“La familia bien, gracias” (Pedro Masó, 1979) da título a la tercera película de la franquicia cinematográfica española integrada por cuatro filmes: “La gran familia” y “La familia y uno más”, de Fernando Palacios (1962 y 1965). Y una posterior, también de Pedro Masó en 1999, “La gran familia 30 años después”.
En ellas se narran las peripecias de un numerosísimo clan familiar, impensable hoy en día (16 hijos). A lo largo de ellas se muestran las relaciones y la forma de vida de hace décadas. Es en la tercera cuando la forma de contar cambia. Ya hay más actores en el escenario, algunos personajes ya no están y se impone la nostalgia.
Este sentimiento es el que experimento en estos días cuando, finalmente, he identificado la toxicidad imperante en mi grupo familiar de origen, algo que hasta ahora había normalizado.
Durante años he intentado tapar estos desajustes, como si de verdad yo pudiera equilibrar las carencias y dolores de los demás miembros de mi clan.
“Si bien la familia siempre se representa como ese hogar al que siempre volver, lo cierto es que esto no siempre es así, pues no todas las familias logran cumplir ese papel de protección”, dice la psicóloga Natalia Menéndez; “de hecho algunas pueden constituir una fuente de estrés crónico y experiencias traumáticas muy dolorosas; hablamos de familias tóxicas o disfuncionales”.
Esta idealización de la familia como lugar seguro produce que quien vive una situación distinta se sienta solo, frustrado e incluso culpable, al pensar que el problema lo constituye él mismo.
¿Cómo actuar ante unas relaciones familiares tóxicas? Desde el Coaching te doy algunas claves:
Y si todo lo anterior falla, hay otra solución, que en su libro “Coaching para el éxito” plantea la experta Talane Miedaner: “Quizá haya llegado el momento de que aceptes a tu familia de origen tal cual es y que, en lugar de perder el tiempo quejándote de tus padres o haciéndoles responsables de tus problemas, encuentres a otra persona que pueda adoptar el papel de padre o de madre contigo”.
Para esta coach, “es muy difícil atraer el éxito que deseas en todos los ámbitos sin el apoyo y el amor incondicional de tus amigos y familia”; “Por fortuna, hay muchas personas en el mundo que están dispuestas a darte su amor por lo que, si te ocupas de buscarlas, las encontrarás”.
Si has llegado hasta aquí, te cuento un poquito más de mi periplo familiar en origen. Una muerte temprana, varias enfermedades que afectaron a la salud mental de dos de mis familiares y un bagaje complejo de relaciones de las familias de ambos progenitores han desembocado en una comunicación deficiente y en un panorama de escasa empatía y mucho desorden emocional que se ha transmitido a mi generación e incluso ya está llegando a la siguiente.
Por mi parte y como diría el genial ogro Shreck con respecto a su confrontación con el dragón, la sanación de mi árbol familiar está, de momento, en mi lista de asuntos pendientes. Hoy por hoy, me entreno en la distancia. Hasta aquí puedo leer.
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