Es posible que alguna vez hayas tenido la sensación de que una idea que en tu entorno se aceptaba como obvia cobrara para ti un nuevo significado. ¿Te ha pasado a ti? ¿Has redescubierto una de esas verdades contundentes que dan sentido a tu vida? Es lo que solemos definir como epifanía y te digo más: aunque te digan que si crees que has descubierto la rueda, no restes importancia a tu hallazgo, pues será relevante para tu crecimiento personal. Redescubramos la sopa de ajo.
Descubrir la sopa d’all es una expresión catalana que significa presentar como novedad algo que ya es obvio.
Es lo que me ha pasado a mí. Incluso diré que lo que me ha ocurrido es que he redescubierto la sopa de ajo. Mi epifanía está relacionada con los pensamientos intrusivos y la necesidad de sentirme mejor al empezar el día.
El pasado domingo probé una herramienta que ahora te propongo. Al despertar no me sentía muy bien. Mi mente iba rápida, muy rápida y las ideas aparecían en bucle y enmarañadas.
“¿Dónde guardar tus pensamientos?”, se pregunta Majo Cascales, entrenadora en procesos de Cambio y Transformación, que propone las cuatro cajas de los pensamientos, una herramienta que permite clasificarlos para escoger únicamente aquéllos que son positivos o útiles.
“Cada día eliges en qué caja habitar y esa elección cambia tu energía”, dice la autora de Es fácil dejar de sufrir si sabes cómo, y de El poder de tu paz; “aprende a identificar dónde poner tu energía mental, ya que no se trata de callar la mente, sino de dejar de creerle todo lo que dice”.
“Hay pensamientos que te organizan y otros que sólo te hacen girar en círculos”, dice Majo Cascales; “a veces, el problema no es lo que piensas, sino que desconoces en qué caja estás metiendo lo que pasa por tu mente”. “Así que pregúntate a qué tipo de pensamiento le das fuerza cada día”.
“Procura hacer estas cuatro cosas todos los días”, dice Jordi Segués, experto en Desarrollo Personal; “haz ejercicio durante media hora, ordena, limpia, arregla o construye algo que puedas ver con tus propios ojos, dedica media hora a reflexionar, pensar, rezar, a escucharte y haz algo significativo por otra persona, por alguien que no seas tú”.
“Si después de todo esto aún te sientes mal, ponte tan triste como quieras”, dice Segués; “aunque si haces las cuatro cosas, probablemente ya no desees sentarte a deprimirte, pues estarás saliendo de ti mismo, estarás viviendo con propósito, sirviendo a otros y estarás más cerca de lo que tú crees que da sentido a tu existencia”.
“Entrenar tu mente no es dejar de pensar, sino aprender a observar, clasificar y soltar”, dice Cascales; “no es control mental, sino consciencia emocional”.
Esta experta describe la técnica de las cuatro cajas de los pensamientos:
Te propongo una serie de acciones para que entrenes tu mente cada día. Te invito a que escojas aquélla con la que mejor conectes y que practiques hasta que la tengas integrada.
Si has llegado hasta aquí, te cuento un poco más acerca de cómo ordeno mis pensamientos. Mi estrategia favorita consiste en, nada más despertar, respirar hondo tres veces, poniendo el foco en la inspiración y en la expiración. Luego, muevo mi cuerpo, estirándome y cerrando con fuerza mis ojos varias veces.
Al terminar, las cajas de los pensamientos negativos e inútiles están llenas y apartadas a un lado, mientras empiezo a rellenar las de las ideas positivas y útiles.
Y tú, ¿sabes organizar tus pensamientos?
¡Felices Descubrimientos de las Sopas de Ajo! ¡Feliz Coaching!
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