“Todos cargamos con silencios familiares”

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© E. Moreno Esquibel.
La periodista y escritora Elena Moreno acaba de publicar la que es ya su cuarta novela: La frontera lleva su nombre (Grijalbo). Un libro que nos acerca a cuatro mujeres de la misma familia llamadas Esperanza, cada una de ellas con su pena y su dolor en el corazón.  Una historia que nos lleva desde el año 1913, cuando Esperanza Escaín, cruzaba la frontera de los Pirineos porque era una “golondrina” más que pasaba a Francia a coser alpargatas, hasta la actualidad, cuando su biznieta Esperanza Ayerra está a punto de descubrir la historia de su familia en día en el que se casa por segunda vez. Una carta que viene a llenar esos “silencios familiares que todos cargamos a nuestras espaldas”.

 

 

Elena ¿cómo llegas a esta historia?

Yo tenía el conocimiento de que había unas mujeres en los valles pirenaicos, el Roncal y parte de Aragón, el valle de Salazar que, desde 1800 y pico cruzaban los Pirineos a pie. Iban caminando, atravesaban la frontera andando con unos borceguíes que ellas mismas se hacían. Iban a coser alpargatas a Francia en la zona de Monleón. Esta historia me pareció alucinante y busqué documentación. No había nada. Es un ejemplo más de que las mujeres no han tenido una identidad histórica, económica, de peso como para que lo registre la historia. Entonces no habían existido, lo que me pareció un poco demoledor. Yo las imaginé a ellas, cómo se iban en el mes de octubre y volvían en mayo como las golondrinas, y así les llamaron.

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Imagen del libro de Elena Moreno La frontera lleva su nombre.

En tus novelas sueles darle el protagonismo a una mujer, pero en esta las protagonistas son cuatro mujeres.

Cuatro que empiezan en 1913. Y sus historias han sido como una especie de trampa para poder contar cómo fue el siglo 20, que verdaderamente lo tenemos un poco ignorado y fue tremebundo con dos guerras mundiales, la guerra nuestra, los campos de concentración… Pero no se trata de una novela histórica, sino que la historia es un personaje más, y también lo es el silencio. Ese que se ha guardado en las familias por motivos muy diferentes, por los bandos a los que pertenecían, por las situaciones de moral…

 

El libro arranca cuando Esperanza Ayerra, la más actual, el día de su segunda boda, recibe de manos de su madre una carta cerrada, donde está encerrada la historia de sus antecesoras. ¿Es importante conocer la historia de la familia?

Claro. Esa carta desvela todas esas cosas que uno se pregunta, qué mal carácter tiene la abuela, o qué rara es fulanita o alguien de la familia. Tal es que yo en realidad creo que todos a nuestras espaldas tenemos silencios en todas las familias, en todas. Ella, a raíz de un divorcio que tiene de su primer marido, quiere saber si ella está abocada a los mismos destinos  que sus antecesoras y para eso empieza a investigar en su familia, empieza a investigar. De hecho lo que sí tenemos en estas cuatro “Esperanzas” son cuatro maneras de amar la vida y de comprenderla, y cuatro maneras de que cada una administraba ese silencio porque cada una quería proteger a su hija de alguna manera. En realidad se levanta un acta emocional, casi te diría  de una época, de un siglo.

 

Otro de los temas del libro es el amor, como decías, las cuatro formas diferentes de amar de las protagonistas. Sobre él aseguras que a veces “necesita cierto entrenamiento, un recorrido previo para calentar motores, para identificar a los que no soportarán el peso de tus manías ni serán capaces de acompañarte cuando el terreno se vuelva resbaladizo”.

Claro, hay que enamorarse muchas veces para encontrar al compañero de tu vida o a la compañera de tu vida. ¿No crees? Algunos aciertan enseguida, pero hay otros que no aciertan tan rápido. Cada uno vamos acumulando en nuestra mochila y quien te quiera te tiene que querer con toda la mochila que llevas. Y tú aceptar la que trae la otra persona. Es decir, tendremos que compartir mochilas en el camino.  A veces la vida se pone escarpada y se empina la cuesta y otras veces el terreno es llano y caminamos con viento de costa.

 

Autora
© E. Moreno Esquibel

“El patrimonio emocional se les ha quitado a los hombres durante muchas”

Elena, a pesar de que estamos hablando continuamente de estas cuatro mujeres, ¿tienen los hombres también un papel importante?

Muy, muy importante. Lo que pasa es que, igual que muchas veces inconscientemente se subordina la labor de la mujer, en este caso ocurre algo parecido con los hombres. Mira, curiosamente el otro día se me acercó un señor que no conocía y me dijo algo que me encantó, me dijo que le había dejado ver el lado emocional de la historia. Ese patrimonio emocional se les ha quitado a los hombres durante mucho tiempo, igual que a nosotras nos han quitado otras. El hombre de ahora emocionalmente está mucho más avanzado que el de hace 50 años. No es una novela femenina, es una novela cuyos protagonistas son mujeres, nada más. Yo reivindico a los hombres inteligentes, emocionales y maravillosos que hay.

 

2 COMENTARIOS

  1. Me gustaría saber el apellido MATERNO de esta escritora.
    Sus temas me atraen e incentivan a leerla.
    Dra María Rosa González

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