¿Qué es para ti tu hogar?

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tu hogar

¿Qué es lo que piensas de tu hogar? ¿Es un refugio, un lugar de bienestar? ¿Sabías que, en origen, el centro del hogar hacía referencia a la lumbre donde se cocinaba, además de servir de sistema de calefacción para los miembros de la familia? ¿Cuáles crees que son los efectos sociales del modelo de casa actual? ¿Conoces el concepto de “hogaricidio”? Desde el Coaching, te acompaño a descubrirlo.

 

Cuando era pequeña, tuve la gran suerte de convivir durante unos años con mi abuela sevillana. Ella era una apasionada del brasero, un ingenio eléctrico circular, integrado por una resistencia, que se colocaba en la base de la mesa camilla.

Ésta, a su vez, debía su nombre a una funda con forma de falda que la cubría, permitiendo que, desde el regazo hasta los pies, estuviéramos abrigados. A pesar de que el brasero tenía protección, las suelas de goma de las zapatillas de mi abuela Mercedes terminaban por perder en parte su integridad.

Al calor de esa mesa camilla, mi abuela me contaba historias divertidas y, a pesar de su expresión seria, yo entendía su forma de quererme. Formaba parte de mi hogar. De hecho, era uno de sus centros. Aprendí mucho de su sabiduría.

“Un hogar fuerte es un lugar de libertad para la persona, de autoconocimiento, de empoderamiento, donde se cultiva el talento y que permite descubrir tu lugar en el mundo”, dice María del Mar Jiménez, socióloga y autora de Hogarterapia; “El hogar es indispensable para la autogestión de la salud, para la educación, la soberanía alimentaria, la ecología cotidiana, para la crianza amorosa y el concepto de tribu-familia armoniosa”.

Esta experta, que ha participado recientemente en el congreso virtual “De mujeres y diosas”, organizado, a su vez, por la coach Yerutí Espina, considera que la casa, el lugar que ocupa la familia, es el centro de todo, donde se fortalece la tribu y se crean las relaciones de apego seguro.

hogaricidio

Hogaricidio paulatino

María del Mar Jiménez habla del “hogaricidio”, término acuñado por ella misma para describir el “proceso de destrucción, en el inconsciente colectivo, de los poderes que residen en el lugar que nos cobija”; “Está estudiado el famiricidio o destrucción de la tribu y del núcleo familiar, de las relaciones de apego, lo cual nos hace más dependientes, sumisos y maleables por las elites de turno”.

Esta experta propone recuperar el fuego del hogar, “que nunca se ha extinguido”. Para ello propone las siguientes claves:

  1. Ponerle nombre, “hogarista”. “No es exclusivamente femenino, para nada es humillante y hace referencia a la persona que se siente a gusto en su casa, independientemente del tiempo que esté en ella o de dónde provengan sus ingresos”.

Se trata de formar un hogar consciente, “crear un hogar sano, equilibrado y feliz que nos facilite una vida más plena y con sentido”, dice Mar Jiménez; “Hay que redescubrirlo o reconciliarnos con él”.

  1. Es preciso sanar, constelar con el hogar. “No hay que ser una loca de la escoba, todo el día limpiando; en este sentido, podemos eliminar prejuicios y tabúes”.
  2. “La gestión integral de una casa empieza desde el felpudo”.
  3. “Esa ingeniería social, la política, aleja la excelencia de la gestión del hogar, como si fueran incompatibles”.
  4. “La nueva domesticidad, cuando es elegida por uno mismo, es voluntaria, nos da poder, enriquecedora desde el punto de vista personal, es una posible fuente de ingresos, es alternativa, en muchos aspectos es antisistema y transformadora”.

hogar soñado

¿Cuál es tu hogar soñado?

Al hablar de hogar, también lo hacemos de familia. Desde el Coaching te propongo que definas tu propio concepto, partiendo del que vives actualmente. Para ello, te invito a reflexionar y a responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo piensas que es tu hogar ahora? Te propongo que evites los juicios y enuncies los hechos. Por ejemplo: en mi familia convivimos actualmente tres personas, todas adultas. Dos conformamos una pareja; la tercera es un familiar de edad avanzada.
  • ¿Cómo sientes tu hogar? ¿Lo ves como un lugar armonioso? ¿Cómo son las relaciones entre las personas que lo integran?
  • ¿Qué es lo que se puede mejorar en tu casa? Como en el caso anterior, te invito a evitar los juicios. Un ejemplo: si vives con un adolescente, es posible que existan tensiones; no obstante, ¿cuáles son los aspectos que se podrían optimizar?
  • ¿Cuáles son los impedimentos a esa potencial mejoría? ¿Existen fricciones de algún tipo entre los miembros de tu familia? Defínelos de la manera más objetiva que te sea posible. ¿Cómo crees que se pueden solucionar? (Decía Einstein que no se puede resolver un problema desde el mismo nivel de conciencia que lo creó… Te propongo que le des alguna vuelta a las tensiones de tu hogar)
  • Te invito a que escribas en tu Diario Coaching las acciones que crees que pueden mejorar tu familia y tu casa. Por ejemplo: comentar, con la persona con la que mantengo una relación tensa, cómo me siento al respecto, así como mi deseo de mejorar nuestra conexión.

Otro ejemplo: decides invitar a tu familia a una merienda y llevas los productos que sabes que les encantan, especialmente a la persona con la que deseas solventar las diferencias.

  • Te propongo que te entrenes en la compasión empática, dándote cuenta de que la otra persona tiene sus motivos para actuar como lo hace. Te invito a recordar los conocidos como “Cinco acuerdos toltecas”:

Acuerdo 1. Sé impecable con tus palabras.

Acuerdo 2. No te tomes nada personalmente.

Acuerdo 3. No hagas suposiciones.

Acuerdo 4. Haz siempre el máximo esfuerzo.

Acuerdo 5. Sé escéptico, pero aprende a escuchar.

  • Una última pregunta: ¿qué puedes hacer tú, desde ti, tu interior, para mejorar tu hogar, tu casa, tu familia?

Para quienes habéis llegado hasta aquí, os doy algunos detalles más acerca del efecto hogar en mi infancia.

Aunque mi abuela falleció siendo yo todavía una niña, ahora de adulta me doy cuenta de cómo me ha inspirado en la construcción de mi propio concepto de hogar. Da lo mismo el número de miembros que lo formen, pues evoluciona y cambia, de modo que alguna de esas personas favoritas ha tomado unas largas vacaciones del hogar.

Éste es, para mí, el centro de la convivencia, el lugar en el que se expresan penas y alegrías, donde se comparte la autenticidad de cada uno. Es el espacio en el que he aprendido a ser consciente, a despertar, a querer, amar, y aceptarme a mí misma tal cual soy. Lo último reconozco que me ha costado un poco más y no es el único aspecto que puede mejorarse.

Añado mi aprendizaje más valioso: darme cuenta de que el amor incondicional es posible. Lo siento con algunas de mis personas favoritas, a pesar de los pesares y aunque, en ocasiones, nos lo pongamos difícil. Todo un reto, que comparto contigo.

¡Feliz Hogar! ¡Feliz Coaching!

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