“Nuestro hogar tiene el potencial para hacernos sentir bien”, dice María del Mar Jiménez, fundadora del Club Hogar Consciente y del programa “Destino la buena vida”, además de autora de “Hogarterapia”; por lo que nos propone el siguiente decálogo que incluye las siete pistas para conectar, de nuevo, con nuestra casa.
Las casas son espacios para habitar, para vivir y no para almacenar; de hecho, “cuidar del hogar y de lo que nos rodea es sinónimo de ocuparnos de nosotros mismos”.
María del Mar Jiménez nos invita a “sacar toda la basura de la casa, pues genera ruido y ansiedad”; con el término “basura” se refiere a todo aquello que se acumula y a lo que no le damos funcionalidad ninguna.
Posteriormente puede hacerse una auditoría “de la belleza”, esto es, colocar flores, cuadros y frases-mantra en aquellos lugares que nos inspiren.
Establecer un cuadro de rutinas diarias, en días alternos, semanales, mensuales, trimestrales y anuales con las tareas de mantenimiento del hogar permite un nivel de organización en el que nada se escapa a ese orden terapéutico.
Esta experta nos apunta otra rutina, como es la de la mudanza inversa o ficticia, es decir, una vez al año organizar todo como si fuéramos a mudarnos a otro lugar; ¿de qué nos desharíamos? ¿qué parte regalaríamos? ¿qué venderíamos?
La alimentación nos permite restablecer un vínculo horizontal con la naturaleza, de modo que todos damos y recibimos (por ejemplo, podemos devolver a la naturaleza los productos que nos ofrece regando y cuidando nuestras plantas, o sembrando en nuestro minihuerto.
Según María del Mar Jiménez, photos, sansevierias y cintas son algunos de los tipos de plantas que podemos tener en el hogar para beneficiarnos de su acción purificadora, además de repeler a insectos como moscas y mosquitos.
Al planificar nuestra vida podemos posponer, eliminar e incluso renunciar, haciéndonos cargo de lo que es más importante en cada momento.
Esta experta hogarista nos propone una lista de rituales contra rutinas: respiraciones profundas, agradecimiento por el nuevo día, definir una intención diaria y consciente, entrenar la atención plena, tomarse el tiempo necesario para saborear una taza de té, café o chocolate y disfrutar con ello, establecer zonas y horas exentas del móvil, planificar momentos para “no hacer nada”, sacar un rato para la lectura, establecer un ritual del sueño, un baño relajante, una limpieza facial, momentos de risas con los amigos o dar varios abrazos al día.
Nos recomienda la lectura de “Cerebro y silencio, las claves de la creatividad y la serenidad”, del investigador y doctor en Neurociencia Michel LeVan Quyen, centrado en que el silencio activa la creatividad, mejora el rendimiento general de las personas y favorece la creación de nuevas neuronas.
Elevar la frecuencia repitiendo algunas de las series numéricas del paramédico ruso Grabovoi (1888948 y 1489999), tal y como propone Eugenia Orantes, experta en Transurfing, el agradecimiento a cada instante (cada vez que nos acordemos) o el uso de tejidos como la seda, el algodón orgánico o el lino en la ropa del hogar y propia, reduciendo así la contaminación electromagnética, son algunas de las herramientas a nuestro alcance.
“Nuestra prioridad es nuestra responsabilidad”, dice la experta hogarista María del Mar Jiménez; “podemos elegir por dónde empezar: la salud, la prosperidad, el bienestar, la plenitud, la felicidad y el propósito”.
¡Feliz Vuelta al Hogar! ¡Feliz Coaching!
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