Cómo cuidarte «guiados por ti»

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Guiados por ti es el nombre del modelo de atención residencial que ha puesto en marcha el Grupo Amavir en algunos de sus centros residenciales. Se trata de un modelo centrado en las necesidades y preferencias de cada residente, lo que supone “un cambio de mirada de los profesionales”, como señala la directora de Amavir Sant Cugat del Vallés, Maite Aragón, uno de los centros que ya trabaja bajo las directrices de este modelo.

La responsable Asistencial de Psicología, Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Animación y Educación Social de Amavir, Eva Ochoa, añade que este modelo es la “materialización de lo que veníamos haciendo, de cómo cuidamos en Amavir, de cómo se humanizan esos cuidados que están en nuestra manera de ser. Cuando salimos de la pandemia necesitamos dar este impulso a los cuidados, hacer más visible lo invisible”, afirma.

Un proyecto que nace en un momento delicado para todos los grupos residenciales, detrás de la pandemia que hemos vivido, y que nace “de la inquietud de la compañía”, como asegura Aragón. “Nos damos cuenta que después de todo el sufrimiento vivido hemos de redirigir todo lo vivido, intentar positivarlo y volcarlo allá donde realmente podemos hacer feliz a alguien”. Junto a otras residencias del grupo, “quisimos estructurar la emoción metodológicamente en un cuidado, desde la mirada de las personas a las que cuidamos”. Esta es la clave de ese “cambio de mirada” que lleva a prácticas que hacen felices a los usuarios.

Como señala Aragón, el concepto de necesidad “es clave en este modelo”, porque no se puede olvidar que “cuando recibimos a una persona en nuestros centros, recibimos a una persona con sus necesidades, sus anhelos. Unas necesidades que pueden categorizarse en dos, sanitarias y sociales”. Así, Guiados por ti es un modelo en el que la mirada se desplaza de la organización al individuo, a la persona que vive en un centro residencial.

La directora comercial y de Marketing del Grupo, Virginia González, reconoce que este modelo está en línea directa con los objetivos del Grupo. “Amavir nació con la finalidad de ofrecer la máxima calidad a sus usuarios. Aunque la marca tiene poco tiempo, nació en 2017, es el resultado de dos marcas ya conocidas en el sector, Amma y Adavir, y cuyo nombre significa amar y vivir”. Y reconoce que con este nuevo modelo cobra aún más sentido el nombre de “Amavir”. El modelo ya está en marcha en algunos centros y “se está haciendo extensivo a la gran parte de ellos, formando a los trabajadores para adecuar esa mirada hacia el usuario”.

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Virginia González, en el programa de radio Palabras Mayores.

Continuidad del proyecto de vida del usuario

Para poder llevar a la práctica este modelo, los profesionales de Amavir cuentan con diferentes herramientas, ya desde el mismo momento en el que una persona visita uno de sus centros. Desde ese “pre-ingreso tenemos muy claro que queremos darle continuidad a un proyecto vital”, explica Ochoa, intentando adaptarnos a las necesidades de cada residente.  Desde esa acogida el modelo se pone en marcha “para que desde el momento que esa persona entre por la puerta del centro le llamemos como él quiere que le llamemos, conozcamos su trayectoria de vida, cuáles son sus gustos”. Como Ochoa reconoce, ese primer mes “es vital para nosotros”.

El modelo cuenta con varias herramientas, algunas claves como la historia de vida del usuario, y un documento “que llamamos de deseos y preferencias. Documentos fundamentales porque nos ayudan a saber lo que le gusta, lo que no, lo que le desagrada, etc”.

Estas son las herramientas básicas, aunque los centros han puesto en marcha otras para cambiar la mirada tanto a los profesionales como a los usuarios. Por ejemplo, una dinámica de inmersión de roles, cuestionario de satisfacción y felicidad, entre otras.

Además, en este modelo también es esencial la figura del referente, como apunta Aragón. Se trata de aquella persona responsable de que su residente se sienta querido “y viva feliz el resto de su vida con respeto y dignidad”.

Cuando hablamos de usuarios que tienen problemas conductuales o cognitivos, ¿cómo es esa nueva mirada? La responsable de Enfermería del Grupo, Marta Gómez, no es tanto una “nueva mirada como que no miramos, no nos paramos a ver a la persona”. En este perfil de usuarios, en el que su deterioro cognitivo les impide verbalizar, “decir con palabras qué quieren, qué necesitan, cómo se sienten, lo único que tenemos que hacer es pararnos un segundo y mirarles”. Sus gestos hacen saber a los profesionales lo que sienten, “solo hay que mirarles”. Gómez recuerda como enfermera que “la enfermería es el arte de cuidar, algo que a veces hemos olvidado. Se ha deshumanizado este arte, tal vez por el trabajo del día a día. Y tenemos que volver a esa esencia”.

Gómez, además, apunta que este cambio de mirada no requiere un mayor esfuerzo del profesional  a la hora de cuidar, sino que “es una satisfacción ver los cambios que se van produciendo en los residentes. Este modelo de cuidado me hace, como profesional, sentirme más feliz”.

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