia que venía desempeñando desde hacía años, las relaciones con mis personas favoritas se han visto alteradas.
Tiene su lógica, pues estaban acostumbradas a que yo hiciera, dijera, respondiera y hasta soportara determinadas situaciones. Es como si el relato global estuviera cerrado y no admitiera enmiendas ni tachaduras.
Aunque al cambiar la estructura, el enfoque y el para qué de mi relato, casi todo se ha movido, de modo que ahora ya sólo falta que mi pequeño gran universo se vuelva a recolocar. Con nuevas posiciones, claro.
La clave de todo ha estado en que, al mirarme al espejo, he sabido cuál era mi cuento real, el de verdad, el que me inspira e ilusiona.
Y tú, ¿te atreves a narrar tu propia historia de vida?
¡Feliz Storytelling! ¡Feliz Coaching!