Ola de calor: cómo protegerte y proteger tu salud

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Las olas de calor, cada vez más numerosas, afectan de forma importante a nuestra salud. Es necesario protegerse de las elevadas temperaturas para proteger la salud.

 

Las altas temperaturas amenazan seriamente la salud, sobre todo de los grupos de población más vulnerables como son los mayores, las personas dependientes y los enfermos crónicos, entre otros. El calor provoca pérdida de agua y de electrolitros, elementos esenciales para que los órganos funcionen adecuadamente. Además, con algunas personas que tienen enfermedades crónicas o personas con discapacidades que limiten su autonomía, el exceso de calor puede descompensar los mecanismos de termorregulación.

Según el Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud 2025, elaborado por el Ministerio de Sanidad, las altas temperaturas también tienen impacto sobre la mortalidad. Según los cálculos que se ha realizado el Instituto de Salkud Carlos III, entre 2000 y 2009 crece el riesgo de mortalidad enetre un 9,1% y un 10,7% por cada grado que sube la temperatura.

El mencionado estudio refiere que las muertes atribuibles a las olas de calor, en ese periodo, fueron 13.119. Y asegura que «cada día que hay un episodio de ola de calor la mortalidad se incrementa, de media, en tres muertes al día.

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Cómo protegerse

Los expertos tienen claras las pautas para asegurar la protección frente al calor excesivo:

  • Beber agua y líquidos con frecuencia, aún sin sensación de sed.
  • Evitar las bebidas con cafeína, muy azucaradas o con alcohol, ya que favorecen la deshidratación.
  • Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra, en espacios climatizados.
  • Reducir la actividad físca al aire libre en las horas centrales del día.
  • Usar ropa ligera, holgada y transpirable.
  • No dejar a ninguna persona en el interior de un vehículo estacionado y cerrado.
  • Mantener las medicinas en un lugar fresco.
  • Realizar comidas ligeras que contribuyan a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, zumos y verduras).
  • Proteger especialmente a personas mayores y personas dependientes, o personas con enfermedades que pueden agravarse con el calor. Es decir, enfermedades cardiacas, renales, deabetes, obesidad, hipertensión, cáncer, demencia, patologías que dificultan la movilidad, y enfermedades mentales.

 

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