Ghosting: cuando la gente se va de tu vida

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¿Te ha ocurrido que, de repente, alguna persona cercana haya dejado de enviarte mensajes o de interesarse por ti? ¿Alguna de tus amigas aparece y desaparece como si jugara al escondite? ¿Cómo te hace sentir? ¿Le das importancia, o vuelves a intentar, una y otra vez, la conexión con esa persona? ¿Sabes lo que es el ghosting? Desde el Coaching, te acompaño para que decidas qué hacer.

 

 

Hace algunos meses me di cuenta de que dos de mis amigas ya no respondían a mis mensajes; tampoco a mis audios; ni siquiera a las noticias que tenían que ver con temas que antes compartíamos.

De reunirnos, para qué hablar ya que, o bien no podían por exceso de trabajo (ambas son compañeras) o bien tenían compromisos familiares que incluso las llevó, en alguna ocasión, a desconvocar la cita acordada previamente.

En realidad, lo que ocurría era que empezaban a hacer “ghosting”, que se refiere a un tipo de conducta dirigida a desaparecer, en este caso de mi vida, sin que se notara demasiado.

 

 

crueldad

Crueldad intolerable

Efectivamente, la primera reacción ante una estrategia de ghosting suele ser la de juzgar, tanto a la persona como su conducta, de crueles. No obstante, es posible que quien desaparece de tu vida no tenga la intención de hacerte daño.

En el estudio realizado hace dos años por la investigadora Elisabeth Timmermans, de la Universidad de Rotterdam (Países Bajos), se concluye que quienes hacen ghosting no son conscientes de ello.

En dicho estudio, Gone with the wind (Lo que el viento se llevó), centrado en usuarios de aplicaciones móviles de citas que hacen ghosting, se redistribuye la noción de culpa entre casi todos. Así, el 67% de las personas encuestadas consideran que la responsable es la persona ignorada. El 44% creen que son responsables ellos mismos y casi el 30% manifiesta que la principal culpable es la aplicación.

Las personas que hacen ghosting suelen caracterizarse por un apego evitativo, es decir, durante la infancia desarrollaron un vínculo de relaciones basado en la huida, que las lleva a no tolerar la intimidad emocional en la etapa adulta.

Otros candidatos a fantasmas son quienes no desean una cercanía emocional hacia otras personas.

¿Cómo sabes si te están ignorando? Existen varios aspectos que pueden confirmarlo:

  • Comunicación. Deja de contactar contigo de repente, ya no responde a tus mensajes con inmediatez, ni con el mismo interés y anula el encuentro a última hora.
  • Interés. Parece que ya no le importan tus asuntos de familia, laborales o proyectos.
  • Diálogo. Las conversaciones pueden ser tensas y algo rígidas. Quizá oigas la notificación de alguna red social mientras tratas de hablar con ella.
  • Las gentilezas que tengas con esa persona no las valora, como tampoco los posibles favores. Por supuesto, tampoco tratará de apoyarte o de ayudarte.
  • Notas que cada vez te sientes peor después de hablar con esa persona. El malestar emocional te hace desistir de su amistad.

abandono

Sanar el abandono

Cuando somos víctimas del ghosting solemos prolongar el malestar, aferrándonos incluso a una relación que sólo existe de una parte, la nuestra. Desde el Coaching te propongo sanar el abandono a través de los siguientes pasos:

  • Sé consciente. Date cuenta de las señales que te da la otra persona; si te evita, sus mensajes son cada vez más escuetos, si deja de hablar contigo, si anula vuestras citas o si no te escucha, todo apunta hacia una estrategia de ghosting.
  • Escúchate. Ponte como prioridad y escucha a tu “Pepito Grillo”, esa voz de la intuición que posiblemente te lo esté anunciando.
  • Permítete sentir. Que te dejen a un lado duele, duele mucho. Date permiso para sentir lo que debas sentir. Miedo, ira, tristeza, soledad o abandono son todas emociones legítimas que puedes confrontar.
  • Averigua lo justo, aunque procura no tomarte nada por lo personal, pues tú no eres responsable de la decisión tomada por tu amigo, pareja o familiar.
  • Queda con esa persona y dile, con asertividad, lo que crees que está pasando. No olvides contarle cómo te sientes, evitando la dramatización.
  • Haz el duelo. La ruptura brusca es una pérdida dolorosa, tanto en la forma como en el fondo. Déjate fluir sintiendo lo que sientas.
  • Algunas personas aparecen en nuestra vida para quedarse; otras se van pronto e incluso llegan sólo a cruzarse. Todos los intercambios constituyen aprendizajes, aunque en el momento de la ruptura no lleguemos a comprenderlo. Por eso te propongo que agradezcas a las personas que te hagan ghosting, pues o bien tú, o bien ellas, os habréis enriquecido con el cambio.

Para quienes habéis llegado hasta aquí, os cuento cómo he resuelto la desaparición de estas “fantasmitas”. En primer lugar, intenté hablarlo con una de ellas, Sonia, pues me parecía más cercana y con un carácter más extrovertido.

Ella negó una y otra vez que estuvieran enfadadas o que huyeran de mí. Le insistí con respecto a la otra persona, Elena, y volvió a negarlo.

Después de aquello y de algunas semanas de duelo por lo que yo creía una amistad sincera rota, me di cuenta de que no debía de insistir más.

Me di cuenta también de que, aunque fuera Elena quien posiblemente iniciara la maniobra de ghosting, Sonia la siguió. La primera no quiso siquiera hablar conmigo, con pretextos y excusas que no me convencieron en su momento.

¿Sabes lo que me hizo sanar esta desaparición? Logré ser consciente de que estas dos personas decidieron que ya no les era de utilidad. Dado que este concepto no enlaza con el de amistad, supe que lo que yo les ofrecía no deseaban recibirlo, pues sus intereses eran otros.

Así que, tras reflexionar un momento, mentalmente les di las gracias, pues su partida me ha hecho saber que ambas personas han estado en mi vida para permitirme aprender algo y ¿quién sabe? quizás en el intercambio, Sonia y Elena también se hayan llevado algún aprendizaje.

¡Felices Ghostings Conscientes! ¡Feliz Coaching!

 

 

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