Manos con marcas de heridas,
líneas hacia arriba
y hacia abajo.
Cruces, estrellas
y azul verde de vena.
El tiempo solo es viento,
aire, arena
erosionando nuestros cuerpos,
mitad dolor,
mitad sonrisas.
Cuento las bombillas apagadas
entre las luces de la verbena.
La luna ha dejado de moverse
y el sol de respirar
al esconderse,
borrando sus huellas por detrás.
El sonido de un piano
tocando el corazón.
Despertar en la madrugada
buscando en el cielo
las estrellas que no están.
Toda la vida es magia.
Cerrar los ojos al final
para volver a abrirlos
sin un cuerpo.
Nada más.