¿Sueles entrenar tu gratitud?

gracias

Desde pequeños aprendemos una norma social que es más bien un protocolo: decir gracias. Lo integramos de forma tan automática que, a veces, parece como si hubiera perdido su significado. Lo que hoy te propongo es un entrenamiento en la gratitud. Para ello puedes empezar contigo mismo, con el universo y, cómo no, con las personas que conforman tus círculos. Agradecer te centra en lo que eres, en lo que sientes y en lo que tienes, de forma que te sitúas en un punto de partida de abundancia, en lugar de otro de carencia.

 

Últimamente tengo una adicción que creo que es muy saludable. Consiste en que doy las gracias por muchas cosas. Son cosas que me pasan o que no me pasan, aunque, en cualquier caso, me favorecen y aumentan mi bienestar.

Para mí el agradecimiento es como un talismán, un objeto mágico con poderes de sanación, en este caso del alma. Se puede dar las gracias como una mera cortesía, pero cuando le otorgas su verdadero significado, logras una fluidez que te permite conectar contigo mismo.

“La gratitud es medicina para el cuerpo y el alma”, dice Álex Rovira, autor, conferenciante y creador de Escuela de Transformación Vital; “la ciencia confirma que agradecer de forma habitual reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que activa en nuestro cerebro las áreas vinculadas al bienestar”.

Como principales beneficios están una mayor serenidad, un mejor sueño y un sistema inmunológico más fuerte, “aunque lo más bello es que la gratitud no niega los problemas”, dice Rovira; “simplemente nos invita a mirarlos desde otro lugar, haciendo que nos preguntemos qué podemos aprender de esto, en lugar de por qué me sucede a mí”.

“La gratitud aumenta la sensación de bienestar”, dice la psicóloga Ceci Veiga, experta en trastornos de ansiedad y en desarrollo personal; “con beneficios tales como la mejora del estado de ánimo, la reducción del estrés, la bajada de la tensión arterial, una mayor conexión social o que te permita focalizarte en el presente y en los aspectos más positivos de tu vida”.

gratitud

Entrenarla paso a paso

“Practica la gratitud cada día”, dice la coach Neus Monfort (@mujeresdespiertas); “encuentra al menos tres cosas por las que estar agradecido, pues la gratitud cambia el enfoque de la escasez a la abundancia, además de mejorar tu diálogo interno”.

¿Cómo entrenarte en gratitud? De la mano de Rovira y Veiga, te propongo los siguientes pasos:

  •  Cada noche, antes de dormir, escribe en tu Diario Coaching tres cosas de tu día por las que das las gracias. Puedes hacer este recordatorio durante otro momento del día, mediante fotos o capturas con la cámara de tu móvil, de aquellas cosas y personas que despiertan tu sentido de la gratitud. Por ejemplo, si el retraso del autobús te ha permitido reencontrarte con esa persona con la que no hablabas desde hace meses y con la que deseabas verte.
  •   Puedes inspirarte en acciones tales como haber disfrutado de una comida, compartir un momento tranquilo, o el simple hecho de estar respirando.
  • También puedes leer tu lista del día anterior, para darte cuenta de cómo evoluciona tu gratitud.
  •  Tómate unos minutos para conectar con la sensación de gratitud, de felicidad, que estés sintiendo.
  • «Haz la prueba durante una semana», indica Rovira; «Descubrirás que, aunque lo de fuera no cambie, lo de dentro sí, ya que tu mirada se suavizará y tu corazón se abrirá.

vida

¿Qué es lo que puedes agradecer? 

Desde el Coaching, te propongo diversos ejemplos de escenas que pueden motivar tu gratitud:

  • Al levantarte, hace un día soleado, o nublado; en cualquier caso, es tu preferido. Te estiras y, mientras te desperezas, agradeces porque sientes que éste va a ser un gran día.
  • Hoy tienes una jornada intensa de trabajo, aunque recuerdas que después has quedado con esa persona favorita que tanto te hace reír.
  • En el metro, una desconocida te pide ayuda para llegar a su destino. Tú le explicas cuál es la ruta que debe seguir. Ella te da las gracias, lo que te hace sentir muy bien.
  • Encuentras un billete de 10 euros en el bolsillo de una chaqueta que has sacado del armario para los primeros fríos. Aunque no es una millonada, agradeces tener algo de dinero extra para tomar un desayuno o un aperitivo.
  • Antes de salir de casa, te miras en el espejo de cuerpo entero de tu cuarto; en ese instante, te das cuenta de que te sientes muy bien con esa ropa que llevas puesta. Vuelves a mirarte y sonríes a tu imagen.
  • Llegas a tu oficina y, sin saber bien por qué, sonríes, ya que te sientes alegre y llena de vida. Esa energía es contagiosa y pronto otros compañeros te saludan. Agradeces la conexión.
  • Hoy, ahora, te apetece agradecer porque tienes salud, porque tienes un trabajo, porque cuentas con una red de apoyo de amigos y familiares, porque cada día puedes comer.

Si has llegado hasta aquí, te cuento un poco más acerca de mi adicción a la gratitud.

Durante los últimos meses he sido consciente de mi elevado nivel de cortisol, la hormona del estrés. Para regularlo, he aprendido ejercicios para favorecer las funciones del nervio vago, sobre todo la relajación. También he hecho cambios en mis hábitos de sueño y en la modulación de mis emociones.

Aunque en principio parezca complicado, lo cierto es que enseguida se le coge el ritmo, especialmente al darte cuenta del entrenamiento principal en gratitud.

Desde que lo practico, me siento mucho mejor ¿sabes por qué?, pues porque me centro en quien soy, en lo que tengo (no sólo lo material, aunque también) y en lo que hago.

De modo que agradezco mis habilidades, entre ellas una que es para mí la más valiosa: el aprendizaje. Con él llega la humildad, que también es muy valiosa, pues me hace darme cuenta de toda la riqueza que hay en torno a mí.

Esto me lleva a ser consciente, aunque sea en forma de flashazos, de que todo lo que existe a mi alrededor está puesto para mí, que cada cosa que me ocurre me impulsa en mi camino de vida, que las personas que se cruzan conmigo y con las que conecto me revelan verdades que resulta que estaban en mi interior.

Agradecer es siempre la mejor opción porque, además, reduce el nivel de cortisol, es decir, de estrés.

Y tú, ¿te animas a entrenar tu gratitud?

 

¡Felices Agradecimientos Sinceros! ¡Feliz Coaching!

 

 

  • Soy coach ontológica para acompañarte en la identificación de tu objetivo y apoyarte durante tu proceso de Coaching. Sistemas propios: ArkeCoaching, AstroCoaching y IronCoaching.

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