Miguel Morenza, Técnico en Terapia Asistida con animales en Yaracán, Aurora Garcia Terapia Ocupacional (Ballesol) y Carmen Casquete de Prado (Ballesol).
La terapia con perros con mayores se empezó a realizar en las residencias tercera edad Ballesol hace ya siete años. Los beneficios los encontramos en un primer momento de encuentro con los perros, en un nivel afectivo, ya que los perros establecen un vínculo emocional muy rápidamente. Ellos no juzgan, ni sienten lástima ni pena. Solo ven a un ser humano con el que poder compartir caricias, juegos, abrazos…
El perro de terapia está seleccionado por sus cualidades de sociabilidad y disfrute con el contacto con el ser humano por lo que naturalmente busca el acercamiento y la relación…, disfruta con su trabajo y tiene una increíble percepción del estado físico y emocional de la persona.
Las personas que acuden a las sesiones a su vez perciben que la relación con el perro es sincera. A través del afecto mutuo que comparten se rompen barreras, el aislamiento, la apatía, el sentimiento de tristeza o soledad que pueden sentir los mayores queda relegado. En su lugar cariño y buenos momentos de felicidad y entendimiento brotan espontáneamente durante la sesión con los perros.
Entonces se produce la magia y hasta las terapeutas y psicólogas se sorprenden de los cambios que se producen en las personas en presencia de los perros. Personas que se pasan todo el día serias y apáticas comienzan a sonreír. Otros que no participan en ninguna otra actividad levantan la mano como voluntarios para tirar una pelota a “Golfo” , un caniche gigante, o enseñar matemáticas a “Ron” un Bichon maltés. Otros que nunca hablan nos cuentan cómo se llamaba su perro y la canción que les cantaban que curiosamente recuerdan.
También nos cuentan anécdotas de su adolescencia y de un Madrid distinto en donde habia una vaquería en Malasaña, o que su perro desapareció en mitad de los bombardeos de la guerra civil pero luego apareció devolviendo felicidad a la familia. En esos momentos de apertura y comunicación descubrimos el gran valor que tienen los mayores y la sabiduria que aguarda callada hasta que toquemos la tecla adecuada para ser contada. Esos amigos peludos logran hacerlo.
Pero esto no lo hacemos solos. La relación del técnico en intervenciones asistidas con perros y el personal del centro es vital para conseguir llegar de una manera más profunda a cada individuo. Por ello siempre se concretan los objetivos a trabajar a nivel general y particular. La psicóloga o terapeuta nos guía para afinar en la comunicación con cada persona porque nadie se queda fuera tenga la limitación que tenga. Porque como nos enseñan los perros todos somos iguales y merecen todo su cariño y atención.
¿Cómo trabaja Ballesol la Terapia Asistida con Animales?
“Mejora nuestra calidad de vida” y “la valoración que tenemos de nosotros mismos”. Hablan los residentes de la residencia de mayores en Madrid Ballesol Príncipe de Vergara de la autoestima, del bienestar de la compañía, de las caricias, de los recuerdos, como beneficios perceptibles de la terapia asistida con Animales. Una intervención diseñada para mejorar el funcionamiento cognitivo, físico, social y emocional de una persona desde una perspectiva multidisciplinar.
En Ballesol se trabaja con dos grupos diferenciados. El primero formado por residentes con gran deterioro cognitivo, como demencias avanzadas -estos centros también funcionan como residencias Alzheimer– y mayor nivel de dependencia. El segundo se constituye por personas con deterioro cognitivo leve o intacto, pero con trastornos del estado de ánimo. Ambos grupos son reducidos para favorecer la calidad de la intervención. Las sesiones se realizan semanalmente, con una duración de una hora aproximadamente por grupo.
Asimismo, existen unos criterios de exclusión, en concreto estos son: ser alérgico a los perros, tener fobia a estos, presentar miedo y personas que puedan poner en peligro el desarrollo del grupo.
Se plantean unos objetivos generales a nivel grupal, así como unos objetivos específicos individualizados para cada residente.
En una terapia implantada en la mayoría de nuestros centros debido a la gran aceptación por parte de nuestros residentes y los múltiples beneficios que se obtienen en las diferentes áreas: física, cognitiva, emocional y social.
En primer lugar, a nivel físico favorece la movilidad, mejorando la psicomotricidad fina y gruesa, se reduce el ritmo cardíaco y la agitación promoviendo un estado de relajación en los asistentes, mediante ejercicios con aros, pelotas, pinzas y diana, entre otros.
En la esfera cognitiva se aprecia una mejoría de la atención y concentración de los participantes. Se potencia la utilización de la memoria de trabajo, semántica y remota, así como de praxias y gnosias. Estos beneficios se consiguen a través de dinámicas como recordar el nombre de los perros, nombrar objetos, recordar letras de canciones, memorizar datos, etc.
En el área emocional, disminuye el sentimiento de soledad, la ansiedad, la depresión y el estrés y se observa una mejora en la confianza y autoestima de los residentes. Al interactuar con el perro, por ejemplo, durante el peinado del mismo, los residentes muestran un estado de mayor tranquilidad, así como un estado anímico positivo que se observa a través de sonrisas en los residentes.
A nivel social, gracias a la relación establecida con el perro, aumenta el deseo de interactuar con otras personas de forma espontánea, favoreciendo así la sociabilidad. Así mismo, incrementa el deseo de participar en otras de las actividades que se llevan a cabo en las residencias, integrando a todos los miembros del grupo en los diferentes ejercicios propuestos.
Propio del envejecimiento es sufrir una pérdida y disminución de los sentidos, lo que ocasiona un aumento del aislamiento y empobrecimiento de las relaciones sociales. Gracias a este tipo de intervención nuestros residentes mejoran las habilidades sociales.
