Descubre las frutas y verduras que fortalecen tus defensas, y que nos regala el otoño.
Desde el 22 de septiembre hasta 21 de diciembre estaremos en la estación de otoño. Una temporada que se caracteriza por el acortamiento de los días (menos horas de sol y se prolonga las noches), las temperaturas comienzan a descender y la vida se prepara para el invierno
En otoño, las hojas de los árboles caducifolios cambian el color verde de sus hojas a los tonos amarillos, naranjas, rojizos para posteriormente caer; las aves migran hacia las zonas cálidas huyendo del frio invernal. En esta época del año algunas especies almacenan comida para sobrevivir durante los meses de frio e incluso acumulan grasa corporal para hacer frente al invierno. Y también el otoño se hará notar en nuestra alimentación, en la preparación de nuestra dieta diaria.
Es importante que, para preparar nuestras dietas, además de procurar que sean equilibradas y variadas, utilicemos productos de temporada ya que nos darán un aporte extra de vitaminas y minerales. Algunos de los productos que vamos a encontrar clásicos de esta época son las setas y champiñones,; la calabaza, las castañas, la coliflor, la manzana, la pera, el boniato, los higos, las granadas, las uvas, la coliflor. Además de cítricos como las naranjas, mandarinas y pomelos, los caquis y el membrillo.
Alimentación otoñal rica en vitaminas
A partir de los 50 años debemos centrar nuestra dieta en alimentos ricos en fibra, proteínas, vitaminas, minerales (como el calcio y el potasio) y antioxidantes. Aunque también prestaremos atención a los alimentos que nos ayuden a prevenir algunos trastornos propios de la estación otoñal, como son los resfriados o la astenia otoñal.
Ahora es un buen momento para aumentar el consumo de los platos de cuchara. Por ejemplo, las legumbres (lentejas, garbanzos, judías) nos aportará una buena dosis de energía gracias a sus carbohidratos complejos, fibra y un 20 % de proteínas, además de potasio y hierro.
Las verduras de la estación otoñal nos darán buenas opciones para preparar ensaladas, menestras, encurtidas, cocidas: el brócoli, la coliflor, las diferentes coles, etc. Todas estas crucíferas nos aportarán vitamina C, minerales, ácido fólico, fibra y muy bajo aporte calórico.
Nuestros campos se llenan de una gran variedad de setas (níscalos, setas de cardo, trufas negras, boletus, champiñones…) con las que podremos preparar una gran variedad de platos (salsas, entrantes, cremas, lasañas, croquetas…). Su bajo contenido en grasas e hidratos de carbono hará que nuestros platos sean bajos en calorías, pero en cambio nos aporta una gran proporción de vitaminas y minerales como el hierro, el cobre, el fósforo y yodo.
Cuidando la salu a través del plato
Junto con los alimentos típicos de la estación de otoño siempre deberemos incluir el pescado, las carnes blancas -en especial pollo y pavo-, de la misma manera que debemos recordar que la dieta deberá ser variada y equilibrada, con porciones equilibradas y moderadas para evitar el exceso calórico y con ello mantener un peso saludable.
Y aunque es frecuente oír: “no tener sed”, es de gran importancia estar hidratados y beber suficiente aguda durante el día para evitar la deshidratación y con ello el buen funcionamiento de nuestros órganos y el estado de nuestra piel.
El otoño es una buena época volver a retomar la rutina y los buenos hábitos tras los frecuentes excesos del verano, nuestro cuerpo nos lo agradecerá.
“En Otoño, pan de ayer, vino de antaño y caldito a diario”
“Calabazas coloridas, en otoño recogidas”
