Presta atención a lo que tu cuerpo dice

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Una rodilla hinchada, una jaqueca recurrente, el hombro derecho que tironea o una fuerte tortícolis; todas ellas son señales que nuestro cuerpo emite para avisarnos, para advertirnos de que existe una dificultad con algo que hemos hecho, o que tenemos pendiente. A esa lectura física, emocional y espiritual que hace nuestro organismo conviene hacerle caso. Desde el Coaching te acompaño en este proceso

Dice la terapeuta Thérèse Bertherat que el cuerpo “tiene sus razones”, que da título a uno de sus más afamados libros; “Si las paredes oyeran… en la casa que es tu cuerpo sí oyen” dice esta experta; “Esas paredes que lo han oído todo y que no han olvidado nada son tus músculos, por lo que en el envaramiento, en las crispaciones, en la debilidad y en los dolores de espalda, piernas, brazos, diafragma, del corazón y también en los de lacara se revela toda tu historia individual, desde el nacimiento hasta el día de hoy”.

Para Bertherat “tomar conciencia del propio cuerpo significa abrirse el acceso a la totalidad del propio ser”.

El cuerpo te habla para conectar con tu propósito, sanar los bloqueos, para volver a un camino más centrado en el amor” dice la mentora Sami Osorio, durante el taller virtual Eleva la consciencia a través de tu cuerpo, celebrado recientemente.

Según Osorio “vamos tirando de la energía vital en lugar de partir del amor; pero nuestro cuerpo nos dice si queremos estar con una persona determinada, o si deseamos continuar en ese trabajo”.

 

Atender las señales

“Vamos a observar qué nos dice nuestro cuerpo”, dice el terapeuta Manuel Requena, quien también ha participado en el citado taller virtual; “Haciéndome consciente, evito las señales, pues siento el brumamiento antes de que ocurra”. Por señales este experto entiende los síntomas, que son indicadores de que nos ocurre algo; por ejemplo, un dolor en las piernas puede expresar el miedo a avanzar en un proyecto.

Tanto Osorio como Requena consideran que esta práctica de escucha del organismo, si se entrena, nos lleva a entender mejor a nuestro cuerpo.

Mi amiga Isabel me comentaba hace poco que estaba muy molesta, debido a una cistitis recurrente que no conseguía curar.

En esta etapa de su vida desempeña un trabajo que requiere tan sólo una tercera parte de su capacidad formativa y laboral, lo cual le hace sentir frustración, además de aburrimiento.

Pero hay más, pues debido a que su actividad no está bien definida por parte de la empresa que la ha contratado, Isabel no tiene un puesto de trabajo físico asignado como tal, por lo que ha de andar con sus pertenencias de un lado a otro cada mañana.

Es precisamente la desubicación lo que le ha desencadenado la inflamación vesical. Isabel sabe que para curar su afección lo primero es sanar su parte emocional, por lo que ya ha tomado cartas en el asunto. Lo primero que ha hecho ha sido escuchar lo que su organismo le estaba diciendo.

Dado que en estos momentos no le es posible abandonar su trabajo, Isabel ha optado por hablar con su jefe inmediato, solicitándole un puesto material de trabajo.

Sólo con dicha acción, Isabel ha logrado que la inflamación no vaya a más y cada día se siente mejor. Ella se ha sanado primero para poder curar su cuerpo después.

 

Paso a paso

“Al abrirnos, notaremos muchos más síntomas”, dice Sami Osorio, a propósito del proceso de hacer consciente lo que nos dice el cuerpo; “pero esto es sólo el principio”.

Desde el Coaching te invito a seguir los puntos que proponen Osorio y Requena para elevar la consciencia partiendo de nuestro propio cuerpo:

  • Conexión. Lo primero es escuchar a mi organismo, sentirlo, estar presente en mi cuerpo.
  • Interpretar. He de aprender a leer, a interpretar, lo que he percibido a partir de mi conexión. Se trata de descifrar el síntoma. “La mayoría de síntomas se explican, se pueden interpretar”, dice Osorio, que habla de que el lado izquierdo del cuerpo representa cómo me veo yo, mientras el lado derecho de mi organismo representa cómo veo a los demás.

Manuel Requena propone “entender la función de esa parte del cuerpo que presenta la molestia o dolor, ya que nos da pistas”.

Por ejemplo, la rodilla tiene la función de doblarse, por lo que, si no podemos hacerlo es porque no deseamos doblegarnos.

Otra lectura relaciona los fluidos humanos con las emociones, por lo que si existe retención, es posible que esté ocurriendo algo similar con nuestros sentimientos.

  • Evitar el control. También se aprende a soltar el dominio sobre los síntomas, los cuales no hay que eliminar, sino abrazar y entender. “Se trata de no taparlos, aceptando nuestra humanidad”, dice Sami Osorio; “aceptar que ahora soy yo con ese síntoma y, desde el amor, soltar el control, asumir”.

Aclara Osorio que aceptar el síntoma no implica que no hagamos nada, sino que cambiamos el lugar desde el que lo hacemos; “Es entender que todo lo que me pasa me lleva a un lugar mejor y para ello, el cuerpo es mi herramienta”, dice la mentora.

  • Amor incondicional. Propone esta experta “hacer un cambio de paradigma en la mente hacia el amor incondicional”; “Cada cual tiene su propio concepto, aunque escuchando el mensaje de mi cuerpo, llego al camino del amor”.

Osorio nos propone llevarlo a cabo “sin exigirme ni obligarme, seguir lo que me diga mi alma, ya que cada parte de mi cuerpo me dice algo sobre el amor”.

Para ello, propone los siguientes tips: “Confía en ti, abraza tus defectos, perdona y da lo que deseas”.

  • Responsabilidad. Ambos expertos proponen que cada cual se haga cargo de lo que le esté ocurriendo, ya que el síntoma es de cada uno. “Si en este momento no soy capaz de evitar el enfado, pues el amor consistiría en abrazar ese enojo que siento”.
  • Inteligencia Emocional. Comprender cómo funcionan nuestras emociones y para qué el cuerpo nos da esa referencia supone que vemos el sentido a la vida.
  • Actuar. Por último, Osorio y Requena nos invitan a “mover la energía”; “Si mi síntoma me dice que me falta alegría, puedo confiar y avanzar”.

Hace unos días, una de mis personas favoritas me ha contado que ha de ir al otorrino, ya que siente una especie de tapón en su oído izquierdo.

Le he propuesto el simbolismo de la escucha del propio cuerpo y ya intuye cuál es el punto de partida de su sanación: escucharse a sí misma.

¡Feliz Escucha! ¡Feliz Coaching!

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