Alexandre Escrivà: “Cuando escribo intento buscar la música de las palabras”

El escritor Alexandre Escrivà, que comparte su tiempo entre la música y la literatura, reconoce que escribiendo intenta «buscar la música de las palabras». 

 

El misterio Hannah Larson, publicado por Alfaguara, es la segunda novela del joven escritor valenciano Alexandre Escrivà. Una historia que mantiene al lector alerta desde el impactante comienzo: Patrick Howard se suicida en directo en un programa de televisión en horario de máxima audiencia. Este aparente suicidio será el primer caso para la detective Alison Hess. Y decimos aparente porque se descubre que, antes de morir, Howard estaba escribiendo un libro sobre un caso de asesinato de 1993 sin resolver. ¿Qué relación habrá entre el suicidio y el asesinato? Será Hess quien nos lleve a conocer la respuesta en una historia ambientada en la ciudad de Nueva York.

 

 

¿Cómo están recibiendo esta novela los lectores? ¿Cuál está siendo su reacción?

Me cuentan que les está gustando. Y estoy recibiendo sus emociones de forma diferente a como me llegaban con la primera novela. Con el primer libro todo fue gradual. Es normal, yo empecé desde cero, no me conocía nadie y, poco a poco, la gente fue interesándose por el libro, me fue descubriendo. En este caso, los lectores ya me conocen más como autor y el calor es un poco más intenso.

 

¿Se dice que eres la “gran revelación de la novela negra”? ¿Te da un poco de vértigo esta situación?

Creo que no me da vértigo. Intento no ponerme presión de más. Obviamente quieres que tus historias gusten a los lectores y me alegra recibir sus mensajes. Pero eso de “la gran revelación” … es demasiado. Para mí es todo un halago, pero intento no tener las expectativas muy altas. Soy una persona que tiene siempre los pies en el suelo. Tuve la suerte de publicar mi primera novela con Alfaguara, que era un sueño para un joven como yo. Aunque sí que todo esto implica mucha responsabilidad. Mi trabajo ahora es escribir.

 

¿Cómo nace la idea de esta historia?

La idea inicial de esta historia surgió justo antes de publicar El último caso de William Parker, antes de publicar mi primera novela. Y, desde 2020, no he parado de escribir hasta ahora. En la pandemia, que fue una catástrofe total, aproveché el tiempo que estuvimos encerrados en casa para escribir muchísimo. Escribía seis o siete horas cada día. Y, desde ese momento, no he parado de escribir. La escritura es una necesidad para mí ahora y tengo el privilegio de decir que, hoy en día, me dedico a las dos cosas que más me gustan en el mundo, que es la música y la escritura. La idea de la historia, como te decía, surge antes de publicar el primer libro. Como autor novel quería que la historia no fuera continuación de la primera novela, que cualquiera pudiera leer uno de los dos libros que fuera independiente.

 

El primer libro se ambienta en San Francisco y este en Nueva York. ¿Qué te atrae de los Estados Unidos?

Así es. La protagonista de esta historia es Allison, una detective que acaba de entrar en el grupo de homicidios. Es una persona muy nerviosa. Tiene el síndrome del impostor. No cree que sea capaz de descubrir lo que hay detrás de

una muerte. Y se tienen que enfrentar a su primer caso, que es el suicidio de Patrick Howard, un periodista bastante famoso en Estados Unidos, que decide suicidarse en pleno directo de un late night con altos índices de audiencia. Allison descubrirá que, detrás del suicidio, hay un homicidio, hay mucho más. A esta trama se unen otras, otros personajes del pasado que habrá que investigar.

El motivo de la ambientación de las localizaciones de mis novelas tiene que ver con la música, porque la música me ha llevado a muchas ciudades españolas y muchas ciudades europeas, pero nunca me ha llevado a esa parte del mundo. Entonces, con la escritura es una excusa para visitar esos lugares.

 

Una historia del pasado sin resolver

Cuando Patrick Howard se suicida en directo, surge la conexión con un asesinato no resuelto en 1993. ¿Hablar de un caso no resuelto es una denuncia por tu parte, una llamada de atención?

