«Le hemos dado la vuelta a la acción, a la atención»

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Aurelia Sánchez, Consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha.

Una de las cosas más positivas que encuentra la consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, al hacer balance de esta crisis sanitaria, es la capacidad que se ha demostrado de poder dar la vuelta «a la acción, a la atención, a las medidas en muy poco tiempo», gracias a la capacidad de adaptación del ser humano y a que, como ella misma asegura, como en todas las crisis, sale lo mejor de cada uno de nosotros. En la conversación que hemos mantenido con Sánchez, conocemos las medidas puestas en marcha en la región para frenar la expansión del virus, sobre todo entre la población más vulnerable, y nos acercamos a la parte más humana de esta responsable política que reconoce que la pérdida de personas humanas ha sido algo «dolorosísimo, algo difícilmente superable».

 

¿Qué balance puede hacernos de estos meses de lucha contra la pandemia en la región?

Esta crisis sanitaria, que también tiene sus consecuencias sociales y económicas que se están alargando más de lo esperado. Como la mayoría de las crisis, saca lo mejor y lo peor de las personales. Yo haría un balance de lo más positivo en el sentido humano, a pesar de todas las dificultades, a pesar del sufrimiento, a pesar del dolor tan grandísimo que hemos tenido por todo, por el trabajo, porque ha afectado a nuestras familias, por todas las horas de sueño que nos han faltado, por los abrazos y la cercanía que nos han faltado. Y, a pesar de todas las dificultades, yo que soy de naturaleza optimista, creo que hemos conseguido una gran unión de las personas, una gran solidaridad, una gran colaboración de las administraciones para, entre todos, podamos superar esta maldita crisis.

Pero no olvidemos que aún queda mucho por hacer. Y querría resaltar la capacidad que tenemos, en todos sitios aunque yo hablo desde Castilla-La Mancha, de adaptarnos a las circunstancias. Le hemos dado la vuelta a la acción, a la atención, a las medidas en poquísimo tiempo. Esta capacidad de adaptación del ser humano también la hemos podido encontrar. Por tanto el balance es una mirada positiva y esperanzadora para poder salir de esta crisis.

 

«La medida que más me ha hecho sufrir como persona ha sido el aislamiento de las personas mayores»

 

¿Cuáles han sido las principales medidas tomadas para evitar los contagios entre los mayores y las personas dependientes?

A lo largo de todo este tiempo hemos aprendido mucho, sobre todo en la primera ola. Todos hemos aprendido, todos los profesionales nos hemos puesto en manos de los expertos sanitarios pero todos hemos arrimado el hombro para poder salir adelante. Por tanto, desde el primer momento, son muchas las medidas que hemos puesto en marcha. En primer lugar priorizados las medidas de prevención, que al principio fueron tan complicadas. Ahora, en Castilla-La Mancha tenemos una Ley de Reserva Estratégica de Material de Protección, en la que se refleja que los centros tienen la obligatoriedad de tener estos equipos de protección. Trabajamos para que todos los centros de mayores, de personas con discapacidad, de menores, tuvieran planes de contingencia actualizados para saber qué tiene que hacer cada profesional en cada momento. Otra de las acciones ha sido crear una bolsa de trabajo social, para que si un centro tenía muchas bajas de personal por la crisis, rápidamente le ayudábamos a contratar profesionales.

También hemos adoptado medidas de control. En este sentido hemos puesto en marcha un Sistema de Inspección específico COVID, que se centra en ayudar a los centros a tener los planes de contingencia adecuados, a tener sectorización, a cumplir las normas. Creo que la mayoría de los centros han actuado bien pero si alguno no ha actuado bien, por supuesto tenía la sanción correspondiente.

Y medidas de intervención directa con programas de formación y con un Programa de Soporte Emocional, que cuenta con psicólogos para poder ayudar a los residentes y a los profesionales. Hemos puesto en marcha la verdadera coordinación sociosanitaria, hemos incorporado más profesionales. En definitiva, muchas medidas de acción directa y seguiremos incorporando más, adaptándonos a las necesidades que nazcan de esta crisis.

¿Cuál ha sido la medida más dura a tomar en este tiempo de crisis sanitaria?

Está siendo muy duro. Profesionalmente por la responsabilidad que tengo y personalmente porque soy una persona sensible que sufre, empatizo mucho con las circunstancias, con las familias, con las personas que sufren. Siento con ellas.

La medida que más me ha hecho sufrir como persona ha sido el aislamiento de las personas mayores, el confinamiento en sus habitaciones en el primer momento y el tener que impedir las visitas de sus familiares. Y, por supuesto, en aquel primer momento, decidir que los familiares pudiesen despedirse de los suyos que habían fallecido. La pérdida de las personas ha sido dolorosísimo. Ha sido algo difícilmente superable pero, desde luego, inolvidable. Con las consecuencias que ello tiene para poder cerrar heridas. Esas situaciones humanas han sido lo más doloroso. Tener que tomar esas medidas por el bien común, por la seguridad de todas las personas.

