Con el calor llega a nuestros supermercados una gran variedad de frutas, una de ellas la sandía. Es una fruta de refrescante que con su pulpa roja y crujiente hace que sea la reina del verano.

 

Además con su alto contenido en agua -250 gr de sandia contienen 220/230 gr de agua-hace que sea muy hidratante.  Su mejor época es de junio a agosto, aunque actualmente la podemos encontrar en los supermercados durante casi todo el año. Por su bajo aporte calórico -aproximadamente 32 calorías/100 gr- es ideal para las dietas hipocalóricas.

Contiene un gran número de nutrientes muy beneficiosos para nuestro organismo, es una gran fuente de vitaminas y minerales: vitamina C, magnesio, potasio, licopeno y betacaroteno o provitamina A; vitamina E y del grupo B. El licopeno es beneficioso para nuestro sistema óseo ya que reduce el estrés oxidativo y ayuda a retener el calcio de nuestros huesos; de la misma manera que reflejan diversos estudios que el consumo de ésta rica fruta ayuda a prevenir el riesgo de sufrir cáncer de próstata y de otros tumores.

Es una fruta muy buena para el corazón, ya que contiene citrulina que se transforma en arginina, aminoácidos que ayudan a mantener la elasticidad de las arterias y de los vasos sanguíneos favoreciendo el flujo sanguíneo y con ello el buen funcionamiento del sistema circulatorio, por lo que nos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Su alto contenido en caroteno hace que sea beneficioso su consumo para el buen estado de nuestros ojos: nos ayuda a prevenir la degeneración macular asociada con la edad, reducir el riesgo de cataratas y previene la ceguera nocturna.

La sandia es una fruta beneficiosa para el hombre ya que, por su contenido en citrulina, arginina ayuda a relajar los vasos sanguíneos aumentando el flujo de sangre lo que tiene un efecto positivo sobre la función eréctil en el hombre y comer sus semillas son beneficios para la salud de la próstata -por su contenido en cobre, cinc y manganeso-.

La sandia además de consumirla como postre o como fruta refrescante de merienda, la podemos consumir de diferente forma: gazpachos, entrantes, ensaladas, batidos, guarnición, macedonias, brochetas, sorbetes…Todo depende de la forma de aliñarla o combinarla.

Como ejemplo que yo suelo hacer muchas veces, te propongo esta ensalada de sandia y queso fresco/queso feta/burrata, depende de lo que tenga en la nevera, aceitunas negras y cebolla morada. Se corta los ingredientes y lo aliño con zumo de limón y en otras ocasiones con balsámico y unas hojas de menta para potenciar el sabor.

Un plato fresco, sabroso, fácil de preparar y repleto de vitaminas y minerales.

Carmela de Pablo

Comprometida con el Mundo del mayor, su alimentación, su salud, hábitos y costumbres Especialista en Alimentación y nutrición y en Cuidados Integrales a personas mayores. Técnico en Prevención de Riesgos Laborales, Máster en Gestión de Calidad y Máster en Dirección de Recursos Humanos.

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