¿Qué le pides a la esperanza?

esperanza

Confianza, ilusión, fe, optimismo e, incluso, expectativa. Todo esto es la esperanza, que da a nuestro ánimo la cuasi certeza de alcanzar lo que desea. Desde el Coaching, te invito a este viaje íntimo y personal en pos de tu esperanza, ¿me acompañas?

 

Confieso que tengo sentimientos encontrados con respecto a la esperanza, emoción que se queda ahí, en el fondo de la Caja de Pandora, el ánfora que, según la mitología griega, contenía todos los males del mundo los cuales, tras ser liberados, dejaron más espacio en su interior a la esperanza.

Se me ocurre que este sentimiento quedó en el fondo a modo de seguro o como garantía de que, a pesar de todo, lo que tenga que ser saldrá bien.

Resulta que no es lo último que se pierde, como dice el aforismo popular, sino lo primero que se gana, pues la esperanza es ilusión y también expectativa. Y es en este punto donde surge la contradicción entre lo intuido y lo aprendido.

Con respecto a lo primero, una de mis amigas me recordaba hace tiempo la relación entre los términos ilusión e ilusa, como si mantenerla fuese cosa de pardillos.

En cuanto a las expectativas, desde que entré en este increíble mundo del Coaching, una de las primeras cosas en las que me instruyeron fue en no creármelas: “no te hagas expectativas”.

En esta línea, el refrán el que espera, desespera tampoco me resulta acertado, por lo que creo que tanto una como otros se equivocaban.

cambios

Sé el motor de tu cambio

“Sostengo firmemente que si te falta riqueza es porque te falta esperanza”, dice Fabiana Panetta, coach especializada en Mentalidad del Dinero; “la esperanza es esa emoción que te dice que las cosas pueden cambiar; y no sólo eso: que tú puedes cambiarlas”.

Dice esta experta que, por el contrario, la esperanza “no es esa voz que te hace decir a ver si la vida mejora, pues es un sentimiento silencioso, aunque profundamente transformador”.

“La esperanza se entrena, se construye; es la que te impulsa cuando todo parece estancado”, dice Panetta, que cita al psicólogo norteamericano experto en Psicología Positiva Charles Snyder (1944-2006), quien, en su libro The Psychology of Hope (Psicología de la Esperanza), la define como una combinación de dos fuerzas.

De un lado estaría la capacidad o creencia firme de que tú puedes hacer que las cosas cambien. De otro lado, los caminos para encontrar formas distintas de llegar a tus metas, como son la creatividad y la flexibilidad.

El autor de Hacer realidad la esperanza y de Manual de la esperanza: teoría, medidas y aplicaciones, considera que la esperanza:

  • Es una decisión, no un deseo. Las personas con esperanza no se conforman con esperar a que pase algo bueno, sino que tienen claro lo que quieren y se levantan cada día con la intención de avanzar.Al fin y al cabo, la esperanza es activa, no pasiva. ¿Y si hoy te levantaras con esa fuerza?
  • Predice el éxito más que la inteligencia. “¿Sabes qué es más determinante que el talento o el coeficiente intelectual?”, dice Panetta; “la capacidad de sostener una visión, incluso cuando hay baches”.Las personas con esperanza superan exámenes, logran objetivos y mejoran su bienestar, ya que no se rinden a la primera, ni siquiera a la tercera; persisten, ajustan y siguen.¿Qué es lo que haces cuando algo no sale a la primera?
  • Se entrena, al igual que un músculo. Empieza por escribir una meta clara. Luego busca más de una forma de lograrla. Y, por último, celebra cada mini avance, cada paso que te demuestra que sí puedes. “Así crece la esperanza, con pruebas pequeñas pero constantes”.¿Tienes una meta que puedas desglosar y empezar hoy?
  • Los obstáculos son desafíos, no frenos. Las personas con un alto nivel de esperanza no ven los problemas como señales para abandonar, sino como acertijos. ¿Y si lo intento por otro lado? ¿A quién puedo pedir ayuda? ¿Qué otra opción tengo? Esta mentalidad lo cambia todo, porque no se trata de si habrá piedras en el camino, sino de qué harás con ellas.
  • Es fuente de inspiración. Lo que tú crees posible para ti, resuena en quienes te rodean. Tu forma de afrontar los retos puede ser la chispa que otra persona necesitaba para empezar a creer en sí misma. No subestimes el poder de ser ejemplo de esperanza con tus actos.

¿Qué objetivo vas a mover hoy con acción y determinación?

el camino

Construye tu propia esperanza

“Sólo empieza, aunque sea un paso mínimo, aunque no veas todo el camino”, dice Fabiana Panetta; “la esperanza no es ingenuidad, sino visión en movimiento y tú tienes todo lo que necesitas para construirla”.

Si has llegado hasta aquí, te cuento algo más acerca de mi esperanza. Ésta se detiene en una de mis personas favoritas que, hace ya algún tiempo, decidió alejarse, física y emocionalmente, de mí.

Aunque en principio aquello me causó una gran tristeza y desánimo, creo que he sido capaz de iniciar el duelo y ahora, desde la serenidad, ha brotado la esperanza.

Cada día le envío amor de forma incondicional; no lo hago por redes, tampoco por wasap, sino desde el corazón.

Mi intuición, quizá sea también mi ilusión, me dice bajito que esa persona favorita recibe mis mensajes y, ¿sabes? una ola de optimismo, de fe y de sana expectativa me hace sentir que todo puede lograrse. También su regreso.

Y tú, ¿qué le pides a tu esperanza?

¡Felices expectativas! ¡Feliz Coaching!

  • Soy coach ontológica para acompañarte en la identificación de tu objetivo y apoyarte durante tu proceso de Coaching. Sistemas propios: ArkeCoaching, AstroCoaching y IronCoaching.

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