A medida que Allison investiga el suicidio de Patrick, aparecen los capítulos del pasado. En ellos se ve cómo Patrick investigaba el asesinato de Anna Larsson cometido en 1993. El lector irá descubriendo qué paso entonces.

 

Allison, la detective es una mujer muy peculiar. ¿Definirla como una persona insegura, con dudas y miedos, la hace tal vez más humana y la acerca al lector?

Eso es. Mi idea era que fuera lo más humana posible. Y creo que es el personaje más complejo que he escrito hasta ahora. Me documenté también bastante en el tema psicológico con un psicólogo para perfilar el personaje de Alison. Y también me he basado un poco en mí, por supuesto, porque Alison tiene mucho de mí, pero también de otras personas, de mí, de mi entorno que he visto yo a lo largo de mi vida. De cómo una persona que pueda ser hiper responsable, que quiera que todo pase por ella, que no sepa delegar y que al mismo tiempo no se vea capaz de hacer lo que sea en cuanto las personas de su alrededor sí lo crean. Es decir, que vean una mujer muy capaz. Además, desde el inicio de la novela hasta el final va a cambiar su forma de pensar y de actuar. Es un personaje, como bien dices, muy cercano. Es un personaje con el que creo que la gente va a empatizar mucho.

 

¿Sigue siendo el thriller un instrumento de denuncia social?

Sí, por supuesto. Es un modo de altavoz que tenemos los escritores para hacer crítica social, para hablar de temas que nos interesan. En esta novela conviven varios temas, el maltrato, de corrupción, manipulación de los medios, las relaciones familiares, etc. Es una forma de dejar en el libro escenas, es un reflejo de la sociedad de hoy en día. Mi intención no era hacer crítica de nada, era dejar esos asuntos ahí para que el lector pueda interpretarlos.

 

“La música me ha enseñado a no tirar la toalla, a ser resiliente, a seguir trabajando duro”

Música y literatura: dos artes, un camino

Antes decías que la escritura es tu pasión, que compartes con la música, ámbito profesional que te ocupa también hace años. ¿Qué tienen en común estos dos campos artísticos? ¿Cómo se complementan?

Yo creo que tienen mucho en común y también se diferencian mucho. A mí, por ejemplo, la música me ha dado muchas cosas que pongo en práctica ahora con la escritura. Por ejemplo, ambas artes son muy complicadas. En el mundo de la música tienes que enfrentar muchos juicios que muchas veces no son del todo acertados. Y también tienes que acostumbrarte a recibir un no por respuesta. Suele pasar que cuando la gente ve tu currículum, se sorprende con los premios, con las orquestas en las que has estado. Pero en el currículum no aparecen los fracasos. Y hay muchos también. Por eso la música me ha enseñado a no tirar la toalla, a ser resiliente, a seguir trabajando duro.

 

¿Comparten un lenguaje?

Exacto. El lenguaje es muy similar. Cuando escribo muchas veces intento buscar la música de las palabras. En realidad, me considero un privilegiado por dedicarme a ambas cosas y espero que sea sí durante mucho tiempo.

 

¿Tiene la novela negra en nuestro país tan buena salud como creemos?

Sí, tiene una salud estupendísima. Siempre ha tenido muy buenos lectores, pero creo que desde hace unos años está en auge.

 

Música y literatura en la mano de Escrivà

Alexandre Escrivá (Valencia, 1966) cursó estudios superiores de música, aunque siempre quiso ser escritor. Ha sido miembro de la Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana y la Joven Orquesta Nacional de España, entre otras. Pese a su juventud, ya ha sido reconocido con varios premios, como el primer premio en el V International Music Competition 2021 Rusia, o el segundo premio en el International Music Competition 2019 París.

Actualmente colabora con la Banda Municipal de Barcelona con la docencia.

En el terreno literario, publió en 2023 El último caso de William Parker, que fue finalista del Premio Morella Negra.