Viajes entre el arte y la espiritualidad

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Claustro del Real Monasterio de Guadalupe, en Cáceres.
España atesora un gran número de Monasterios que, a lo largo de toda la geografía, han conseguido mantener viva su esencia y adecuarse en muchos casos a las exigencias del turista actual. Son grandes construcciones arquitectónicas que abren sus puertas para que todos puedan disfrutar de una cultura ancestral, de su tradición, su espiritualidad y de su forma de entender la vida.

 

Monasterio de El Escorial, en Madrid. Este magnífico edificio es una de las mejores muestras del Renacimiento en Europa. Su construcción, que fue auspiciada por Felipe II, aún conserva su grandeza e invita a conocer su biblioteca, donde se miman los códices que cedió el propio Rey, y una Pinacoteca asombrosa que recoge obras de Tiziano, El Bosco o Tintoretto.

También hay que visitar el Panteón de los Reyes, donde están enterrados casi todos los reyes de España; las Salas Capiturales, el Panteón de los Infantes, la Basílica, y su cuidada colección de Relicarios.

Su autor, Juan de Herrera, imprimió al monasterio su sello personal: desnudez decorativa y rigor geométrico.

 

 

Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. En plena sierra de las Villuercas, en la provincia de Cáeres, se erige este majestuoso edificio que acoge la imagen de la Virgen de Guadalupe, La Morena, como la conocen sus fieles. El monasterio se alza como un alcázar señorial que sorprende al visitante por varios motivos: su claustro mudéjar y el templete, el Museo de Libros Miniados y el rico Museo de Pinturas, donde se recogen algunas de las mejores obras de Zurbarán, El Greco, Juan de Flandes y Goya.

Mención especial merece El Camerín, obra del maestro Francisco Rodríguez Romero, donde se encuentra la imagen de Santa María de Guadalupe y que reúne a sus fieles a diario. La historia cuenta que la propia reina Isabel la Católica, visitó el Real Monasterio para agradecerle a la Virgen la rendición de Granada en 1492.

Si el turista lo desea, puede alojarse en una de las 47 habitaciones del Hotel Hospedería del Monasterio, un reciento donde la historia, el arte y la espiritualidad se respiran en cualquier estancia.

 

 

Monasterio de Monserrat, en Barcelona. Este monasterio benedictino es de gran belleza y su ubicación le convierte en un edificio sorprendente y único. Surge entre las rocas a unos 75 metros de altura y es visitado por miles de fieles y turistas cada año. Visitas obligadas son la Escolanía y la Sacristía nueva, y su gran Museo, que alberga obras tan relevantes como el San Jerónimo de Caravaggio y algunas de otros pintores como Monet, Sisley, Degas o Pissarro.

Una de las visitas más originales que se pueden realizar en este monasterio es la denominada Viaje al Oriente Bíblico, un itinerario a través del que se conocen los pasos dados por el pueblo de Israel, gracias al material recogido por el padre Ubach en sus viajes a Egipto, Mesopotamia y a Tierra Santa.

 

 

Monasterio de La Rábida, en Huelva. En este caso se trata de un monasterio que desprende una gran sencillez, que constrasta con la importancia de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en él. Por ejemplo, fue allí donde Cristóbal Colón fraguó su viaje a América que cambiaría para siempre la concepción del mundo.

Se ubica en la localidad onubense de Palos de la Frontera y  la imagen externa que muestra hoy no es la original ya que, a consecuencia del incendio que asoló Portugal en 1755, tuvo que ser reconstruido. El monasterio fue fundado el 6 de diciembre de 1412 sobre el estuario en que confluyen los ríos Tinto y Odiel.

 

 

Monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. Está consideradocomo la Cuna del Castellano. No en vano allí, en el Escritorio de San Millán, se escribieron las Glosas Emilanenses y quí firmó sus versos el mismo Gonzalo de Berceo. El monasterio consta de dos edificios: San Millán de Suso (que en castellano antiguo significa «arriba») y el de San Millán de Yuso («el de abajo»). El primero fue fundado por San Millán en el siglo V y tiene elementos prerromáticos, mozárabes y visigóticos; mientras que el de Yuso, tiene elementos renacentistas y barrocos, y en 1503 acogió los restos mortales del Santo.

 

 

Monasterio de Uclés, en Cuenca. Se levantó sobre una iglesia gótica y se ubica dentro de la fortaleza de Uclés, del siglo XII, cuya extensión era de un kilómetro cuadrado, rodeado de murallas, contrafuertes y torres almenadas. El monasterio comenzó a construirse en 1529 por la Orden de Santiago y se concluyó en 1735. Mezcla el estilo plateresco, herreriano y churrigueresco en la fachada principal.

Es conocido popularmente como «El Escorial de la Mancha», y su belleza y ubicación lo han convertido en el escenario de rodajes de producciones cinematográficas como Águila Roja y El Capitán Alatriste.

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