 

Hablaba antes de refuerzo psicológico para residentes y para profesionales. Pero, ante estas situaciones que relata, ¿cree que los responsables políticos, los responsables de tomar esas medidas necesitarán también apoyo psicológico?

Creo que no vendría mal. Todo lo que engloba la salud física y la psicológica es importante. Y cualquier apoyo es bueno. Además, ambos aspectos, el físico y el mental, están íntimamente relacionados. Sabemos que los grandes problemas emocionales tienen luego su correlato físico, y nos empieza a dolor la espalda, la cabeza.

Yo, desgraciadamente no tengo padres porque fallecieron hace ya algunos años, pero recuerdo mucho algo que decía mi madre en muchas ocasiones: “No tengo tiempo ni para ponerme enferma”. Pues algo así es lo que ocurre. No tenemos tiempo porque tenemos tantas cosas que hacer para evitar que la gente sufra, que olvidamos ya de nosotros mismos.

Pero, ¿qué secuelas tendrá esta situación una vez pase para todos? La situación de ansiedad que estamos viviendo no sabemos qué consecuencias tendrá. Sí estamos comprobando algunas secuelas en las personas mayores. Están envejeciendo más rápido, a nivel físico y a nivel cognitivo. Pero sí, habría que preguntarse, ¿cómo nos va a afectar a todos? Así, podremos poner las medidas oportunas para las personas que lo necesiten.

Desinfección en residencias de la provincia de Toledo.

«Todos los profesionales han tenido una predisposición tan grande que dejará huella por toda la vida»

 

Al margen del virus, ¿cuáles son las principales líneas de trabajo de la consejería para este 2021?

Tenemos proyectos muy importante. Una de las cosas que hemos aprendido de la pandemia a las administraciones es trabajar desde la cooperación y la transversalidad. En Castilla-La Mancha así lo hacemos. Desde el primer momento nuestro presidente implicó a todos los departamentos para buscar solución a los problemas que iban surgiendo. Ha habido una colaboración tan importante que hay que seguir trabajando en esa línea.

En las líneas más estratégicas de atención a personas mayores, a personas con discapacidad, que son el objetivo de este departamento, tenemos que trabajar en la adaptación de los modelos que ya tenemos. En la región ya veníamos trabajando en el modelo de Atención Centrado en la Persona, y teniendo en cuenta ese camino vamos a ir incorporando novedades e innovaciones que son necesarias.

Tenemos que trabajar en un Plan de Cuidados de Larga Duración, como adaptación, modernización, del sistema de la Dependencia a lo largo de la continuidad de cuidados donde ahora, más que nunca, tenemos que poner el foco en el hogar. Si le preguntamos a cualquier persona dónde quiere vivir, la respuesta es en su casa, en su entorno, en su pueblo, en su ciudad. Por lo tanto, a lo largo de esa continuidad de cuidados hay que intentar llevar todas las medidas a su domicilio, después a su entorno comunitario. Y si se requiere centros residenciales adaptados a sus necesidades, con la especificidad que necesitan las personas mayores. Ese es el modelo en el que tenemos que avanzar.

También tenemos que avanzar en las nuevas tecnologías. Es clave. Desde el domicilio, trabajando en una teleasistencia que sea un telecuidado avanzado, llevando las tecnologías al hogar para apoyar a las personas. Pero también de todas las prestaciones y servicios. Y además tenemos que modernizar y priorizar las infraestructuras. Ahora nos hemos dado cuenta de que necesitamos infraestructuras sectorizadas, más pequeñas, adaptadas a la interacción de las personas.

Como decía ya estábamos trabajando en esas líneas pero, insisto, ahora más que nunca tenemos que adaptarlas. Y quiero aprovechar para decir que la colaboración con otras administraciones, con nuestros ayuntamientos y diputaciones, con el Gobierno central, y la colaboración con la Unión Europea para la coordinación de los fondos europeos que van a venir, es esencial y tenemos la posibilidad de incluir todas estas innovaciones.

Y lo que no podemos olvidar es a los profesionales. Todos, absolutamente todos, ocuparan el lugar que ocuparan, han sido y son personas y profesionales excelentes que van mucho más allá de sus competencias. El trabajo que han realizado, y que siguen realizando, es encomiable. No hay palabras. No solo los profesionales sanitarios, también los de las residencias, desde las limpiadoras, los ordenanzas, mantenimiento, auxiliares, enfermería, médico, dirección, todos. Ha habido una unión tan grande que hay que felicitarse por ello. Y también el servicio público, como servicios esenciales, las fuerzas de seguridad del Estado, y las entidades del Tercer Sector. Ha habido una predisposición tan grande que dejará huella por toda la vida.

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