Estimulación cognitiva para mantener la mente en forma

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El cerebro, al igual que el resto del cuerpo, sufre los efectos del paso del tiempo. Falta de atención y de memoria, mayor dificultad para aprender o peor concentración son algunos de los síntomas más reconocibles. La clave para evitarlos reside en el entrenamiento mental. Y es que el cerebro es un músculo que necesita ejercitarse para mantenerse sano. Cualquier edad es ideal para comenzar a practicar ejercicio cerebral, así que ¡a ponerse las pilas!

En la juventud el cerebro se enfrenta a situaciones de cambios y desafíos que le permiten estar alerta y estimulado, pero con el paso del tiempo la persona tiende a acomodarse, haciendo aquello que le resulta más sencillo y limitando su actividad. Del mismo modo, el envejecimiento influye enlenteciendo el pensamiento y reduciendo la memoria, por lo que es importante que, a partir de cierta edad, se mantenga en forma este músculo tan importante para la salud de la mente y la calidad de vida.

Aprender jugando
Existen muchas maneras de sacar partido a nuestra mente, pero la máxima de “aprender jugando” es clave cuando se trata de entrenamiento cognitivo. De hecho, existen multitud de juegos, tanto clásicos como novedosos, que permiten que ejercitemos habilidades mentales. Entre los más interesante se encuentran el ajedrez, las cartas, sudokus, sopas de letras, crucigramas, etc. Asimismo, el mercado del entretenimiento no ha dejado de innovar y ahora se vale de lo último en tecnología para acercarnos revolucionarios ejercicios con los que entrenar la mente; son los llamados juegos training, adaptados a formatos para ordenador, móvil, tabletas… Quizá el más conocido sea el Brain Training (entrenamiento del cerebro).

En cualquier caso, sea cual sea la opción elegida, dedicar tiempo libre a estas actividades lúdicas refuerza, incluso crea, nuevas conexiones neuronales que mantienen el cerebro activo, ya que requieren de concentración, estrategia o memoria, lo que supone un esfuerzo mental que potencia la capacidad lingüística, la agilidad mental y de cálculo, entre otras habilidades.

Estimulación cognitiva: entrenamiento profesional
A otro nivel se encuentra la estimulación cognitiva. Para los profesionales en neuropsicología se trata de una terapia eficaz que favorece un mejor rendimiento mental y que actúa como factor protector frente a enfermedades. Así lo define Andrés Sardinero, psicólogo especialista en neuropsicología: “Es una intervención sin medicamentos, enfocada directamente a desarrollar todo el potencial del cerebro”. Las personas que la practican observan que mejoran sus capacidades y habilidades. Además, esta técnica garantiza un envejecimiento más saludable.

La estimulación cognitiva es beneficiosa a cualquier edad, pero está especialmente recomendada en personas a partir de los 50 años porque con los ejercicios adecuados y la orientación de un profesional se pueden conseguir cambios neuroquímicos y morfológicos en las estructuras que componen el cerebro.

Más que un taller de memoria
Existe una tendencia generalizada a identificar la estimulación cognitiva con los talleres de memoria, pero tal y como explica Andrés Sardinero, la memoria es sólo uno de los aspectos que se tratan. Para este experto “el enfoque de trabajo es más amplio y se tienen en cuenta todos los procesos cognitivos superiores del ser humano: memoria a corto y largo plazo, atención y concentración, funciones ejecutivas y razonamiento, lenguaje y habilidades de comunicación, procesos perceptivos de reconocimiento de objetos (la velocidad de respuesta) y la lectura, la escritura y el cálculo”.

Con la estimulación se logra reforzar las habilidades cognitivas previamente adquiridas y establecer nuevos patrones de funcionamiento cognitivo. Las investigaciones científicas demuestran una mejora en la velocidad de procesamiento de la información, de la memoria en general, del razonamiento y de la solución de problemas. Asimismo, “los efectos no se limitan a lo puramente intelectual, sino que pueden observarse progresos en las actividades cotidianas de la vida diaria, es decir, las personas se desenvuelven con mayor eficacia en diferentes tareas cotidianas como manejar la economía doméstica y las finanzas, realizar las labores del hogar, hacer las compras y el automantenimiento de la salud”, asegura Sardinero.

