Pistas para tus hijos escuchen

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padres e hijos

¿Qué te parecería criar y educar a tus hijos sin perder los nervios? ¿Cómo lograr que, sean niños o adolescentes, te escuchen? ¿Sabes cómo adaptar la comunicación a su edad? ¿Estás disfrutando de la crianza de tus hijos? Desde el Coaching te damos algunas claves para ello.

 

La comunicación con los hijos es una de las claves de su proceso de crianza; no obstante, la falta de formación e información lleva a que algunos adultos la cierren con frases del tipo: “porque lo digo yo, que soy tu madre” o “esto es así y no hay más que hablar”.

“La educación ha cambiado mucho”, dice Lee Lima, creadora de la Escuela Baby Tribu y experta en Crianza Positiva; “debemos tener presente que es preciso cambiar la perspectiva, lo cual no se debe tanto a que nuestro punto de vista esté equivocado, cuanto a que hoy es otro mundo”; “antes, las personas querían hacer algo, mientras que ahora quieren ser algo”.

Para esta coach es importante recordar que “el afecto y el amor son siempre eficaces”.

hablar con los hijos

Tips para que te oigan

Dos meses atrás, Lee Lima ha impartido el seminario virtual “Criar y Educar sin perder los nervios”, durante el que esta experta se ha hecho eco de las opiniones de algunos padres.

Términos como el de “chupete digital” para progenitores que no saben qué hacer para entretener a su pequeño todo el tiempo, o expresiones como “he creído que mi hija tenía problemas de audición” se mezclan con las reflexiones de una madre iniciada en la Crianza Positiva: “esto ocurría porque hablaba para mí, según mis necesidades como adulta y madre, en lugar de en su lenguaje”.

La fórmula para que los hijos escuchen a los padres se basa, según Lima, en las tres “P”, esto es: Perspectiva, Paciencia y Persistencia; “un recurso no deja de ser exitoso tras usarlo una vez sin resultado positivo”, dice Lima; “tras cuatro veces tendrás una visión más certera al respecto”.

Aunque son numerosas las pistas que Lee Lima nos propone para conseguir que niños y adolescentes escuchen:

  • Argumento. Evita aquellos argumentos que sólo te valen a ti como adulto y emplea en cambio los que son útiles para tu hijo. Lima nos propone usar un lenguaje concreto y con ejemplos, para así poder entrar en su lógica de niño o adolescente.
  • Objeción. “Si no sabes qué hacer con una objeción, nómbrala; vete a lo concreto y evita las etiquetas absolutas del tipo siempre o nunca”, dice la creadora de Escuela Baby Tribu, quien nos cita un ejemplo: “te pido que vayas a por las llaves a la mesa del vestíbulo”.
  • Involucramiento. Lima nos invita a hacer partícipe a los hijos, sustituyendo el lenguaje impositivo por otro centrado en los hechos, por ejemplo: “¿has entendido que te he pedido que recogieras el plato? ¿qué ha pasado?, ¿lo has entendido y lo vas a hacer?”, si bien esta experta no duda en que sea necesario repetir estos argumentos.

Lee Lima nos invita a ser creativos y abordar distintos niveles en la comunicación con los más mayores, por ejemplo, preguntándoles “esto que me cuentas, ¿es importante para ti?”, o también: “¿te interesaría escuchar cómo me siento yo con todo esto?”.

  • Órdenes. Evitarlas es lo que nos propone esta coach, pues “nuestros hijos no son nuestros subordinados, por lo que ¿cuántas órdenes has dado hoy?”.
  • Edad. Conviene ajustar la comunicación a la edad del niño, teniendo en cuenta factores tales como que “hasta los cuatro años no es cierto que cuando lloran lo hagan para manipularnos”, dice Lee Lima, que establece algunas pautas entre los dos y los cinco años de edad para establecer límites: “se le da a elegir entre esto o esto, sin más”. Desde los cinco años “buscamos compromisos y acuerdos con flexibilidad, pero sin condescendencia”.

En general y durante los seis primeros años de vida, los padres han de “mantener los límites y dar alternativas, con expresiones tales como hemos acordado esto o eso no es negociable”; “antes de los dos años de edad las conductas pueden ser compulsivas, si bien se puede ir entrenando esta forma de comunicación”, dice Lee Lima.

  • Sobreprotección. Es enemiga de la autonomía, ya que impide que el pequeño cometa sus propios errores; “se trata de estar presente, acompañando”, dice Lima, quien propone a los padres crear unas expectativas realistas de las que los niños se hagan responsables. Por ejemplo: “sí, te puedes subir ahí, pero sólo hasta donde te puedas bajar tú solito”.
  • Responsabilidad. “Dejemos que los niños sean los directores de sus propias películas”, dice Lima.
  • Insultos. Evitarlos; “no te van a escuchar, pues a nadie le gusta que le griten, increpen o falten”, dice la coach experta en Crianza Positiva.
  • Tratamiento diferenciado. “Evitar tratar a todos los niños de la misma manera”, dice Lee Lima; “hemos de tener muy claro que hay niños y adolescentes a los que les gusta que los reten, mientras que otros prefieren que los apoyen, lo cual no es una debilidad, sino un aspecto de su personalidad”.
  • Enfoque. “Si como padre o madre buscas resultados distintos, evita hacer lo mismo”, dice Lee Lima, que nos propone la educación mediante el pensamiento crítico “desde dentro hacia afuera, a través de preguntas” y un cambio de mirada.

comunicaciónEl Método GAU (Guía, Acerca y Une) de Crianza Positiva, formulado por la coach Lee Lima, añade las siguientes pautas a la forma en la que los progenitores pueden educar a sus hijos:

  1. Crianza con amabilidad y firmeza.
  2. Evitar el uso de castigos y premios.
  3. Empatizar con el hijo.
  4. Conocer a fondo el temperamento del niño o adolescente y su etapa de desarrollo.
  5. Escuchar las propias necesidades.
  6. Aprender a poner límites eficaces (Perspectiva, Paciencia y Persistencia).
  7. Disfrutar de la crianza de los hijos.

“Escúchame con los ojos”, propone Lee Lima, como una forma creativa de comunicación con el menor, con quien es preferible “utilizar expresiones para empoderarlo antes que facilitarle la acción, reduciendo su nivel de autonomía”.

¡Feliz Crianza y Escucha! ¡Feliz Coaching!

 

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