¿Cuáles son los motivos principales que llevan a los hombres a pedir ayuda psicológica? ¿Les preocupa a ellos su salud psicológica? ¿Cómo entienden la salud y cómo afrontan su cuidado?
Parece que, a pesar de que siempre se les culpa de tener una menor preocupación por seguir, por ejemplo, campañas de prevención, es cierto que en los últimos años esta actitud va cambiando poco a poco. Algunos estudios recientes, como los dados a conocer por Ifeel, atestiguan que los hombres solo representan el 20 % de las consultas de atención psicológica, frente al 80 % de las mujeres. Y que, cuando acuden a estas consultas, lo hacer para solucionar problemas relacionados sobre todo con los conflictos con su pareja (70 % de los casos), con problemas sexuales (30 %). El perfil del hombre que pide ayuda psicológica es el de un hombre joven (25-45 años de edad). A los hombres mayores les cuesta más reconocer que tienen un problema.
Los expertos reconocen que no existen justificaciones genéticas para argumentar estas diferencias entre hombres y mujeres. Aunque aseguran que la «masculinidad tradicional» puede llevar a que muchos hombres tengan una percepción distorsionada sobre las ideas de vulnerabilidad y fortaleza. Esta situación facilita que inhiban la expresión de sus emociones, que no le presten la atención que merece, y que puedan llegar a entender que mostrar problemas de salud, ya sea física o psicológica, sea muestra de debilidad.
Estos expertos están convencido que los hombres se preocuparían más por su salud si tuviesen una completa información sobre aspectos como la prevención de algunas problemas de salud masculinos, o sobre qué pautas seguir para tener una buena salud. Afirman que cuidarse no es más que tener unos hábitos de vida saludable, lo que incluye tener una actividad física periódica y adecuada a cada uno, alimentarse de la forma adecuada, abandonar hábitos nocivos como el alcohol o el tabaco, lidiar correctamente con el estrés que puede producir por ejemplo el trabajo, y superar el pudor que a muchos hombres le provoca tener que asistir a la consulta de especialistas como el psicólogo o el urólogo.
