Nace el Observatorio Ciudades que Cuidan para paliar la soledad de los mayores

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Nace el Observatorio Ciudades que Cuidan para combatir la soledad no desead de las personas mayores en el proceso final de su vida. Una iniciativa de la Fundación Mémora, que reconoce que una Ciudad que Cuida es una ciudad amigable, compasiva y cuidadora, en la que priman los valores de la humanidad y de la solidaridad. Es, además, una ciudad que es capaz de dar respuesta a las necesidades que surgen por el envejecimiento de la población, y que se centra en atender el proceso final de la vida, evitando que se produzcan muertes en situación de soledad no deseada, generando proyectos de innovación social.

El presidente de la Fundación Mémora, Santiago de Torres, ha asegurado que esta iniciativa define un nuevo marco conceptual basado en dos modelos ya existentes: las envejecimiento impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las Ciudades Compasivas-Cuidadoras, «un movimiento social internacional que involucra a los ciudadanos en la creación de comunidades para atender la enfermedad avanzada y la fase final de la vida, a través de la previsión de cuidados y acompañamiento«. Y, en este contexto, «las Ciudades Amigables han de ser Ciudades Compasivas al final de la vida y las Ciudades Compasivas-Cuidadoras, han de ser Ciudades Amigables. De aquí se deriva el concepto Ciudades que Cuidan», explica de Torres.

De izquierda a derecha, Joan Berenguer, director de la Fundación Mémora; José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y forense de la Universidad de Granada; Ana Lima, secretaria de Estado de SS del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; Victoria Camps, y Santiago de Torres.

Durante la presentación en Madrid del Observatorio, el pasado 6 de noviembre, la catedrática en Filosofía, Consejera Permanente del Consejo de Estado, presidenta de la Fundación Víctor Grifols y expresidenta del Comité de Bioética de España, Victoria Camps, aseguró que con el paso de los años las personas hemos perdido la capacidad de cuidar, «y poco a poco se ha normalizado la idea de que los cuidados no son una responsabilidad de la comunidad». Esta situación, según Camps, ha conseguido que se normalicen las situaciones de soledad. Y, ante esta realidad, «debemos recuperar el valor del cuidado, este debe ser el centro del valor ético. Todos debemos dar y recibir cuidados a lo largo de la vida, especialmente en situaciones de vulnerabilidad», añadió.

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