El hecho de que la música tenga efectos beneficiosos para el estado de ánimo y para el comportamiento de personas con deterioro cognitivo o enfermedades como el Alzheimer, ha sido ampliamente investigado. Ahora, los estudios se centran en conocer cómo incide la música en la memoria de estas personas y hasta qué punto puede ayudarles.
Este es el objetivo del estudio Efecto Mozart y memoria en pacientes con deterioro cognitivo (MEM-COG), liderado por Marco Calabria, del Cognitive Neurolab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya, UOC. La investigación se centrará en demostrar si la música puede ser un medio que facilite o potencie el aprendizaje a personas con deterioro cognitivo o con Alzheimer y, por otro lado, en delimitar qué aspectos de la música son clave para delimitar un beneficio cognitivo. Así se fijará qué tipo de música es la más efectiva y en qué momento hay que utilizarla. Calabria ha asegurado que es importante delimitar estos dos aspectos ya que «implican procesos de moemoria distintos y el estudio determinará en qué fase la música puede aportar más ventajas».
Este estudio va a reclutar a pacientes, tanto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, como de Singular Música y Azheimer y, en la primera fase del mismo se les encargará que realicen tareas de memoria con música clásica de fondo. Tendrán que memorizar caras anónimas de personas y recordarlas después. ¿Por qué se utiliza música clásica? Según Calabria porque «ha demostrado ser la más efectiva para potenciar la memoria», además de que como no tiene letra permite «reducir la interferencia que puede producir la información verbal sobre el contenido que los participantes tendrán que aprender».
Ya en la segunda fase del estudio, los investigadores van a usar músicas que les sean conocidas a los pacientes para comprobar «si el hecho de que les gusten más puede potenciar los aspectos emocionales y, así, generar más beneficios en la memoria», confirma Calabria.
