Amantes del Camino: Clara Rodríguez y Clara López

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Miradas cómplices llenas de ternura entre madre e hija, son la tónica general de estos días para estas dos mujeres que desde hace ya hace casi cuatro años han tenido que aprender a vivir sin el cabeza de familia que, desgraciadamente, se fue muy rápido, casi sin el tiempo suficiente para que solidifique una despedida.

Antes de su marcha los cuatro (madre, padre e hijos), compartían muchas actividades físicas, excursiones y ratos de ocio juntos. Algo que no han vuelto a hacer tal vez por falta de fuerzas, tal vez porque no quieren mirar de frente al recuerdo para no darle permiso de llegada al sufrimiento. Algo que no han hecho hasta ahora, porque al menos madre e hija han podido mirar de nuevo hacia adelante, salir a caminar, superar este reto y disfrutarlo juntas. Tal vez ese sea el mayor logro de esta aventura para ambas.

A esta aventura llegan a través de un mailing que le llega a Clara López (41) y que, inmediatamente y sin consultar con su madre (68 años), envía para optar a ser una de las parejas Amantes del Camino.

 

¿Qué tiene vuestra historia para que Meritene se haya decantado por vosotros?

Hija. Sinceramente no lo sé. Yo lo que expliqué es que nosotros hacíamos mucha actividad física  y muchas actividades al aire libre juntos, en familia, a hacer excursiones por la montaña, a esquiar, a nadar, a navegar. Siempre que podíamos nos gustaba hacer actividades juntos. A raíz de la enfermedad y la muerte de mi padre se produjo un parón. Y claro, ponerse a hacer a actividad de nuevo es muy complicado. Y nos da pereza comenzar de nuevo.

Madre. Además cuando todo está tan reciente (en febrero hará cuatro años) es más difícil. Fue todo muy complicado, para asimilar muchas cosas en muy poco tiempo, y arrancar así de nuevo, cuesta. Nos falta un trozo esencial.

 

Amantes del Camino ha sido entonces la herramienta necesaria para arrancar de nuevo y hacerlo juntas. Más allá del grupo, ¿cómo ha sido reencontrarse en una actividad al aire libre para vosotros? ¿Cómo ha sido la experiencia para las dos?

Madre. Ha sido muy bonito compartir esto con Clareta. Ha ido muy bien. Además, a nivel de reto personal ha sido importante, porque yo nunca dudé de que ella pudiera hacerlo, pero sí tuve mis momentos de dudas sobre si yo sería capaz de conseguirlo. Han sido 100 kilómetros y, a veces, me preguntaba si podría culminarlos.

Pensando ahora en el grupo, ¿qué os lleváis de esta aventura?

Hija. Como experiencia de grupo he de decir que hemos encajado muy bien. A nivel personal piensas que si uno se hace un propósito y realmente cree firmemente en él, lo puede conseguir. Pero además si además tienes esta experiencia grupal, de apoyo continuo, como el que hemos creado aquí, no solo consigues hacerlo sino que lo que haces de manera fácil.

Madre. Ha sido una experiencia muy agradable. En ningún momento te sientes extraño, aunque no les conozcas de nada cuando empieza el camino. Tal vez sea por el tipo de personas que nos hemos reunido. No se ha visto que en ningún momento alguien se haya apartado. Al contrario, todos estábamos pendientes de todos, nos esperábamos y nos animábamos en cada etapa. Ha sido muy positivo.

 

¿Las subidas y bajadas de este Camino ayudan a enfrentar las subidas y bajadas de la vida?

Hija. El Camino tiene subidas y bajadas como la vida. Al igual que te propones llegar a Santiago de Compostela y lo puedes conseguir, cualquier objetivo que te marques en la vida, sea el que sea, laboral, personal, formativo, al nivel que sea, con constancia y esfuerzo lo conseguirás.

Madre. Todo es querer en la vida. Y aquí lo hemos comprobado.

¿Cómo definiríais al grupo?

Madre. Podríamos resumirlo en: “Todos a una”. Se ha creado tal lazo que me gustaría que, de algún modo, continuara después.

Hija. Yo lo definiría como unión y frescura. Todo ha sido muy fácil.

 

Las ocho personas que formáis Amantes del Camino tenéis edades diferentes. Esa diferencia de edad, ¿suma o resta a la hora de compartir objetivos y alcanzarlos?

Hija. Creo que enriquece mucho. Yo como dificultad no lo veo en absoluto. Nunca he tenido problemas para relacionarme con gente mayor, más allá de mi trabajo. Estoy convencida de que poder compartir opiniones desde diferentes perspectivas y desde diferentes edades enriquece siempre. Esta experiencia ha demostrado que los más mayores aprenden cosas de la juventud de hoy en día y al revés ocurre lo mismo.

Madre. Es verdad que siempre nos hemos relacionado con personas de edades muy diferentes. Y esto, como dice Clara, enriquece.

¿Conocíais Meritene?

Madre. Sí. Mi marido lo tomó cuando estuvo enfermo, y mi madre lo toma. Es más, desde hace un año solo puede alimentarse con estos productos. Y ahora durante las etapas yo lo tomo, y en mi casa lo tomo cuando realizo ejercicios o cuando me he estado entrenando.

 

¿Qué opinión os merece que una empresa de la magnitud de Nestlé ponga en marcha iniciativas de este tipo?

Hija. Es estupendo que convoquen estos premios, porque son eso, premios para personas desconocidas y hacerles vivir todo esto.

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