Ataúd de barro

 

La tímida luz… de una pupila,
que descalza se acerca a ti para tocarte.

Clavo ardiente entre dos nanas,
y mi beso, dulces sueños,
en lo alto, buscando en sí,
el porqué de lo que siento.

Y la sangre corre hasta secarse.

La línea azul se ha vuelto gris
no hay voz para esconderse
ni eco por presentes
ni gota en ojo bis.

Paredes afiladas.

Sombras en vértice…
compran para mentir.

La dueña de su hijo
se viste de monedas,
palma de mano hacía mí.
Polos sin lenguas.

Llena la piscina sin agua,
de cardos.

Corte de hoja, libro… poemas,
sangre de palabra
palabra en sangre
corte de venas.

Gira la flor del techo
siento el aire
y lo poco,
que ya queda,
de la leche de su pecho.

Cierro los ojos,
y me dejo,
volver cada paso
hacia atrás.

Como sale la imagen…
del espejo.

http://losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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