 

Estimulación cognitiva para mantener la mente en forma
Actividades personalizadas
La lista de técnicas y herramientas concretas para la estimulación cognitiva es muy amplia. Existen grandes colecciones de material en papel y lápiz. Cada vez se dispone de libros y cuadernos de ejercicios mejor diseñados y adaptados por los profesionales, con diferentes niveles de dificultad, y que permiten ejercitar todos los procesos cognitivos. Así se logra un entrenamiento incremental, graduado en su dificultad para alcanzar el máximo rendimiento en las distintas funciones cognitivas.Aunque en menor extensión que en papel y lápiz, también se han diseñado programas informáticos para entrenar los procesos mentales. En este caso, Andrés Sardinero sólo recomienda aquellos que han sido desarrollados específicamente por profesionales psicólogos, neuropsicólogos o neurocientíficos.

Las actividades que se desarrollan presencialmente consisten en ejercicios que se realizan con ayuda de un terapeuta, bien de manera individual o grupal, y siguiendo con atención las instrucciones y reglas que se propongan. Cada herramienta está compuesta de un repertorio extenso de actividades lo suficientemente ricas y variadas para cubrir las distintas funciones cognitivas superiores: memoria, atención, lenguaje, razonamiento, percepción, lectura, escritura, cálculo, etc.

Todas estas herramientas son compatibles entre sí, por tanto, el empleo de una modalidad no significa la exclusión de las restantes. Un programa de entrenamiento adaptado puede estar compuesto por actividades presentadas en cuadernos de trabajo y, a parte, por ejercicios en ordenador. Además, en muchas ocasiones el especialista en estimulación cognitiva diseñará actividades concretas y específicas para responder a una característica particular de la persona con la que está trabajando.

Para elegir las herramientas y actividades adecuadas para cada persona, los neuropsicólogos siguen un protocolo concreto. El primer paso es identificar aquellos factores que se quieren mejorar. Por eso, lo ideal es que el especialista mantenga una entrevista para conocer los gustos, experiencias previas, formación académica, intereses y aficiones del paciente que desea participar en la estimulación. Luego se aplican pruebas (test psicométricos) para conocer su rendimiento cognitivo en todas sus facetas. En función de los resultados, se elabora un perfil en el que se destacan los puntos fuertes y puntos débiles y se establece de un modo objetivo qué habilidades requieren de mayor entrenamiento que otras.

A partir de la entrevista, las pruebas y el perfil, se diseña un programa de tratamiento que integre toda esa información compleja. El objetivo es “ejercitar con precisión las capacidades que necesitan ser potenciadas y, al mismo tiempo, lograr que el entrenamiento resulte gratificante y congruente con los gustos de la persona”, afirma Sardinero.

Tiempo y resultados
En estudios como Advanced Cognitive Training for Independent and Vital Elderly (ACTIVE), financiado por diversas instituciones en Estados Unidos, se han observado mejoras significativas gracias a un entrenamiento sistemático con sesiones de dos horas a la semana durante cinco semanas, pero la periodicidad dependerá de cada caso. Lo importante es plantearse objetivos realistas y procurar dar la versión más positiva de sí mismo. Andrés Sardinero plantea que para un programa formal dirigido por un profesional, “puede ser suficiente”. Luego, la persona puede mantener los logros y ampliar los horizontes con el autoejercicio diario, con entrenamientos de alrededor de una hora de duración.

Asimismo, es recomendable el trabajo constante, ya que no existe un límite para mejorar las propias capacidades cognitivas, sino que se obtiene un efecto acumulativo. Según este experto neuropsicólogo, “cuanto mayor sea la práctica, más amplios los resultados”. De hecho, las neuronas sobreviven y multiplican sus conexiones con otras neuronas gracias a la actividad.

Lo más interesante de los estudios que existen sobre este tema es que los beneficios obtenidos se mantienen a lo largo de los años. Además, no se trata de una mejora pasajera mientras dura el entrenamiento, sino que se produce una consolidación y un cambio permanente en las personas que han realizado una estimulación cognitiva formal.

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