¿Qué percepción tenemos de nosotros mismos? ¿Cuál es nuestra autoestima? ¿Sabemos cómo nos afecta en nuestra vida? ¿Sabemos cómo reforzarla? La doctora Montse Marsà de Mundopsicologos.com, nos aclara que la autoestima es la evaluación positiva o negativa que una persona puede hacer de sí misma. La autoevaluación puede conducir a errores, ya que en ella el individuo oscila entre dos necesidades: la de conocerse a sí mismo y la de quererse. Y no siempre existe un equilibrio entre ambas.
El ser humano tiene una tendencia natural a compararse con los demás a la hora de formar la autoconcepción de lo que es. Pero, ¿por qué nos comparamos con otros? La experta asegura que se trata de un mecanismo inevitable y frecuente con el que hemos de tener cuidado “porque esta práctica de comparación continua puede resultar perjudicial a largo plazo y en esto juega un papel fundamental la autoestima”.
Vivimos en una sociedad donde continuamente nos comparamos. Seguramente lo hemos visto en nuestros padres, nuestros compañeros, nuestras amistades… Además, estamos en una sociedad donde valoramos el éxito desde «lo que se ve y se dice» y esa es la única información con la que nos quedamos. Esto nos lleva a buscar nuestras semejanzas y diferencias con los demás. Se confirma así la tendencia que tenemos de mirar hacia afuera en lugar de hacerlo hacia uno mismo. Marsà asegura que no nos han enseñado a querernos y a aceptarnos tal y como somos. El problema surge cuando esa comparación la realizados con personas diferentes a nosotros, con otras experiencias de vida, con edad diferente, formación y genética diferente. Por lo que es, asegura la doctora, “como si comparásemos manzanas con limones”.
La experta considera que esto se debe a esa tendencia también natural de la mente humana hacia la negatividad. “Además, las redes sociales no ayudan: subimos nuestras mejores fotos, nuestras mejores fiestas, nuestras mejores ropas… y eso hace que mostremos una realidad que no es. Quien lo ve, es probable que piense que esa persona es feliz, que no tiene problemas… y eso nos lleva cada vez más al sentimiento de inferioridad”, apunta.
La autoestima es esencial para conformar una imagen certera de nosotros mismos. Afecta decisivamente a nuestro estado de ánimo y a la manera en la que nos relacionamos con los demás. De ahí que sea tan importante empezar a mirarnos con los ojos de la objetividad, y también hacerlo con los demás. Porque, como afirma Marsà, cuando uno cambia, el entorno también lo hace, aunque en realidad “no es que los demás hayan cambiado, sino que la mirada propia sí lo ha hecho”. Nos recuerda que “todos somos únicos y especiales, y cuando aceptamos esto, nuestra realidad también cambia”.
